Este viernes, luego de tres días de intensa búsqueda, hallaron muerta en El Chaltén a Neha Malla, la turista estadounidense de 40 años que se encontraba desaparecida desde el martes en cercañías del Monte Fitz Roy, en el Parque Nacional Los Glaciares, confirmaron fuentes de la Administración de Parques Nacionales (APN).
Tras un operativo de búsqueda que involucró a 160 personas, encontraron el cuerpo sin vida cerca de la Laguna de las Mellizas. Las autoridades indicaron que un helicóptero del Ejército Argentino “está esperando que mejoren las condiciones climáticas para dirigirse hacia el lugar con un perito, un oficial de Gendarmería Nacional y personal médico del Puesto Sanitario de El Chaltén para realizar las acciones correspondientes y así poder luego trasladar el cuerpo”.
“Desde el Parque Nacional acompañamos a los familiares de Neha en este doloroso y triste momento. Y agradecemos a todos los que participaron de este rescate y a la Municipalidad de El Chaltén que colaboró en la logística”, expresaron.
Interviene el Juzgado de Instrucción de El Calafate, que intentará determinar las circunstancias en que la turista perdió la vida.
El Parque Nacional Los Glaciares, Gendarmería Nacional y la Comisión de Auxilio de El Chaltén desplegaron un operativo que involucró en el campo a 120 personas, 4 drones y 4 perros, además de personal del Ejército Argentino.
Neha Malla había sido vista por última vez el martes 28 de noviembre a las 9 de la mañana en las inmediaciones del puente del río Fitz Roy. Según detalló Jorge Lenz, de la seccional Lago Viedma de Parques Nacionales, la mujer se extravió cuando en la zona había lluvias y viento.
Ese misma día, cerca de un centenar de rescatistas de Parques Nacionales y la Comisión de Auxilio se movilizaron para buscarla en una zona conocida como “Pliegue Tumbado”. Desde Parques Nacionales detallaron que la búsqueda estuvo centrada en el valle del río Fitz Roy, que une los senderos Torre y ladera Sur y Este de la Loma del Pliegue Tumbado, es decir unos 53 km cuadrados.
Se trata de un terreno agreste, boscoso y estepario muy amplio, lo que implicó un trabajo de búsqueda muy exhaustivo que incluyó la observación, el uso de silbatos y el rastrillaje entre sendas, cursos de agua, troncos y rocas.
En esta temporada ya se habían extraviado otras dos mujeres, aunque fueron encontradas con vida y en buen estado.