Cuatro de cada diez argentinos presenciaron situaciones de violencia social: las explicaciones detrás de un fenómeno cada vez más frecuente

Peleas callejeras, crispación, discusiones. Situaciones que se ven diariamente, producto de la crisis que atraviesa la Argentina. Qué dicen los especialistas sobre la cuestión

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Lomas del Mirador: pelea callejera entre un chofer de colectivo y el conductor de un automóvil

En lo que va del año, hubo distintos episodios de violencia callejera que ejemplifican una sensación de irritabilidad que se vive actualmente entre los argentinos. Muchos de ellos se manifestaron en conflictos de tránsito o en el transporte público, mientras que otros se dieron debido a situaciones insólitas.

Hace dos semanas, un conductor en Lomas del Mirador persiguió a un colectivo después de un incidente de tránsito. Tras cruzarlo con su auto, el conductor obligó a detener la marcha del colectivo e invitó a pelear al chofer a bordo. En ese momento, ambos conductores protagonizaron una brutal pelea callejera. En septiembre, otro caso similar ocurrió en Córdoba, cuando un altercado de tránsito terminó con una mujer discutiendo desde arriba del capot de un auto con tres jóvenes asustadas adentro.

Hubo casos que terminaron con muertes, como el que ocurrió en septiembre en la localidad cordobesa de Malagueño. Tras una disputa por el alquiler de un departamento, un hombre fue asesinado de un balazo en el corazón. Otro incidente estrafalario ocurrió a principios de año, cuando una pelea entre dos mujeres irrumpió en una calle en la Municipalidad de Trelew, en Chubut. De acuerdo al diario El Chubut, una de las dos mujeres trabajaba en un negocio de estética de uñas y pestañas. La otra fue clienta del local y quedó descontenta con el servicio. La discusión terminó en insultos, revolcones y mechones de pelo en el suelo.

De acuerdo a una encuesta nacional realizada por la consultora VOICES! en mayo 2023, se revelaron cifras preocupantes sobre actos de maltrato y agresión presenciados por la población en la vía pública. De las mil personas entrevistadas, el 41 por ciento dijo que ha sido testigo de actos de maltrato o agresión en la vía pública en el lapso de 30 días.

Cuatro de cada diez argentinos presenciaron agresión o maltrato en la vía pública en el lapso de un mes. Fuente: Consultora VOICES!
Cuatro de cada diez argentinos presenciaron agresión o maltrato en la vía pública en el lapso de un mes. Fuente: Consultora VOICES!

“Nosotros siempre hacemos estudios sobre lo que llamamos el ‘mood social’ para entender un poco el pulso y el estado de ánimo de los argentinos”, explicó Constanza Cilley, directora ejecutiva de VOICES! “Lo que vemos es una gran incertidumbre acerca del futuro, agudizada con el tema de las elecciones, pero no es que tenga que ver específicamente con eso– es algo más profundo. Todo esto es un caldo de cultivo que tiene mucha relación con el tema de irritabilidad o agresión en las calles”.

En cuanto a los lugares donde se han producido actos de violencia social, la encuesta reveló que en el 62 por ciento de los casos ocurrieron en situaciones de conflicto de tránsito, mientras que el 59 por ciento fueron en la calle. Además, el transporte público (34%), los centros de salud (31%), y los entornos de trámites y gestiones (27%) también fueron identificados como escenarios donde se han presentado casos de maltrato o agresión.

El 62 por ciento de situaciones de maltrato o agresividad en la vía pública fueron producto de un conflicto de tránsito. Fuente: Consultora VOICES!
El 62 por ciento de situaciones de maltrato o agresividad en la vía pública fueron producto de un conflicto de tránsito. Fuente: Consultora VOICES!

Tanto hombres como mujeres reportaron una incidencia similar y, al considerar el nivel socioeconómico, se encontró que el maltrato y la agresión afectan a todas las clases sociales. Cuando se examinaron las diferencias por zona geográfica, se descubrió que es en la Ciudad de Buenos Aires y en el Gran Buenos Aires donde se reporta la mayor incidencia de actos de violencia en la vía pública, con un 49 por ciento y 48 por ciento respectivamente. Las áreas del interior del país mostraron una proporción más baja, con un 38 por ciento.

En la conversación que tuvo Infobae con Cilley, la directora destacó el impacto de la crisis económica que atraviesa el país como un factor determinante del aumento de violencia en la vía pública.

“Vemos que hay un porcentaje muy importante de los argentinos que está diciendo que preferiría vivir en otro país que no sea la Argentina. Esto nosotros lo venimos midiendo en las últimas décadas, y está hoy en su punto más alto. Por ejemplo, si tomamos a los jóvenes, son 7 de cada 10 los que dicen que preferirían vivir en otro país, y el motivo de esto es justamente la incertidumbre con relación al futuro”, explicó Cilley. “Cuando nosotros le preguntamos a la gente cómo se imagina que van a evolucionar los principales problemas de la Argentina en los próximos 10 años, la inmensa mayoría de la población es pesimista.”

El caso ocurrido en Córdoba con una mujer alcoholizada

Cilley también mencionó otro tema fundamental que su consultora viene midiendo hace tiempo: la confianza interpersonal. Este término se refiere al porcentaje de personas que piensa que cuando se relaciona con el otro, hay que tener cuidado por la desconfianza que le genera la otra persona.

“Esta métrica de confianza interpersonal en la Argentina hace mucho tiempo que es muy dura. Son entre siete y ocho de cada diez argentinos que piensan que cuando uno se relaciona con el otro tiene que tener cuidado,” agregó Cilley. “Esta nueva situación de tanta irritabilidad en la calle obviamente perjudica también esta métrica que es esencial para el buen funcionamiento de una sociedad– sentir que uno puede confiar, que no es que tiene que tener cuidado todo el tiempo cuando trata con los demás”.

Una perspectiva sociológica

El incremento en situaciones de violencia en la vía pública es debido a múltiples factores que afectan a la sociedad, contó Manuela Gutiérrez, socióloga y especialista en temas de salud.

“No es una cosa así tan sencilla de responder, pero la violencia suele ser un reflejo de tensiones y desafíos más amplios, arraigados en el entramado social, en el entramado económico y político de una nación. En primer lugar, es necesario hablar de la violencia socioeconómica producida por la desigualdad social que fue un catalizador fundamental en la generación de tensiones en las distintas clases sociales”, le contó Gutiérrez a Infobae. “Me parece indispensable vinculado a esto hablar de la crisis económica prolongada e intensificada, la frustración que esto presenta en la vida cotidiana de todas las personas, por supuesto dadas las condiciones de desempleo, la precarización laboral, y todos los fenómenos vinculados al mundo del trabajo, incrementando de este modo la vulnerabilidad social y la propensión a conflictos en la vía pública”.

Gutiérrez mencionó otros dos factores centrales que también logran contribuir al incremento en la violencia social.

“Considero necesario mencionar que la desconfianza en las instituciones gubernamentales y las fuerzas de seguridad provocan un vacío en el cumplimiento de la ley. Esto contribuye a una sensación de impunidad y puede incentivar el comportamiento violento como una respuesta a la ausencia de los mecanismos confiables de justicia y protección,” dijo Gutiérrez. “Otra cuestión es la situación cultural, la exposición constante a la violencia en los medios de comunicación, y la normalización de la agresión como un método de resolución de conflictos. Han contribuido a la aceptación social de la violencia como una forma más de expresión”.

La feroz pelea entre dos vecinas en la Municipalidad de Trelew

Mirando hacia delante

Constanza Cilley y Manuela Gutiérrez coincidieron que, en primer lugar, la manera más efectiva de reducir casos de violencia social en la calle es remediar los problemas socioeconómicos que se viven hoy en Argentina.

“Está siendo difícil vivir en la Argentina. La solución de eso es una que tiene que venir a nivel del liderazgo político para que la gente pueda tener unas condiciones externas que les permitan vivir con tranquilidad,” explicó Cilley. “Eso es algo que no depende tanto de la población sino a nivel más estructural”.

Gutiérrez por su parte entró en más detalle.

“Para contrarrestar esta tendencia, podrían desplegarse políticas públicas integrales de prevención que aborden las raíces estructurales de la desigualdad y exclusión. Es crucial fortalecer el acceso a los distintos derechos básicos como la educación, salud, y servicios básicos, así como también fomentar programas de inclusión social y resolución pacífica de conflictos en los vínculos más cotidianos de la comunidad que son fundamentales para sentar las bases de la estructura social,” desarrolló Gutiérrez. “Esta situación va a entonces demandar un enfoque multidisciplinario colaborativo de distintos actores sociales y políticos para generar estrategias que atiendan esta problemática desde las distintas aristas para ir hacia una sociedad más justa y más pacífica en Argentina”.

Cilley también enfatizó la necesidad de capacitar a aquellos actores que se encuentran en la primera línea de la atención al público para contener situaciones de violencia social, refiriéndose a choferes de colectivos, empleados bancarios, trabajadores de salud, entre otros.

“Me parece importante que las empresas y organizaciones tomen conciencia de esta información y establezcan protocolos en cuanto a cómo proceder. Primero una detección del que está ahí en la primera línea, cómo detectarlo tempranamente y cómo abordarlo en caso de que vaya escalando, un protocolo del momento y después técnicas para que la persona no se sienta agredida personalmente. Es muy distinto cuando alguien entiende que esto es algo del contexto que se está dando”, concluyó.

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