Ayer lunes, en el corazón de Rosario, un incidente sacudió el Complejo Educativo Gurruchaga cuando una sección de su techo colapsó, enviando ondas de preocupación a través de la comunidad educativa local.
Las intensas lluvias del domingo y el lunes desencadenaron el desplome del techo, ya que una canaleta no pudo soportar el peso del agua acumulada, resultando en el derrumbe de cuatro aulas mientras los estudiantes estaban en clase. Afortunadamente, más de un centenar de alumnos fueron evacuados sin sufrir daños personales, ya que los padres respondieron rápidamente a la situación de emergencia.
Pablo Coppa, vicedirector de la institución, fue claro al explicar que se tomaron medidas inmediatas para mitigar cualquier peligro adicional. Después del colapso, se desconectó la electricidad en el área afectada, asegurando la seguridad de los estudiantes y el personal presente.
El directivo habló con los medios locales y enfatizó la naturaleza inesperada y violenta del fenómeno climático que llevó al incidente. “Hay que estar atentos a estas cosas”, dijo, subrayando la necesidad de estar preparados para eventos climáticos imprevisibles.
Según informó Télam, el incidente suscitó preguntas sobre la infraestructura del edificio, un monumento de más de 100 años de antigüedad y sobre ello, Coppa anunció planes para solicitar al Fondo de Asistencia Educativa que realice mejoras significativas en la impermeabilización del edificio para evitar problemas similares en el futuro. Esta medida proactiva busca no solo abordar el incidente actual, sino también prevenir futuros percances relacionados con las condiciones climáticas extremas.
Este incidente en el Complejo Educativo Gurruchaga de Rosario, que resultó en el desplome de parte de su techo debido a las intensas lluvias, vuelve a poner de manifiesto una preocupante tendencia que se está volviendo demasiado común y este tipo de eventos no son aislados; a menudo, las instituciones educativas se ven afectadas por problemas estructurales graves, poniendo en peligro la seguridad de los estudiantes.
Este año, a principios de julio, se produjo un incidente similar en el ex Colegio Nacional de Adrogué, situado en el partido bonaerense de Almirante Brown.
Allí, parte de la mampostería del techo se desprendió, creando una situación de riesgo para los alumnos que estaban a punto de ingresar al edificio. Las imágenes del derrumbe circularon rápidamente en las redes sociales, revelando la magnitud del problema.
Rocío, una estudiante del Instituto Superior de Formación Docente Nº 41 que opera en el mismo edificio, describió la situación con preocupación. “Lo que pasó es que se derrumbó parte de la mampostería del techo del piso de arriba. Esto se debe a que el techo tiene un montón de filtraciones donde entra el agua de la lluvia y obviamente la estructura no aguanta”, relató.
“Es una situación que se suma a muchas otras. Es una cosa que pasó y que pudo haber sido una tragedia, porque estaban por ingresar los estudiantes de la secundaria que funciona en el turno mañana, qué es la N° 11″, detalló la mujer.
En esa línea Rocío reflexionó: “Podríamos estar hablando de una tragedia, así que es urgente lo que está pasando y es urgente que se visibilice lo que sucede: estamos cursando en estas condiciones y las clases no se suspenden. No hay arreglos integrales en el edificio, que es un edificio histórico en el centro de Adrogué”. “No hay arreglos integrales para que el edificio funcione”, insistió.
El edificio alberga no menos de cinco instituciones educativas, incluyendo dos escuelas secundarias, un Profesorado de Educación Física y comisiones de la Universidad Nacional Guillermo Brown. Este alto número de personas compartiendo un espacio que está claramente en condiciones precarias plantea una preocupación significativa para la seguridad de todos los involucrados.
Finalmente, Rocío también señaló que este no es un incidente aislado. En años anteriores, hubo otros problemas similares, incluyendo la caída de una ventana sobre una compañera pero a pesar de las promesas de abordar los problemas, los arreglos integrales nunca se han llevado a cabo y la situación de abandono persiste.
Con información de Télam