Bajo los lemas de “Nunca Más Dictadura” y “por siempre Democracia” se llevó adelante en la Casa de La Rioja en la Ciudad de Buenos Aires, la Segunda Edición de los Premios Angelelli, donde se reconoce el compromiso de activistas y militantes en sus luchas por la memoria, verdad y justicia de las víctimas del terrorismo de Estado.
La celebración, que lleva el nombre del obispo asesinado en 1976, se realizó en el patio de Casa de La Rioja, con el objetivo de reconocer la semilla plantada por el religioso en causas de Derechos Humanos y premiar a aquellas personas y grupos que siguen trabajando por estas.
El acto contó con la presencia de la Presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo, Estela de Carlotto, el músico León Gieco y el artista Adolfo Pérez Esquivel, quienes se llevaron un reconocimiento por sus roles como defensores de los DDHH. Todos ellos hicieron mención al próximo balotaje del 19 de noviembre y llamaron a defender el sistema democrático en las urnas.
En la misma línea fueron los mensajes del resto de los premiados, quienes expresaron su agradecimiento y hablaron de esperanza para “estos tiempos dramáticos de decisión y definición de nuestro futuro como sociedad y como Patria”.
Así lo enfatizaron las hermanas azules, las hermanas del Divino Maestro, la familia del referente de los DDHH y de una de las iniciadoras de las Madres de Plaza de Mayo, Fermin Mignone y Chela Mignone. La comunidad de la Santa Cruz, el Padre Paco Olveira, el Vicario de la Solidaridad de la diócesis de Quilmes, el grupo de los 12 de la Santa Cruz, las hermanas de la Asunción, Lola Llorente, Victoria Montenegro, Rubén Dri, también fueron parte del encuentro.
Al momento de recibir su premio, Pérez Esquivel señaló: “A esta democracia hay que fortalecerla y transformarla de una delegativa a una participativa, donde el pueblo tenga herramientas constitucionales y jurídicas para poner límites a los abusos de poder”. Pérez Esquivel recibió un Nobel de la Paz en 1980 por su lucha en favor de los Derechos Humanos y en defensa de la democracia por medios no violentos frente a las dictaduras que asolaban a América Latina.
Estela de Carlotto también agradeció el galardón y expresó: “Las Abuelas no tenemos rencor ni odio, tenemos fuerza para seguir buscando lo que falta. Aunque tengo 93 años, hoy me voy más reforzada por todo lo que dijeron los premiados y porque vino una nieta encontrada (Victoria Montenegro), me hace muy feliz”.
De cara a la segunda vuelta pidió “votar bien”: “Querían que volvamos al infierno, pero no lo van a conseguir. El pueblo argentino es muy inteligente, es gente buena y trabajadora”.
El final estuvo a cargo de una representación artística y testimonial de León Gieco, que interpretó viejas y nuevas canciones con el acompañamiento y entusiasmo militante del público. El acto culminó con su famosa canción “Solo le pido a Dios” y los presentes acompañaron cantando y aplaudiendo.
La organización estuvo a cargo de la Secretaría de DDHH de La Rioja, el Centro Nueva Tierra, la Casa de La Rioja en Buenos Aires, con su directora Fabiana Oviedo. Junto a los y las premiadas, acompañó una nutrida concurrencia que colmó las instalaciones.
También participaron los legisladores nacionales de La Rioja, Sergio Casas, Beba Aguirre de Soria, Gabriela Pedrali, Ricardo Herrera y Ricardo Guerra, además la Secretaría de Comunicación y Planificación, Luz Santángelo Carrizo, el Ministro de Justicia, Seguridad y Derechos Humanos, Dr. Miguel Zárate, y la presidenta de la Convención Constituyente Provincial, Ada Maza.
Néstor Borri, por el Centro Nueva Tierra y Delfor “Pocho” Brizuela, por la Provincia de La Rioja, encuadraron el sentido del acto y los premios: reconocer la semilla y la lucha de Angelelli, en personas y grupos que abrazaron y abrazan la misma causa de los Derechos Humanos, la Memoria, la Verdad, la Justicia, la No violencia y la Paz.
Todos remarcaron que estas banderas son fundamentales para sostener y profundizar el lema Nunca Más Dictadura y por siempre Democracia. “No vale ser neutrales, tenemos que defender la democracia y votar bien”, afirmó Pocho Brizuela en un efusivo discurso.
En esta entrega especial de los premios Angelelli, Brizuela también rememoró las palabras del mártir: “No puedo predicar la resignación” y lo parafrasea: “Hoy Angelelli diría: no puedo predicar la neutralidad”. Y agregó: “La neutralidad es tibieza, es refugio de los cobardes”.