Desde 1992, Kshamenk, una orca macho, vive confinado en las piletas del acuario de San Clemente del Tuyú, uno de los dos oceanarios más grandes del país y considerado atractivos turístico en la Costa Atlántica. Por eso, y amparados en lo que desde hace unos años sucede con los animales terrestres en los zoológicos, un grupo conformado por expertos en derecho animal, proteccionistas y legisladores presentó esta tarde el proyecto de ley que tiene como objetivo la prohibición de espectáculos con fauna marina silvestre en todo el país y puedan ser liberados del encierro.
El evento que presentó el proyecto de #LeyKshamenk fue realizado en el anexo de la Cámara de Diputados, pero el camino a lo que se aspira sea la nueva ley en favor de los animales se inició el 6 de julio de 2022 cuando llegó al Senado de la Nación Argentina (Expediente S-1577/22), el 6 octubre pasado fue ingresado en la Cámara de Diputados de la Nación (Expediente 4131-D-2023) y hoy se formalizó.
Luego de la introducción sobre el alcance del proyecto de la diputada Natalia Souto, que lo lleva adelante en la Cámara Baja, expuso la jueza Elena Liberatori: “Mantener a un animal privado de su libertad, es decir, que se propenda a la naturalización de su cautiverio, de su prisión, estando confinados, en soledad, sin poder compartir su vida con otros seres de su misma especie, con conductas de estrés, estereotipias, expuestos a sonidos extremos, a todas las acciones de crueldad hacia ellos, seres majestuosos de los océanos, mamíferos muy inteligentes, autónomos, socialmente complejos, con lenguajes y ritos como el duelo”, explicó.
Para finalizar, la magistrada -que logró la liberación de la orangutana Sandra, quien vivió en cautiverio en el ex zoológico porteño y que fue declarada por un tribunal como “persona no humana y ser sintiente”, marcando así un hito en el derecho argentino- expresó enérgica: “¡Decimos una vez más: ¡Mundo maligno! Y los acuarios que sean donde estén (los animales marinos), no educan, no conservan, no investigan, sólo hacen negocios con el sufrimiento. Esto es éticamente inaceptable”.
Durante la jornada, que llevó poco más de hora y media, informaron también sobre la presentación del Amparo Judicial contra la empresa Mundo Marino S.A, por la salud de Kshamenk, que tramita el Juzgado Federal de la ciudad de Dolores (expediente nº 18108/2023).
Minutos antes del inicio, desde Activistas Animalistas de La Costa expresaron: “Llega al Congreso un reclamo social que la Argentina viene peticionando por décadas, para que una vez por todas dejen de existir los acuarios, oceanarios y/o delfinarios que esclavizan la vida de los animales y no proporcionan ninguna clase de aporte educativo, científico ni conservacionista a la sociedad”.
También, fue parte el evento un amplio abanico de especialistas en derecho animal, activistas independientes y ONG animalistas como Proyecto Galgo Argentina, entre otras. El fue reforzado con fundamentos jurídicos y científicos, que a su vez fueron acompañados por material audiovisual, testimonios y apoyos internacionales.
Esto “es el resultado del trabajo en conjunto de distintas personas que realizaron acciones concretas, denuncias, activismos, políticas públicas (forjadas en el cambio de paradigma respecto a los lugares de cautiverio), pero también reunieron suficiente información sobre los animales marinos, orientado a su consideración y reconocimiento como sujetos de derecho y seres sintientes, además del estudio sobre la inteligencia emocional y social que tienen, la problemática que les genera el cautiverio y la posibilidad de rehabilitación que tienen en los santuarios marinos”, aseguran los activistas.
En los últimos años, los grupos proteccionistas que encabezan el pedido de libertad de la orca, lograron obtener y difundir imágenes que dan cuenta del estado en que se encuentra el animal y, por esto, solicitaron a la empresa privada que lo tiene, que permita el ingreso al predio de veterinarios particulares a fin de evaluar su salud, según afirmaron.
Al negarles esa posibilidad, aseguran, reforzaron el reclamo para que Kshamenk pueda vivir el tiempo que le resta en un ambiente que sea lo más similar posible al natural y en libertad.
La historia
Se estima que tiene entre 32 y 36 años, y que fue capturado por el oceanario en las costas de la provincia de Buenos Aires. Actualmente es la única orca que continúa en cautiverio en Sudamérica y vive en un tanque reducido de unos 12 metros de diámetro.
Kshamenk vive en cautividad desde el 19 de noviembre de 1992 y lo hacen participar de distintos espectáculos. Al momento de llegar, se encontró con Belén, una hembra que estaba en el acuario desde el 6 de enero de 1988 y que en 1998 parió a la cría de ambos muerta.
Ella murió el 4 de febrero de 2000, según se cree que por una infección renal. En la necropsia se supo que estaba preñada de 4 meses. Cuando tuvo a su primera cría, no llegaba a los 15 años de edad. Desde entonces, Kshamenk vive sin compañeros de su misma especie y comparte el estanque con delfines mulares hembras nariz de botella: Floppy y Clementina.
“Entre los que hoy sufren las consecuencias derivadas de su explotación en espectáculos de entretenimiento, se encuentra Kshamenk, sustraído de su hábitat natural (el mar), apropiada y mantenida en cautiverio, entrenada, utilizada, explotada y exhibida para shows desde 1992... Además se le ha extraído su material genético a través de prácticas invasivas y crueles, siendo comercializado y exportado sin que exista reglamentación alguna al respecto”, cuenta la asociación Activistas Animalistas de La Costa en la petición de la plataforma Change.org (change.org/StopAcuarios).
La realidad de Kshamenk -aseguran- “es la misma la misma que viven otras especies de animales marinos silvestres (delfines, lobos de mar, pingüinos, tortugas marinas) en acuarios que montan espectáculos con ellos, en lugar de rehabilitarlos y restablecerlos a su hábitat natural, causándoles a estos seres sintientes múltiples daños y sufrimiento”.
Según los datos que recopilaron, se calcula que en 2019, en los oceanarios más grandes del país había unos 223 animales marinos en cautiverio. “Los zoológicos están cerrando, los animales terrestres están siendo trasladados a raíz de un exigencia social que despertó la voluntad política en Argentina. Ahora es el momento de los acuarios y toca pensar en los animales marinos”, concluyen.
La petición comenzó a reunir firmas virtuales en marzo de 2016 y hasta el momento supera las 690 mil firmas.
*Puede ver la petición copiando y pegando change.org/StopAcuarios en su buscador