Si no ocurre nada imprevisto, el 25 de noviembre, cuando se cumplan seis años de la muerte del joven mapuche Rafael Nahuel en el marco de un operativo de Prefectura Naval en el bosque montañoso del Lago Mascardi, el juicio por el caso habrá terminado y, al menos en primera instancia, se sabrá el grado de responsabilidad que tuvieron los cinco agentes del grupo especial Albatros acusados.
El juicio comenzó en agosto y, tras la declaración de decenas de testigos, entró en su etapa final: queda la declaración -fuera de agenda- de uno de los imputados, los alegatos de cierre de las partes y, finalmente, el veredicto del Tribunal Oral Criminal Federal de la ciudad patagónica de General Roca, que responderá la pregunta sobre cómo se dio, según las pruebas colectadas, la muerte del chico de 22 años aquella mañana de 2017: ¿fue en el contexto de un enfrentamiento armado o los prefectos dispararon durante una persecución y mataron por la espalda a Rafael, que estaba desarmado?
El último martes los jueces del Tribunal Alejandro Silva, Simón Bracco y Pablo Diaz Lacava viajaron hasta Bariloche para desandar el terreno donde se realizó el operativo y alcanzar, montaña arriba, el lugar donde murió Nahuel producto de una bala disparada por un Albatro que le entró por el glúteo. Los acusados son Sergio Guillermo Cavia, Juan Obregón, Sergio García, Carlos Sosa y Francisco Javier Pintos.
A partir del testimonio de Johana Colhuan, herida de bala y sobreviviente, presente en la recorrida, se pudo ubicar exactamente el sitio donde recibió el disparo y murió Rafael. Se logró con un equipo de geolocalización que marcó cada lugar donde fueron halladas en su momento 31 vainas servidas los magistrados reconstruyeron la secuencia.
Además de Colhuan, participaron los prefectos García y Obregón y los otros dos sobrevivientes, Fausto Jones Huala y Lautaro González Curruhuinca, ambos jóvenes detenidos tras aquel operativo de 2017. Fue la última medida del Tribunal antes de avanzar sobre la definición de un caso que tiene al prefecto Cavia en una posición más comprometida ya que la última pericia balística hecha sobre el proyectil encontrado en el cuerpo de Nahuel indica que fue disparado por el arma asignada a él.
Por eso, al cierre de la instrucción Cavia quedó imputado por el Ministerio Público Fiscal del delito de “homicidio agravado cometido en exceso de legítima defensa” y el resto de sus colegas, como “partícipes necesarios”, lo que indica que fueron imprescindibles para la concreción del hecho.
No es casual que Cavia haya pedido ampliar su declaración indagatoria en la próxima audiencia, marcada para el próximo miércoles, justo antes de los alegatos. La coartada del prefecto de los Albatros es que su cargador fue secuestrado al inicio de la investigación con todas las balas en la recámara. Por lo tanto, resultaría imposible que él haya disparado. Pero, a la vez, nadie discute la calidad y precisión de la pericia hecha en Salta, firmada por los cuatro peritos intervinientes como positiva.
El análisis se hace comparando las estrías de la bala con las del arma a partir de unas fotos tomadas con lentes súper especiales: las imágenes se contraponen y una aplicación se encarga de encontrar los puntos de coincidencia, del mismo modo, para que se entienda, en que se comparan huellas dactilares de personas halladas en la escena de un crimen.
Lo curioso es que la pericia hecha en Salta contradice la original, realizada en Río Negro, que había indicado que se trataba de un proyectil disparado por Pintos con un subfusil MP5. Como el acusado en su momento indicó que él no había subido al operativo en la montaña con ese arma, sino con una 9 milímetros, se pidió realizar una nueva pericia. Entonces se hizo la segunda, en la sede de Gendarmería en Buenos Aires, pero arrojó que el proyectil no era ni de Pintos ni de Obregón, quien portaba un MP5. Lo que derivó hacia el tercer análisis, realizado en el Cuerpo de Investigaciones Fiscales (CIF) de Salta, que señaló a Cavia.
“Fue importante ir geolocalizando en el terreno dónde se habían levantado las vainas, lo que dio la pauta de dónde tiraron. Fuimos marcando y los testigos iban contando. Llegamos a un punto donde Johana, que recibió un disparo en el hombro aquel día, dijo ‘acá cayó Rafa’, y se puso a llorar. Ellos no habían vuelto. Ella es la prima y tenía un vínculo muy fuerte, según contó en el juicio. Fue un momento fuerte”, contó Mariano Przybylski, abogado y director nacional de Políticas contra la Violencia Institucional, de la secretaría de Derechos Humanos, que en el juicio es una de las tres querellas.
Para el abogado de los prefectos Cavia, Pintos y Sosa, la inspección no tenía sentido. No sólo se opuso a la decisión del Tribunal -tras un pedido del fiscal del juicio Rafael Vehils Ruíz- sino que no mandó a sus defendidos. “Me parecía tan irrelevante que ni fui”, le admitió Marcelo Rochetti a Infobae. Para la defensa de estos tres acusados la muerte de Nahuel se dio en el contexto de una emboscada y enfrentamiento armado donde dispararon primero los mapuches.
Según Rochetti, “está probado el enfrentamiento” y la clave de esta hipótesis está en el hallazgo de restos de pólvora por deflagración en las manos de Nahuel, Jones Huala y González. “Es indignante. Las querellas se esmeran en que esto se debe a que hubo transferencia de partículas de ese polvo de los prefectos que estuvieron en contacto con ellos a la hora de la detención. Si Nahuel recibe el disparo en la espalda, cómo hubo transferencia de pólvora a las manos. Si la transferencia hubiese existido porque le colocaron las esposas los agentes, hubiesen hallado el material en las muñecas, no en la palma”, indicó Rochetti.
“La teoría de Bullrich y de las defensas de los prefectos es que hubo un enfrentamiento armado y que los Albatros se defendieron de manera legítima. Durante todo el juicio no se pudo probar el arma de los mapuches. No se encontró nunca un arma que no sea la de los prefectos. En el allanamiento dos días antes del crimen, hecho por la Policía Federal, tampoco se encontró ningún arma de fuego. Y después de la muerte de Rafa, tampoco. Cuando se hace la inspección ocular 12 días después del crimen se encuentran 31 vainas servidas, todas 9 mm de Prefectura”, respondió Przybylski.
El abogado de Derechos Humanos de la Nación remarcó que tampoco se hallaron rastros de disparos hechos por los mapuches, y recordó unas fotos presuntamente falsas que se encargó de difundir el Ministerio de Seguridad de la Nación cuando estuvo bajo las órdenes de Patricia Bullrich: “Las supuestas improntas en los árboles tampoco se encontraron. Ni para un lado (Albatros) ni para el otro (mapuches). Lo único que tienen como prueba de arma de fuego es que encontraron restos de fulminante en las manos de Lautaro, de Fausto y en parte de la ropa de Rafa”.
Durante su declaración en el juicio, Fausto Jones Huala declaró que no tiraron con armas de fuego y que se defendieron con piedras cuando empezaron a ser perseguidos por los Albatros. “Para mí se cayó la teoría del enfrentamiento”, dijo Przybylski, quien adelantó que va a pedir que se los castigue a todos como coautores de homicidio calificado.
De acuerdo con la defensa de Rochetti, los rastros de impacto de bala “no se encontraron porque es una selva, y porque tiraban con revólver, aunque no encontraron las armas porque nunca los allanaron. Hay declaraciones de la médica de una ambulancia que dijo que se escucharon disparos de arma de fuego”.
Se refiere al testimonio en juicio de la médica del Hospital Zonal de Bariloche, Carolina Zombory, que llegó para asistir a los heridos de bala y a Rafael Nahuel. Además de haber destacado en su declaración que “tardaron mucho” en proteger las manos de la víctima fatal declaró que desde la montaña escuchó disparos. Przybylski advirtió una contradicción, ya que en la instrucción la médica había dicho que no oyó disparos.
La intriga sobre quién disparó y si efectivamente fue un enfrentamiento o una persecusión se disipará en menos de un mes. Por lo pronto, el próximo miércoles 1 de noviembre declarará Cavia. Luego, el 7 y 8 de noviembre se realizarán las audiencias de los alegatos de las querellas y la fiscalía. El 14 y 15 de ese mes alegarán las defensas, y el miércoles 22 sería la fecha en que el Tribunal comunique el veredicto.