“Los últimos estudios que le hicieron en esta semana le dieron bien, podemos decir que ya no hay cáncer en su cuerpito”, dice completamente emocionada Cecilia Farina, la mamá de Santino Vergara, el pequeño de 7 años que a los 5 fue diagnosticado de neuroblastoma estadio 4, una enfermedad por la que se forman células cancerosas en el tejido nervioso inmaduro de las glándulas suprarrenales. En él fue un tumor de 11 cm x 11 cm muy agresivo. En busca de la cura, sus padres lo llevaron a Barcelona, donde comenzó su tratamiento y recuperación.
Hace menos de 48 horas y tras dos años de espera, llegó la mejor noticia: el cáncer está en remisión completa o, como la madre cree, “todas las oraciones dieron resultado”. “Cuando le conté a Santi lo que me dijo la médica por teléfono, él, que es un nene muy positivo y alegre, y que a todo lo que se le hizo siempre lo tomó bien, simplemente me dijo: ¡Ya sabía, mamá!... Para él, estar enfermo era cuando estaba sin pelito, pero cuando comenzó a crecerle, él mismo decía que se estaba curando”, cuenta la mujer. No se equivocó.
Emocionada, agrega: “No esperábamos tener los resultados tan pronto, pero apenas salieron, me llamó la médica para darme la noticia. ¡Estamos felices! Todas esas oraciones y buenas energías que nos mandaron en este tiempo hizo mucho efecto”.
Fue un fuerte dolor de panza, primero confundido con una inflamación del bazo, el que reveló que algo no estaba bien. Tras una serie de estudios, los médicos dieron el primer diagnóstico y fue derivado a una clínica privada de Córdoba capital, allí llegó el diagnostico y la primera fase del tratamiento.
Ahora, con los avances en su salud, Santino continúa feliz la cursada en el segundo grado del colegio Providencia del Corazón de Jesús, y está listo para completar los cinco ciclos más de inmunoterapia que restan para terminar de consolidar el tratamiento.
“Serán unos seis meses más y otros dos controles en medio. Para nosotros, como familia, esto es un gran logro porque todos dejamos la vida en Córdoba para instalarnos en Barcelona y acompañar a Santino en su recuperación. Saber que se logró nos llena de felicidad”, asegura.
La historia
Santino fue diagnosticado a los 5 años de un tumor cancerígeno de grado 4 que hizo metástasis en sus huesos y en la médula espinal. Recibió tratamiento de quimioterapia para reducir ese tumor. En Córdoba les ofrecieron practicarle un autotrasplante de médula y luego supo que en España ya estaban haciendo un tratamiento de inmunoterapia.
Durante esa primera etapa, la familia se mudó provisoriamente a la capital cordobesa porque el nene debía recibir el tratamiento todos los días. Pero la familia siguió averiguando qué hacer para poder llevarlo a Barcelona ya que el tratamiento recomendado por la mamá de un paciente recuperado seguía dando excelentes resultados.
Ese tratamiento prometedor implicaba juntar 400 mil euros, lo que les parecía inalcanzable. Pese a eso, sacaron un turno en el Hospital San Juan de Dios, de Barcelona y gracias a la solidaridad de los vecinos y la ciudad de Río Cuarto, en 42 días los juntaron.
En febrero de 2022, la familia de cuatro miembros se instaló en España para iniciar ese tratamiento oncológico, considerado como la mejor opción para tratarlo y que no se realiza en Argentina. Al llegar, esperaron dos meses para iniciar el tratamiento porque le debieron realizar nuevamente todos los estudios y analiza el estado del tumor, en ese tiempo inició la quimioterapia y luego le extirparon el tumor por medio de una cirugía. Luego, le hicieron otra intervención en la que le sacaron un ganglio con metástasis.
En mayo de 2022 inició el tratamiento de inmunoterapia. “Con eso se trató de eliminar el foco que había quedado, dándole un tratamiento que es casi lo opuesto a la quimio porque no mata a las células sino que es como que les enseña a detectar las células cancerígenas y atacarlas; ese tratamiento acá en Argentina no se hace”.
Cecilia supo de ese tratamiento al recordar el caso de Pía, otra mujer de Río Cuarto que había hecho una campaña solidaria para recolectar dinero para viajar a España y realizar un tratamiento para combatir esa misma enfermedad. “Mi marido se contacta con ella por medio del Instagram y le pasan su teléfono. Nos responde y cuenta que su hija había tenido la misma enfermedad y que también había venido a Barcelona para realizar este mismo tratamiento y que ya estaba en proceso de curación. Cuando ya quedamos en contacto, me llama un día que yo estaba muy mal, y me dice que lo trajera a Santino así tenga que mover cielo y tierra, que no me podía quedar y que no me iba a arrepentir. Hoy le agradezco infinitamente lo que me dijo”.
La feliz noticia
A Santino le había quedado una manchita en el hombro, de la metástasis, y eso era lo único que le había quedado como secuela de la quimioterapia. “Lo tuvo más de un año y pese a la inmunoterapia, el tratamiento que hace. Y finalmente, ya no se ve más nada de la enfermedad, o sea que entró en remisión completa, lo que quiere decir que ya no tiene más cáncer en el cuerpito. Esto es un paso muy grande, pero el tratamiento no termina acá”, cuenta.
La médica que lo trata, apenas vio el resultado preliminar de los estudios que le practicó entre el lunes 13 y miércoles 15, no aguantó la felicidad y la llamó para darle la buena nueva.
“La semana que viene vamos a tener una reunión en la que nos dirá cómo seguir el tratamiento, que está dentro del protocolo que todos los niños deben cumplir una vez que entran en revisión y también tiene programado radioterapia para consolidarlo. Es un tiempo más pero estamos felices porque hacía mucho esperábamos este momento”, asegura.
Santino siempre colaboró con su tratamiento. “Es un nene increíble y hasta le gusta estar en hospital. Nunca se quejó ni hizo berrinches, nada. Se encuentra contenido con las enfermeras que lo tratan como a un ángel. Lo mejor es que cuando le comenzó a crecer el pelito, él ya se sintió curado, y esa energía buena y feliz jamás la perdió”, finaliza.