Las cinco cámaras empresariales de colectivos que forman parte de la Asociación Argentina de Empresarios del Transporte Automotor (AAETA) resolvieron reducir sus servicios en un 50% en la mayoría de las líneas que circulan en el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA). La explicación, según dijeron a Infobae, es la brecha que existe entre la tarifa, que está congelada desde agosto, y los costos que vienen acelerándose al ritmo de la inflación de las últimas semanas.
“Estamos en un 20% mensual de inflación, que es una locura. Nosotros tenemos el mismo nivel de subsidios y tarifas que teníamos en agosto y septiembre, con lo cual todo lo que ha sido la inflación desde ese entonces no está reconocida y eso hace que las empresas, por ejemplo, no tengan dinero para comprar gasoil, que aumentó esta semana”, dijo Luciano Fusaro, vicepresidente de AAETA.
En ese sentido, el directivo explicó que con el incremento del combustible, no le alcanza a las empresas para el correcto funcionamiento y “deben ajustar su frecuencia para brindar servicio hasta donde les alcanza su capacidad financiera”. Fusaro advirtió que la baja en la frecuencia de los servicios se va a notar más en la medida que no se recompongan los ingresos de las compañías.
De igual forma, aclaró que si bien la medida ya rige en todo el AMBA, el impacto recién se va a notar el próximo martes, después del fin de semana largo de Navidad. “Como es fin de semana, no se va a sentir, es el 24 y luego el 25 de diciembre, lo que hace que el movimiento se reduzca bastante en la calle”, explicó.
El vicepresidente de la Asociación confirmó que la reducción de la frecuencia en el servicio asciende a un 50% y que lo resolvieron después de reunirse entre las cinco cámaras empresarias. Sin embargo, dijo que previamente mantuvieron una reunión con el flamante ministro de Infraestructura, Guillermo Ferraro, a quien le adelantaron de la crisis que afronta el sector.
Pese a esto, por el momento no se encontró ninguna solución que permita normalizar el servicio. De hecho, anticipan que en el corto plazo no hay más que esperar que el servicio se siga prestando de manera reducida.
Hay otro obstáculo, según dijo el empresario. En este momento no hay nadie al frente de la Secretaría de Transporte. El nombramiento no se hizo oficial, lo que anticipa que se van a estirar aún más las definiciones. “Hemos tenido algunas reuniones con el ministro de Infraestructura donde le advertimos que esto iba a pasar porque como hay un congelamiento tarifario y las cosas aumentan, nos es imposible sostener el servicio”, dijo.
“No queremos traerle un problema al gobierno nuevo, pero la realidad es que el gobierno que se fue dejó este tema colgado sin definición y la inflación después se disparó”, agregó Fusaro, quien reiteró que hoy las empresas no tienen recursos para cumplir con el 100% de los servicios. “Esa es la realidad”, dijo.
La respuesta del ministro Ferraro a las empresas -dijo el directivo- fue que en los próximos días desde el Gobierno van a trabajar en un esquema de tarifas para ver cómo quedan los ingresos de los operadores, aunque no brindó definiciones concretas.
Apenas asumió el gobierno de Javier Milei, AAETA estimó que el valor del boleto sin subsidio y con el aumento del combustible debería ser de $797, un valor que implica una diferencia de $744,04 con respecto al boleto mínimo que se paga hoy en el AMBA ($52,96). Unos 30 días la misma entidad había estimado que el boleto sin subsidios debía ser de $540,93, es decir $256,07 menor. Efectos de la inflación.
“Hoy el costo real de mover un pasajero está en torno a los $800. Nosotros, entre tarifa y subsidios estamos recibiendo nada más que 400, es decir, hay una brecha del 50%, por lo que deberíamos duplicar el ingreso, ya sea por tarifa o por subsidio“, dijo Fusaro. “Eso lo tiene que definir el Estado pero nosotros tenemos ese agujero, entonces por eso los servicios se reducen un 50% para cubrir esa brecha”, justificó.
En el corto plazo la situación no promete con mejorar. La época de fin de año y el hecho de que no haya una autoridad específica que aborde esta problemática hace que las dificultades prevalezcan. No sólo nombrar al secretario de Transporte es necesario. Hay una serie de pasos que cumplir para saber qué hacer con el funcionamiento de las empresas, ya sea con más subsidios -algo con lo que el nuevo gobierno se muestra reacio- o con un ajuste brutal en la tarifa.
“Puede ser que la semana que viene ya tengamos algún nombramiento, pero es el paso inicial”, sostuvo Fusaro. El nuevo secretario “tiene que ver qué hacer” y “hay que llamar a una audiencia pública, ver el nivel de tarifas, analizar los costos de las empresas; son un montón de cosas, que llevan tiempo”.
Lo que piden las cinco cámaras es que “por favor que esto se resuelva rápido porque las empresas necesitan esto ya urgente, ya que les aumentó todo y no tienen recursos para operar”.