1968: la oleada musical de los jóvenes disconformes y el gran error del rock argentino de haber desmerecido a Sandro

Desde el movimiento artístico del Situacionismo hasta el año del Mayo Francés y la Primavera de Praga que marcó el principio que empujó toda la música que escuchamos en la Argentina. Los discos que sonaban a fines de los sesentas y el desprecio sistemático hacia quien podría haber sido nuestro Elvis

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Mayo Francés de 1968 (Getty)
Mayo Francés de 1968 (Getty)

Se ha observado ya cómo la gran oleada musical de los jóvenes a partir de la aparición del rock & roll a mediados de 1950, se replicó con distinto éxito en todo el mundo occidental.

En Argentina, a la aparición de Bill Haley & His Comets y Elvis Presley le debemos la llegada de Mr. Roll y sus Rocks y Sandro y Los de Fuego. Salvando las distancias, básicamente de mercado, llegaron para tapar los mismos agujeros que la cultura en retirada sufría, en pos de permitir el advenimiento de la nueva cultura. Quizás por primera vez enarbolada por jóvenes disconformes de la época.

Esa disconformidad tomó forma artística con el llamado Situacionismo. Sin ahondar demasiado, en 1957 en Italia, se reúnen los que luego serían los lideres de la Internacional Situacionista. Artistas de vanguardia integrantes del Movimiento Bauhaus Imaginista alemán, de la Asociación Psicogeográfica inglesa y de la Internacional Letrista de París.

Un delirio descomunal de jóvenes artistas del Avant Garde que lo primero que decretaron fue que situacionismo es una palabra inexistente sin significado certificado.

En realidad la única de esas asociaciones que tenía alguna entidad era la Internacional Letrista francesa. Unos años antes, en la conferencia de prensa que debía brindar Charles Chaplin en el Hotel Ritz de París, difundiendo el estreno de su película Candilejas, aparecieron cantidad de jóvenes liderados por el cineasta, escritor y artista plástico rumano Isidore Isou. Armaron un descomunal quilombo porque no estaban muy de acuerdo con la postura artística de Carlitos y al toque de eso se separaron, porque no quedaron muy de acuerdo con la postura artística y social de Isidore. Muchos dicen que ese fue el huevo de la serpiente que un par de décadas después daría a luz el movimiento Punk londinense.

Dr. Martin Luther King hijo. pronuncia su famoso discurso "Tengo un sueño" frente al Monumento a Lincoln durante la Marcha de la Libertad en Washington en 1963
Dr. Martin Luther King hijo. pronuncia su famoso discurso "Tengo un sueño" frente al Monumento a Lincoln durante la Marcha de la Libertad en Washington en 1963

Por lo pronto, los jóvenes idealistas que participaron del Mayo Francés de 1968 fueron notoriamente influidos por los jóvenes situacionistas que diez años antes patearon el establishment artístico europeo. Y todos saben que si pateás el hormiguero del arte de una sociedad, terminás cambiando el legado de una generación.

En Estados Unidos, Martin Luther King que había pronunciado su discurso en 1963 de “I have a dream”(Tengo un sueño) poniendo a toda la comunidad afroamericana desde Washington hasta Georgia de pie, fue asesinado en 1968, igual que el líder demócrata Robert Kennedy, el hermano menor del también asesinado presidente John Fitzgerald Kennedy.

Unos meses antes del Mayo francés, en Checoslovaquia, el socialista Alexander Rubcek se retoba al poder comunista ruso, con el apoyo de jóvenes intelectuales como Milan Kundera, en pos de mayor libertad social. Los rusos de Brezhnev llevan los tanques a la plaza principal de Praga para amedrentar logrando solo encender la mecha que luego derivó en La Primavera de Praga, revolución social que hoy se estudia en los colegios secundarios de todo el planeta, llevada a cabo por los jóvenes insatisfechos del dominio de la URSS.

Álbum de Los Beatles lanzado en 1968

A finales de ese mismo año Los Beatles lanzan el simple “Back in the USSR”, compuesto por Paul McCartney, burlándose un poco de todo. Todavía nadie se había muerto por tomar ácido, así que se suma a la parodia general el Beatle John Lennon afirmando en una rueda de prensa que ellos eran más populares que Jesús, desatando la primera campaña anti rock con los comunistas y los no comunistas cristianos a la cabeza.

Primavera de Praga: Los estudiantes protestan en 1968 insatisfechos por el dominio de la URSS.. (Foto de Imagno/Getty Images)
Primavera de Praga: Los estudiantes protestan en 1968 insatisfechos por el dominio de la URSS.. (Foto de Imagno/Getty Images)

La cultura joven empezaba a armar el gran descalabro, y los dinosaurios empezaban con su gesta de pisar todos los palitos que los chicos les tiraban a los pies.

En 1968 en Brasil se juntan cien mil estudiantes, artistas, intelectuales y variedad de jóvenes llegados en caravana para protestar contra la sangrienta dictadura militar que los aplastaba. Esa marcha se conmemora como La Marcha de los 100.000. Jóvenes y algunas madres marchaban por Río de Janeiro puteando a los dictadores mientras desde las azoteas de los edificios les tiraban papel picado.

Para no hacerla más larga, en Uruguay se formaban los Tupamaros y acá salían a la cancha los Montoneros. El mundo estaba convulsionado, y la banda de sonido era el rock.

Tema compuesto por Tanguito y grabado por Los Náufragos en 1968

Curiosamente, o no, acá en 1968 uno de los éxitos musicales del año, fue el tema “Sutilmente a Susana”, compuesto por Tanguito y grabado por Los Náufragos. Todos debutantes.

Algo que con la mirada de hoy suena increíble, literal, que sin embargo en esos años gloriosos para el arte era habitual. La música unía, no era usada para diferenciarse.

La grieta artística musical fue fogoneada por los directores de marketing de las grabadoras para tener al público cautivo de sus caprichos, y por el periodismo especializado para presionar músicos y programas de radio desde la publicidad o la difusión.

Gente que divide para mandar. Gente con menos escrúpulos que una gallina. Una discusión que nos debemos. Nada importante.

En los escenarios principales durante ese año se vio aparecer ya después de haber instaurado al rock en el menú popular, al segundo disco de Los Gatos, que venían de romper la monotonía con su gran hit “La Balsa”, compuesta también por Tanguito y Litto Nebbia. Almendra, Manal y Vox Dei todavía no habían grabado discos. El folklore estaba en plena renovación tras un marcado retroceso del tango. Los Fronterizos, Horacio Guarany, Jorge Cafrune, Daniel Toro y sobre todo los integrantes del nuevo cancionero argentino, con Mercedes Sosa al frente, sorprendían al continente entero con sus canciones.

Los Gatos
Los Gatos

Al tango la televisión lo deformó un poco, no había mucho espacio en la pantalla para Edmundo Rivero, Aníbal Troilo o el Polaco Goyeneche. A la tele le servía más Julio Sosa que era un uruguayo de excelente vozarrón y pinta de cuñado piola. También la orquesta de tango bailador de Juan D´Arienzo que no era mejor que la de Pichuco Troilo, pero D´Arienzo jugaba con la cámara.

En cuanto a la cultura joven pre hippie del 68, a la llegada de Los Náufragos también tocaron Pajarito Zaguri, el gran baterista carioca de jazz Junior Cesari, Ruben Barbieri hermano del Gato y Fats Fernández, debemos sumar la aparición en gran performance de la banda uruguaya Los Iracundos, marcando una incalculable influencia en toda Latinoamérica. De la mano de Eduardo Franco y Cacho Valdez, con su mega éxito “Puerto Montt” dieron vuelta el guante de la música popular. Tan grande fue su boom que desde la canción, el pequeño Puerto Montt al sur de Chile se convirtió en un destino turístico de primera categoría en Chile. En el centro de Puerto Montt hay una estatua de Los Iracundos.

No obstante, el verdadero rey musical fue Sandro. La venía pegando groso, pero ese año se lleva el primer premio en el Festival de Viña del Mar y edita el genial “La Magia de Sandro” que tenía “Así”, “Penumbras”, “Paris ante Ti” y sobre todo el poderoso, “Tengo”. Eso era un álbum exitoso. Plagado de éxitos, con algo de experimentación y power rock.

Siempre me pregunté como un tipo que había hecho esa canción cuando aun no existían ni Pappo´s Blues ni Pescado Rabioso, cuando Los Gatos todavía no habían hecho “Rock de la Mujer Perdida”, ni Manal “Jugo de Tomate frío”. Cómo un showman de tamaña categoría no solo no era considerado el máximo rocker del país, sino que además de despreciarlo era sistemáticamente negado por los nuevos melenudos.

Envidia y prejucio rocker

Desde mi creo que la envidia y el prejuicio rocker se despertó ante semejante éxito internacional. En vez de convertirlo en nuestro Elvis o nuestro Lennon intentaban convertirlo en un inútil artístico. Leí que era tildado de grasa, él justamente, por otros que de solo mirar la foto les ves el glam arrastrado por el agua podrida de algún barrio suburbano. Claro, Sandro ya tenía su casa con escaleras y agua caliente en todas las canillas, su Mercedes Benz Pagoda, sala de ensayo y estudio de grabación propios. Era amado por las mujeres, madres e hijas al mismo tiempo, una presencia escénica desmesurada y estampa de recio varón. Mientras todos lo miraban seguir creciendo desde el fondo del salón.

Sandro era tildado de grasa, injustamente
Sandro era tildado de grasa, injustamente

El gran error del rock argentino fue desmerecer a Sandro. Solo 20 años después unos pocos se animaban a enaltecer su influyente gesta.

El primero que se atrevió a nombrar a Sandro como una de sus más importantes influencias fue Federico Moura, un valiente siempre. 30 años después tuvo que llegar la versión de “Tengo” de Divididos para que una gran multitud se sacara el termo de los oídos y entendiera para siempre que Sandro fue una bendición para nuestra música popular, rock nacional incluido.

Solo para continuar, hay que recordar siempre eso de que la gran historia se escribe con las pequeñas historias. En todas las ciudades del mundo los estímulos y las consecuencias son siempre similares.

A veces estos efectos espejados son buscados, a veces no.

Contemporáneos, Sandro acá, Bob Dylan allá, Roberto Carlos cerca, John Lennon, cruzando el océano. Ignoro en Japón o en Indonesia que pasaba en ese 1968, pero en Australia el grupo de éxito eran The Easybeats con Harry Vanda y George Young. Este Young es el hermano mayor de los hermanos Young de AC/DC. Con el tiempo compositores para David Bowie, AC/DC, Inxs mientras disfrutaban las mieles exitosas con su nueva banda en los 80´s llamada Flash & The Pan.

El cantante y compositor Serge Gainsbourg con Brigitte Bardot en los días de “Je T ´aime, moi non plus”(Groosby)
El cantante y compositor Serge Gainsbourg con Brigitte Bardot en los días de “Je T ´aime, moi non plus”(Groosby)

En México Quique Guzmán se desligaba de los Teen Tops, los de “Popotitos”, y se casaba empezando su carrera solista. Al la vez que en Francia las parejas de Sylvie Vartan con Johnny Hallyday y Serge Gainsbourg con Brigitte Bardot en los días de “Je T ´aime, moi non plus” eran influencers adelantados.

Ni hablar de Brasil, donde las nuevas músicas llegaban de la mano de los tropicalistas Caetano Veloso, Gilberto Gil, Maria Bethania, Gal Costa, Os Mutantes y Jorge Ben, se unían a los del programa televisivo Alta Tensión, Roberto y Erasmo Carlos. Los que sin dejar de enamorarse de sus predecesores Bossa Noveros Antonio Carlos Jobim, Vinicius de Moraes y Joao Gilberto, crearon un sonido superador para el mayor mercado latinoamericano de discos y shows.

Ese año 68 marcó un gran principio que empujó toda la música que escuchamos acá.

Mas allá de diferencias geográficas, de mercadeos o de culturas dominantes, siempre tendré en mi cabeza ese pensamiento contrafáctico de suponer, que si por acá no hubiésemos tenido tanto prejuicio y desprecio por los que hicieron grandes músicas pioneras exitosas, hoy seríamos mejores.

El desprecio es pecado.

Y el prejuicio, mierda.

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