La curación milagrosa de Juan Manuel Franco, de un año y medio, ocurrió en Mar del Plata. Los médicos informaron a la familia que “no había nada más para hacer”. Los padres del niño rezaron pidiendo al Cardenal Eduardo Francisco Pironio para que su hijo pudiera sobrevivir. Esta curación inexplicable para la ciencia fue considerada un milagro por el Vaticano el pasado 8 de noviembre y es lo que le permite al cardenal Pironio, ser declarado beato.
Juan Manuel, ahora con 16 años y un perfecto estado de salud, participará junto a su familia de la ceremonia de beatificación este sábado 16 a las 10 de la mañana en la Basílica de Luján.
Cronología de un milagro
Laura, la mamá de Juan Manuel Franco cuenta a Infobae cómo fueron aquellas trágicas horas desde que su bebé aspiró purpurina hasta que se salvó por un milagro.
Laura, una docente de música marplatense, se encontraba una tarde en su casa haciendo artesanías junto a su pequeño hijo. “En un momento de distracción lo puse a [Juan Manuel] en el piso y ahí cerquita tenía la cajita con purpurina. Se ve que eso se lo puso en la boca, era un bebe de 15 meses, super movedizo, agarraba todo. De repente estaba todo lleno con esa purpurina, todo dorado. La mitad se lo había tragado y yo como pude le saqué de la boca eso que tenía”, relató la madre.
Inmediatamente, Laura y su marido Mariano llevaron al niño de urgencia al hospital Materno infantil de la ciudad. “Cuando entramos al hospital, me dicen que lo van a inducir al coma, ese fue el momento más crítico”, destaca Laura.
Los médicos desahuciaron a Laura y Mariano Franco, y les dijeron que era imposible sobrevivir a ese tipo de intoxicación. El niño fue sometido a asistencia respiratoria y coma inducido por padecer un síndrome de angustia respiratoria aguda (SDS). Lamentablemente los análisis confirmaron la presencia de trazas de plomo, zinc y cobre que revalidaron el trágico panorama.
“El doctor nos dijo que él iba a intentar hacer todo lo posible y que si nosotros sabíamos rezar, que rezáramos. Empezamos a buscar esa conexión con la fe. Dijimos ‘recemos porque por lo que nos decían no había chance’”. Así rememora Laura la desesperante situación que tuvo que enfrentar aquel diciembre de 2006.
El 2 de diciembre, los padres del niño decidieron participar de una marcha llamada “de la esperanza”, una iniciativa instalada por el propio Pironio cuando fue obispo en Mar del Plata, desde el año 1972 hasta 1975. La marcha de la esperanza parte de la icónica gruta de Lourdes y recorre distintas capillas de la ciudad balnearia.
“Nos avisan que nos iban ir a buscar a la terapia y así fue que nos encontramos con la imagen de la Virgen y con el padre Silvano, que nos da la estampa de Pironio. Nos dice que le rezáramos a él y que le diéramos la oportunidad de que hiciera un milagro y darle la posibilidad de ser santo”, explica Laura a Infobae.
Después de esto, Laura quiso conocer la historia del sacerdote de la estampa: “Me pongo a leer el testamento de Pironio y empiezo a encontrar un montón de coincidencias con mi historia, lo que me estaba pasando. Una frase me moviliza un montón y se la comparto a mi marido, y decía ‘A veces los médicos se equivocan’. Esa era la frase que yo necesitaba”. Se trata de una oración que se decía en la familia del cardenal Pironio, luego de que un médico le hubiera dicho a su madre que no iba a poder tener más hijos después de su primer parto. Un pronóstico que no se cumplió, ya que el cardenal fue el último de 22 hermanos.
Transcurrían horas decisivas para la vida de Juan Manuel en la terapia del hospital. El matrimonio Franco esperaba cada informe médico en la puerta de la terapia. “Todos los partes decían ‘grave’, pero el del lunes 4 de diciembre a las 11 decía leve mejoría. Mi deducción fue que yo habría leído la oración posiblemente ese día a esa hora”, concluyó Laura.
Los padres siguieron rezando y pidiendo la intercesión de Pironio. Luego involucraron a todos sus familiares y amigos. La recuperación del niño comenzó a las veinticuatro horas, cuando pudo respirar espontáneamente. A los diez días fue dado de alta del hospital. Mejoró tan rápidamente que los médicos no pudieron dar una explicación científica. Luego de que la curación resultara tan llamativa se informó a la Iglesia y se inició la presentación formal ante el Vaticano.
Juan, el milagrado
Juan Manuel, “el bebé del milagro”, es hoy un adolescente que está finalizando el último año de la secundaria. Además, estudia para ser chelista, la pasión por la música la heredó de sus padres quienes son profesionales del rubro.
Ante la pregunta de si se siente especial por ser el elegido para que un milagro suceda, Juan declara a Infobae: “Un poco sí, porque después uno comienza a ver otros casos, otros chicos, que también estuvieron en la misma por purpurina y no sobrevivieron y digo ‘¡Qué locura!’”.
El joven marplatense agrega: “Hoy si tuviera a Pironio al frente le agradecería mucho, le daría un gran abrazo, largo y profundo. Le agradecería constantemente por acompañar por estar, y por las palabras que justo estuvieron para apoyar a mis viejos Y también a otras personas, decirle como dijo él ‘los doctores se equivocan’”.
La curación extraordinaria fue reconocida como milagro por el Vaticano el 8 de noviembre de 2023 a través de un decreto firmado por su Santidad, el papa Francisco. Se espera que una multitud colme la Basílica de Luján, y ante este imponente monumento de fe argentino el cardenal español Fernando Vergéz, quien fuera durante 23 años el secretario personal de Eduardo Pironio, lo declare beato de la Iglesia Católica.
Quién era Eduardo Francisco Pironio
Eduardo Pironio se consagró como sacerdote en 1943, en la ciudad de Luján. Fue rector del Seminario Metropolitano de Villa Devoto, en la Arquidiócesis de Buenos Aires. También se desempeñó como decano de la Facultad de Teología de la Pontificia Universidad Católica Argentina, Obispo Auxiliar de la Arquidiócesis de La Plata y participó de las últimas sesiones del Concilio Vaticano II. Fue secretario general del Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM) y obispo de la Diócesis de Mar del Plata desde 1972 hasta 1975. En 1972 fue elegido Presidente del CELAM. En 1975 fue trasladado a Roma como Prefecto de vida consagrada y sociedades de vida apostólica durante el pontificado de Pablo VI, quien lo había elegido como su confesor. Ese traslado se da en un momento en el que Pironio había recibido amenazas, mientras gobernaba el país María Estela Martínez de Perón. El 24 de mayo de 1976 fue declarado Cardenal. Durante el pontificado de Juan Pablo II fue designado presidente del Pontificio Consejo para los Laicos. El Cardenal Pironio fue el cofundador de la Jornada Mundial de la Juventud.
Falleció en el Vaticano el 5 de febrero de 1988 a raíz de un cáncer óseo. Sus restos fueron repatriados y descansan en la Basílica de Luján.