En Argentina se registraron 6.467 asentamientos y se estima que en ellos habitan entre cuatro y cinco millones de personas, de acuerdo a los datos más recientes del Registro Nacional de Barrios Populares (ReNaBaP), dependiente de la Secretaría de Integración Social y Urbana de la Nación (SISU).
Según un relevamiento publicado recientemente por la SISU, en conjunto con distintas organizaciones de la sociedad civil, los barrios abarcan una superficie total de 684 kilómetros cuadrados, donde viven alrededor de 1.2 millones de familias.
De acuerdo al decreto 358/17, los barrios populares son aquellos que son “comúnmente denominados villas, asentamientos y urbanizaciones informales que se constituyeron mediante distintas estrategias de ocupación del suelo, que presentan diferentes grados de precariedad y hacinamiento, un déficit en el acceso formal a los servicios básicos y una situación dominial irregular en la tenencia del suelo, con un mínimo de ocho familias agrupadas o contiguas, en donde más de la mitad de sus habitantes no cuenta con título de propiedad del suelo, ni acceso formal a al menos dos de los servicios básicos.”
Del total de los barrios registrados por el ReNaBaP, un 81 por ciento son asentamientos, mientras que el 17 por ciento son villas y menos del dos por ciento son conjuntos habitacionales. En el 99 por ciento de ellos, la mayoría de sus habitantes no accede a la red de gas natural y muchos dependen de garrafas para cocinar. Además, el 92 por ciento no accede formalmente a la red de agua corriente, mientras que el 66 por ciento no accede a la red de energía eléctrica. A todo esto, el 97 por ciento de los barrios carece de un saneamiento adecuado y un servicio formal de red cloacal.
Las provincias con mayor cantidad de barrios populares fueron Buenos Aires (2.065), Santa Fe (469), Chaco (442) y Misiones (413). Mientras tanto, La Pampa registró la menor cantidad de barrios (9), seguida por Santa Cruz (21) y San Luis (32). De todos modos, el último relevamiento incluye datos hasta diciembre de 2021 y el número actual de barrios populares podría llegar a ser aún más alto.
En los últimos años se registró un crecimiento significativo en cuanto al crecimiento superficial de los barrios populares. El relevamiento del SISU mostró que el promedio del crecimiento superficial anual entre 2017 y 2023 fue del 2,06 por ciento. En un estudio similar realizado por el Centro de Implementación de Políticas Públicas para la Equidad y el Crecimiento (CIPPEC) en 2018, el crecimiento entre 2006 y 2016 fue inferior, arrojando un promedio del 1,47 por ciento. Desde TECHO Argentina, una de las asociaciones civiles que ayudaron a coordinar el relevamiento del ReNaBaP, aseguraron que la manera más efectiva de medirlo es a través de la expansión territorial, dado que otros indicadores como la cantidad de barrios no necesariamente implique la creación de nuevos asentamientos.
“En RENABAP registramos la superficie que ocupan los barrios populares y tenemos una capa correspondiente a cada año desde 2016 hasta la fecha, eso se logra mediante el análisis de imágenes satelitales y de este modo podemos medir el crecimiento superficial anual,” explicó Juan Manuel D’Attoli, coordinador del ReNaBaP. “Preferimos no medir el crecimiento del fenómeno por cantidad de barrios ya que los mismos pueden tener cantidades de población muy distintas. Es entonces que elegimos medir el crecimiento por superficie.”
El último relevamiento del ReNaBaP se había hecho en 2018, y en esa ocasión se registraron 5.687 barrios populares. Aunque el relevamiento realizado recientemente identificó a 780 barrios más en el registro, no implica necesariamente un incremento en la cantidad de nuevos barrios populares, sino que se han integrado varios barrios -muchos de ellos antiguos- que no se habían registrado previamente. De hecho, de los 6.467 barrios registrados, el 87 por ciento tienen más de 20 años de antigüedad.
Desde TECHO aseguran que muchos de los barrios que fueron identificados por primera vez están ubicados en zonas rurales y muchos de ellos son habitados mayoritariamente por comunidades de pueblos originarios como los Qom y Wichí, algo que no se ha podido abordar adecuadamente en relevamientos anteriores.
“Se realizó un operativo en la provincia de Salta y también se trabajó mucho con el Instituto Nacional de Asuntos Indígenas. En total han ingresado 72 barrios nuevos con estas características, llegando a un total de 242 en el registro,” comentó D’Attoli. “También hay muchos barrios urbanos que por diversas razones no se habían identificado anteriormente y a ellos llegamos gracias a las solicitudes recibidas vía formulario online.”
Otro dato que se incluyó por primera vez en el registro fue la cantidad existente de conjuntos habitacionales unifamiliares. Estos conjuntos están compuestos por viviendas particulares ubicadas en lotes individuales las cuales fueron construidas en el marco de programas estatales y que no cuentan con regularidad dominial ni acceso formal a dos o más servicios básicos. El relevamiento del ReNaBaP identificó a 87 viviendas que cayeron bajo esta definición. Vale destacar también que los conjuntos habitacionales multifamiliares, comúnmente conocidos como monoblocks, no fueron contemplados por el relevamiento, debido a que su modo de abordaje es considerado distinto.
Desde el ReNaBaP ponen énfasis en actualizar el registro con más frecuencia para poder dimensionar la cantidad real de habitantes que hay en todos los barrios populares del país.
“En paralelo también se realiza un relevamiento casa por casa, el cual hasta la fecha ha alcanzado a 862 mil viviendas sobre un total de 1.2 millón de viviendas estimadas. Eso significa que aún no contamos con un censo completo de los barrios, y para poder tener comparabilidad deberíamos hacerlo anualmente, por lo cual no resulta posible medir con exactitud el crecimiento poblacional anual,” sostuvo D’Attoli. “Nos hemos propuesto poder medir el crecimiento poblacional con el uso de inteligencia artificial, mediante un conteo automático de viviendas dentro de los polígonos de cada barrio correspondientes a cada año y esperamos poder concretar pronto dicho proyecto.”
Distintas organizaciones de la sociedad civil que colaboran a diario con habitantes de barrios populares sostienen que el ReNaBaP es esencial para reconocer la realidad de los mismos y promover políticas públicas que trabajen hacia la integración socio-urbana en todo el país.
Para lograrlo, consideran fundamental trabajar por la sostenibilidad de los procesos de integración, promoviendo una participación activa de quienes habitan en los barrios y fomentando la articulación de los distintos niveles del estado.
“Lo fundamental es que se haya actualizado este registro y que personas y familias que están viviendo en condiciones que muchos de nosotros consideramos inhumanas no estén invisibilizados, que sepamos quienes son y que sepamos adonde están,” concluyó Juan Maquieyra, director ejecutivo de TECHO Argentina.