Flor (31) y Martín (34), padres de un bebé de 10 meses, se casaron el 9 de diciembre último y en lugar de los convencionales regalos o cuenta de CBU, pidieron donaciones, pañales y juguetes nuevos para un hospital de niños en Córdoba que ya fueron entregadas para que después de la medianoche muchos chicos puedan abrir sus regalos.
La pareja de comerciantes de Córdoba capital, que se dedica a la venta de insumos para gráficas, decidió hacer los festejos de su casamiento en su propia casa para que fuera más íntimo y privado. Cuando pensaron en los regalos, les pareció incómodo ese momento de recibir dinero, que es lo que se estila. “Gracias a Dios no necesitamos nada. Pensamos en que también llegaban las fiestas, en la situación del país, y en que era una buena idea no poner en compromiso a los invitados de tener que regalar, cuando justamente nosotros estábamos invitando a que vinieran a celebrar con nosotros”.
Así fue como Flor y su pareja fueron llegando a esta propuesta para los invitados, comprar artículos y juguetes para chicos que lo necesitan.
“Siempre hace falta. Yo creo que hay mucha gente que quiere ayudar pero no sabe cómo o no tiene los medios para que alguien se haga responsable de entregar la donación. Empezamos a averiguar acá en Córdoba, que hay muchos comedores, hospitales y dispensarios y me acordé de que fui muchas veces a atenderme al Hospital Infantil de Córdoba, que es municipal”, explica la cordobesa. La pareja fue de visita al hospital para dar con alguien que se ocupara de hacer llegar la donación a los chicos y conocieron a Vicki, la responsable en ese área. “Hablamos un poco con ella porque la idea no era pedir a los invitados cualquier cosa, sino algo que pudiera ser útil. Uno tiene esa fantasía de que todos los niños reciban un juguete, pero después, hablando con ella, nos comentó que también ayudan a familias fuera del hospital, a quienes les hacen seguimiento. Niños que se atienden en el hospital y necesitan ayuda fuera de él”, precisó. La encargada de recibir las donaciones también le comentó que hay unos 40 chicos internados y llegaron a un acuerdo que más que juguetes, lo que necesitaban eran pañales, leche, alimentos no perecederos para darle a las familias. “Y que por supuesto, los juguetes eran bien recibidos”.
Cuando armaron la tarjeta de invitación al casamiento, Flor y Martín en lugar de poner montos de dinero o CBU, ofrecieron dos opciones de regalo. El paquete número uno era una bolsa de pañales sin que importaran los talles, una leche en polvo, y un juguete nuevo (para los niños del internado). La opción dos era pañales -siempre presentes- un alimento no perecedero y un juego de mesa (para la guardia, la recepción, la sala de espera).
La propuesta entre los invitados, que fueron 90, fue todo un éxito. Colaboraron tanto los que asistieron como los que no pudieron estar presentes ese día, que les hicieron llegar sus donaciones. “La verdad es que se prendió todo el mundo”, dice satisfecha.
Dice que cuando entregaron las invitaciones no fueron pocos los que hicieron algún comentario sobre el regalo y todos fueron positivos. Fue lo que más les llamó la atención. Con el correr de los días le iban preguntando, mientras le mandaban fotos “¿estos pañales están bien? ¿Y esta leche?
Y hace dos semanas llegó el gran día. Los invitados, a medida que llegaban, iban dejando las bolsas en el arbolito de Navidad que tienen en la puerta de la casa. El viernes último llevaron todo el cargamento a la asociación.
— ¿Viviste una emoción extra, además de casarte, al ver que se llenaba el arbolito para los chicos del hospital?
— Sí, por supuesto. Creo que hasta fue más emocionante. No sé si vos tenés hijos, pero nosotros tenemos un bebé de diez meses y desde que somos padres pensamos mucho en los bebés y en los niños, que no les falte nada. Lo importante es que crezcan sanos y abrigados. Lo primero que se nos ocurrió siempre fue pensar en niños, que esto fuera a ellos. Y cuando por fin llegamos conseguimos la asociación, nos quedamos tranquilos de que iba a ir a un lugar y que estaba planificado lo que teníamos que llevar. Cuando entregamos todo, Vicky de la asociación, se emocionó y nos dijo: “No, no pensé que fuera tanto”. Y nos contó de todos los chicos que estaban internados que iban a recibir el juguete de todas las familias. Y la verdad que sí fue emocionante porque nosotros cuando decidimos casarnos fue para celebrar el amor. No tanto por una cuestión de formalidades. Y nos pareció que esto también es parte del amor.
El arbolito se llenó de pañales, de cartas de magia, rompecabezas, el juego de la oca, piezas de encastre, autitos, rastris. Todo nuevo. Porque lo que cuentan es que así como hay personas que les gusta donar, otros lo usan de “basurero”. Y quienes lo reciben se tienen que ocupar de reparar. Para facilitarles el trabajo, decidieron que todo fuera nuevo.
La recién casada publicó en su cuenta de X @lefleurx la emoción durante la entrega de las donaciones, que hicieron en su camioncito de reparto. “Algunos de los chicos que trabajan con nosotros no ayudaron a cargar y lo llevamos al hospital. Nos estaba esperando Vicki y ellos también nos ayudaron a bajar todo”, confluye feliz por la tarea cumplida.