A 30 años del Pacto de Olivos: los protagonistas y las negociaciones que permitieron la reforma constitucional

Los hombres de Carlos Menem y Raúl Alfonsín que llevaron adelante el acuerdo para que el riojano avance con su reelección. El encuentro clave y el peronista que terminó como gran perdedor

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Carlos Menem en Tucumán con
Carlos Menem en Tucumán con Ramón Ortega y Erman González en 1993

El 3 de octubre de 1993, bajo la consigna “vote para adelante”, el gobierno de Carlos Saúl Menem obtuvo un respaldo mayoritario del electorado en los comicios legislativos de medio término. El resultado fue arrollador y le permitió quedar al borde de la mayoría absoluta en la Cámara de Diputados (126 bancas sobre 257) y la Unión Cívica Radical salió segunda con 83; el Movimiento por la Dignidad e Independencia (Modin), que lideraba el teniente coronel Aldo Rico, logró 4 escaños. La derecha, representada por la UCEDE, fue la gran derrotada al perder 4 diputados con su tan solo 2,6% de respaldo. Tal fue el apoyo electoral a Menem que el peronista riojano Erman González, primer candidato a diputado “porteño”, le ganó a Martha Mercader, la respetada escritora y candidata radical, nada menos que en la Capital Federal y en la provincia de Buenos Aires el peronista Alberto Pierri (titular de la Cámara de Diputados de la Nación) obtuvo el 48,1% por sobre el legendario dirigente alfonsinista Federico “Fredy” Storani (25,9%).

En síntesis, entre la mayoría en diputados y los dos tercios en la Cámara de Senadores, Menem podía gobernar sin sobresaltos lo que le quedaba de su período constitucional de seis años. Sin embargo, la noche del domingo 3, al celebrar la victoria, Menem hizo referencia a la posibilidad de una reforma de la Constitución Nacional. En los días posteriores los rumores que hablaban de una reforma constitucional y un acuerdo con las fuerzas políticas para lograrla o la posibilidad de convocar a un referéndum a la ciudadanía para que opine sobre la cuestión crecieron hora a hora. Nadie se sintió sorprendido, en definitiva el opositor ex presidente Raúl Alfonsín, con elevados argumentos y su Tercer Movimiento Histórico, había pretendido lo mismo. Y si no ¿para qué era ese organismo, Consejo de Consolidación de la Democracia, que creó durante su gestión? Lo que había sucedido fue que el 6 de septiembre de 1987 todas sus aspiraciones se desplomaron con su derrota electoral en las elecciones legislativas. En esas horas del 13 de octubre de 1993, frente a varios de sus correligionarios, Alfonsín comento: “Déjenme soñar. Si fuera posible hacer una reforma en la que se pudiera incorporar el proyecto del Consejo, creo que aceptaría.”

En medio de los debates de esos momentos, el 14 de octubre de 1993 surgió un imponderable que condicionaría el momento. Durante el mediodía el presidente de la Nación estaba jugando golf en la residencia de Olivos cuando sintió un cosquilleo en su brazo y luego sobrevino un desvanecimiento. El doctor Ramón Leiguarda, un reconocido neurólogo, fue llamado de urgencia y Menem fue llevado al Instituto Cardiovascular de Buenos Aires, donde bajo la dirección del riojano Luis De la Fuente y Juan Carlos Parodi fue curado de una obstrucción de la arteria carótida interna derecha. Hasta que terminó todo el proceso operatorio, a las 23.45, la jornada estuvo plagada de malos presagios. Esa tarde, mientras la gente pugnaba por entrar al sanatorio con diferentes motivos, la sociedad vivió un clima de ansiedad paralizante mientras los operadores del mercado no dejaban de hablar por teléfono y las acciones de YPF se derrumbaban también en la Bolsa de Nueva York. Carlos Menem debido a su internación no viajó a la cumbre presidencial en Santiago de Chile. Luego de cuatro días de internación, Menem fue dado de alta y retomó la actividad presidencial. Al salir del sanatorio dijo: “Estoy muy bien. Yerba mala nunca muere”.

El 16 de octubre, durante su convalecencia, Raúl Alfonsín fue a visitarlo y le ahí le dio una opinión favorable a una reforma constitucional, con el senador Eduardo Menem como único testigo. Entre buenos deseos y subterfugios, desde el justicialismo y el radicalismo comenzaron los tanteos para lograr el “Acuerdo de la Carótida” como bromeaban unos pocos. Varios gobernadores radicales se inclinaban por la idea, lo mismo que algunos legisladores. Entre otros el gobernador rionegrino Horacio Massaccesi (candidato presidencial en 1995) y el chubutense Carlos Maestro Tartera (el que habrá de decirle a Fernando de la Rúa, en 2001, que debía renunciar).

Encuentro en Olivos entre Menem
Encuentro en Olivos entre Menem y Alfonsín para dar comienzo a la reforma constitucional

Mientras Alfonsín alternaba entre las distintas alas de su centenario partido, Menem sacó el decreto 2181/93 estableciendo una consulta popular voluntaria sobre la necesidad de una reforma constitucional para el 21 de noviembre y el radicalismo comienza a crujir… y ahí apareció Enrique “Coti” Nosiglia, en ese entonces el principal “operador” de Alfonsín. “Si no arreglamos con Menem se nos desbanda el partido”, comentará Raúl Alfonsín mientras comía un asado con sus seguidores. Luego entró en escena el dirigente gastronómico Luis Barrionuevo, considerado uno de los apóstoles de la campaña presidencial de 1988-1989 y martillea en la cabeza presidencial: “Carlos, te aseguro que la reelección va a salir en un acuerdo con los radicales” y Menem le respondió: “Luisito, si vos lográs que eso salga adelante, te nombramos el Gardel del peronismo”. El sindicalista acompañaba una aspiración que el Presidente transmitía entre bromas y deseos incontables: “Yo no luché toda la vida para ser presidente seis años y después irme porque los árabes vivimos cien años”. El 2 de noviembre “Coti” y “Luisito” Barrionuevo van a planificar el encuentro. Barrionuevo pensaba en la reelección presidencial mientras Nosiglia decoraba la idea con argumentos que escuchaba en el domicilio de Alfonsín de la avenida Santa Fe. El ex mandatario se manifestaba predispuesto a negociar después del 12 de noviembre. Ese día debía realizarse la convención radical en Parque Norte y ambicionaba volver a presidir el partido. Una jugada de este nivel podía arruinar su sueño.

Enrique “Coti” Nosiglia
Enrique “Coti” Nosiglia

Según “Coti”, la cumbre no se podía demorar porque entre la convención y el referéndum había muy poco tiempo para negociar y “nos pueden meter un supositorio”. Entre las ideas y vueltas los dos operadores volvieron a comunicarse y acuerdan cerrar la operación. Ahora comienza la travesía de “Luisito”. ¿Dónde está Menem? “El Flaco” Miguel Ángel Vicco, ya alejado del entourage presidencial desde 1991, aunque seguía en las cercanías, estaba junto con otros funcionarios y amigos de Menem en el Jockey Club de San Isidro porque corría “Potriclaro” cuyo dueño, se decía, era Julio Mera Figueroa, y otros dirán que era de Menem. Estábamos (yo era uno de ellos) en la tribuna oficial, con saco y corbata. También estaban Don Jorge Antonio, Mera Figueroa, Armando Gostanian, “el ruso” Gerardo Sofovich, Ramón Hernández y Vicco. Miro hacia la pista y observo a Barrionuevo con camisa de sport, sin saco, discutiendo con una persona. Gritando que debía hablar con el Presidente. Vicco -que estaba al tanto de lo que sucedía por “Luisito”- observa, se acerca a Menem y le dice con esa brutalidad con que a veces se expresaba: “Decime ¡no querés volver a ser Presidente?”. Menem le contesta que sí y Vicco, con sus nervios a cuestas, aconseja: “Bueno, está Luis que te trae un mensaje importante, que lo dejen entrar”. Una vez que se encontró con el Presidente, Barrionuevo le transmitió el visto bueno de Alfonsín y quedaron en verse el viernes. Finalmente, la reunión se adelanta para el día jueves 4 de noviembre porque el jefe radical debía viajar (ese viernes 5) a Tucumán. La reunión clave que conduciría a la reforma constitucional se llevó a cabo en la casa privada del ex canciller alfonsinista Dante Mario Caputo, en Olivos, que se encontraba cumpliendo una misión en Haití. Alfonsín llegó acompañado por el misionero Mario Lozada, hasta ese momento presidente del radicalismo y Nosiglia. El Presidente fue acompañado por Eduardo Duhalde, Barrionuevo y Eduardo Bauza. Todos los asistentes, salvo Alfonsín, Menem, “Coti” y “Luisito”, fueron sorprendidos, anoticiados, minutos antes de cuál sería el motivo del encuentro en lo de Caputo. Por ejemplo, el gobernador Duhalde llegó en helicóptero a Olivos desde La Plata creyendo que iba a jugar al tenis. De allí, entonces, que lucía un jogging y refulgentes zapatillas blancas Adidas. Al verlo entrar en el chalé de Olivos, Menem le preguntó, con sutil sorna: “¿Cabezón, esta es una reunión histórica, tenías que venir con zapatillas?” El gobernador bonaerense se atajo: “Son zapatillas nuevas”. El dueño de casa, mirándolo a Barrionuevo le pregunta: “¿No hay problema en que venga Eduardo, no?”. Los cuatro fueron a lo de Caputo en el auto presidencial conducido por Ramón Hernández. “El flaco” Bauzá no salía de su enojo, apenas sabía algo pero no había sido el gestor del encuentro. Por eso cuando llego al lugar de la reunión le dice a “Coti” que lo había traicionado y, como era su estilo, le pegó suavemente en el estómago.

Detalle de las coincidencias básicas
Detalle de las coincidencias básicas

La cumbre en lo de Caputo no duró más de media hora y antes se había convenido que no se iban a profundizar los temas. Para los justicialistas la cuestión era la reelección presidencial y Alfonsín apenas merodeó la figura del Primer Ministro a la que Menem llamó “ministro coordinador”. Lo importante era lo que significaba el mano a mano en la casa de Caputo y su esposa Anne Morel. Se despidieron y quedaron en formar una comisión para acordar los puntos a tratar en la reforma. Lo que más tarde se denominaría “el núcleo de coincidencias básicas”. Al momento de separarse, Alfonsín le dijo a Menem en voz baja que “en el partido me van a matar” y el Presidente, mirándolo a Nosiglia, le respondió: “Usted tiene al Coti para que le cuide las espaldas”.

Título de tapa de Clarín
Título de tapa de Clarín al trascender el encuentro presidencial

Cuando volvieron a Olivos conversaron sobre lo que se venía en la Argentina. Antes de retornar a La Plata, Duhalde le comentó a Barrionuevo: “Que dos grandes estadistas que tenemos, con Menem y Alfonsín”. Sin disimulo, Barrionuevo le contesto: “Claro, pero estos dos te acaban de cagar”. Claro, hasta ese momento, según Bauzá, Duhalde era el candidato “natural” del peronismo para suceder a Menem en 1995 y terminaba de serlo. A pesar de acordar la confidencialidad del encuentro en Olivos, el lunes 8 de noviembre Ámbito Financiero publicó la noticia. Su director Julio A. Ramos estaba en Europa y desde allí solo objetó la palabra “histórico” del título. Ante la noticia, el mundo político se conmovió. El 12, sin el apoyo de los dos tercios de la convención, Alfonsín fue nombrado titular de la UCR y el 14 de noviembre de 1993 se reconocen públicamente las gestiones tendientes al cambio constitucional. Por el justicialismo aparecen, principalmente, Eduardo Menem, Carlos Vladimiro Corach y Alberto García Lema. El 10 de abril de 1994 se realizo la elección nacional de los constituyentes y las reformas a la Constitución Nacional fueron aprobadas el 22 de agosto de 1994.

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