Un hombre de 53 años fue diagnosticado con hantavirus en Neuquén luego de que fuera internado en la Unidad de Terapia Intensiva de un hospital ubicado en la capital provincial. El paciente acudió a la guardia durante el viernes, tras haber experimentado varios síntomas, pero no sospechaba de que se tratase de esta enfermedad.
La persona infectada es un ciudadano oriundo de la localidad neuquina de Villa Traful, que había sido trasladado hacia un centro de salud ubicado en San Martín de Los Andes para que pudiera ser asistido. Horas más tarde, el personal médico del lugar acordó la derivación en un vuelo sanitario hacia el Hospital Regional Castro Rendón de Neuquén al evaluarse que su cuadro podría empeorar, puesto que tenía las plaquetas bajas.
A raíz del estado en el que se encontraba, el director del hospital, Adrián Lammel, informó que “continúa internado en terapia intensiva”, pero que “por ahora se encuentra estable”. Asimismo, relató que el caso de hantavirus fue confirmado en su dependencia, ya que al llegar le realizaron estudios de laboratorio.
De acuerdo con la información de Télam, las muestras médicas que le tomaron al paciente fueron enviadas hacia el Instituto Anlis-Malbrán, por lo que se espera la confirmación final del organismo que responde al Ministerio de Salud de la Nación.
El hantavirus (VH) se trata de una enfermedad zoonótica que se transmite con mayor frecuencia a través de la orina, heces y saliva contaminados con el virus que pueden dejar roedores como, por ejemplo, ratones y ratas, al aire libre. Según la Organización Panamericana de la Salud (OPS), los seres humanos suelen contagiarse por medio de la inhalación de partículas virales y, por el momento, “no hay tratamiento disponible”.
Otras posibles vías de transmisión son el contacto con excrementos o secreciones de ratones infectados con las mucosas conjuntival, nasal o bucal, o mordedura del roedor infectado. Además, la mayor exposición ocurre al visitar zonas suburbanas y ambientes rurales, ya sea durante actividades laborales, recreativas, o por ingresar a un depósito infectado por roedores.
De la misma manera, el organismo alerta sobre la posibilidad de que se produzca un contagio entre humanos, debido a que los fluidos humanos y las secreciones de la persona infectada se encuentran contaminados con el virus. Por este motivo, se recomienda extremar los cuidados.
El período de incubación de la enfermedad puede oscilar entre los primeros días hasta seis semanas de haberse producido el contacto. Los primeros síntomas que podrían presentarse son los siguientes: dolor de cabeza, mareos, escalofríos, fiebre y mialgia. Tampoco se descarta que se desarrollen cuadros gastrointestinales que incluirían náuseas, vómitos, dolores abdominales y diarrea, acompañados de dificultades respiratorias e hipotensión.
A pesar de que la transmisión se produce de la misma forma, la OPS distingue entre dos tipos de virus: el que produce un tipo de fiebre hemorrágica con síndrome renal y el síndrome cardiopulmonar por hantavirus (SCPH). La fiebre hemorrágica con síndrome renal sería la menos mortal, debido a que las probabilidades varían entre el 5 y el 15%, mientras que el SCPH que suele ser más habitual en Sudamérica ronda el 38%.
Frente a estas estadísticas, el Ministerio de Salud de Neuquén recomienda tomar una serie de precauciones para prevenir el contagio, entre ellas, comer y dormir en lugares limpios; no colocar la bolsa de dormir directamente en el suelo y a la intemperie; instalar las carpas en lugares permitidos y habilitados; circular en senderos y playas habilitadas; lavarse las manos y no recolectar, ingerir u oler frutos, tallos, hoja o semillas sin higienizarlos.
En cuanto a la limpieza del hogar, para evitar que los roedores ingresen en un domicilio aconsejaron tapar todos los orificios que existan, ya que pueden inmiscuirse por huecos que tengan el tamaño de una moneda de 10 centavos. Además, limpiar los pisos con lavandina diluida y dejar actuar por media hora, repasar las superficies con una dilución de 1 parte de lavandina y 9 de agua, utilizar barbijos, guantes de uso doméstico y antiparras durante la limpieza en interiores y exteriores, no dejan al descubierto alimentos y/o residuos y consumir agua potable.