Desde chico Joan Manuel Hidalgo fue un apasionado de la electricidad, las herramientas y los motores. Pedía pinzas y destornilladores para el cumpleaños y ya jugaba a ser inventor de nuevos objetos para toda la familia.
Joan Manuel le debe su nombre al fanatismo de sus padres por Serrat. Quizás si se pudiera viajar en el tiempo, se podría ver a ese niño jugar con cables, pedazos de hierro a armar máquinas únicas. De fondo, en la casa familiar sonaba al taco casi en continuado los temas del cantante catalán. Su mamá tarareaba “Esos locos bajitos”, mientras un Joan Manuel niño jugaba en el piso de su pieza con todas sus herramientas desparramadas.
El joven Hidalgo creció y estudió técnico en publicidad. Sin embargo, la pasión por las máquinas, por ser un inventor seguía rondando en su cabeza. Mientras buscaba otros trabajos, siempre se hacía tiempo para investigar en todo tipo de motores y dispositivos nuevos.
Trabajar para Youtube
En un momento descubrió que podía hacer videos para youtube con todo lo que hacía en el taller de su casa. De esa manera, convirtió un hobby en un trabajo. Que es también su placer. Cartón lleno para Joan Manuel.
Fue así que Hidalgo empieza a tener visibilidad dentro de Youtube. Sus videos eran cada vez más vistos. “Pude empezar a vivir de esa monetización que me daba la plataforma. Y así seguir y pensar nuevos proyectos”, explica el joven de 28 años en diálogo telefónico con Infobae.
Lo primero que hizo Hidalgo fue una cama elevada que tenía un escritorio debajo. Con ese prototipo obtuvo cientos de miles de visitas. “Entiendo que mucha personas lo ven como una diversión, no para copiar lo que hago en sus casas –admite Joan Manuel-. Por eso, yo le pongo toda la magia posible para que sea divertido”.
Entre sus hits, está el martillo de Thor con imán que le permitía simular el poder del superhéroe de Marvel. También un juego de arcade inserto en un barril que funcionaba como mesa ratona para el living. “Algunas de las cosas que fabrico las desarmo luego de terminadas porque ya no tengo lugar en mi taller para tantas cosas”, explica Hidalgo.
El youtuber está en pareja con una abogada que lo ayuda con los contratos con las plataformas. Joan Manuel, en tanto, se pasa gran parte del día en su taller. “Mi próximo proyecto es recrear un motor a vapor y usarlo en un karting”, se ilusiona Hidalgo. En general, el inventor no vuelca nunca un plano en el papel. Todo lo tiene en su mente. Hace las cuentas mentales y empieza a simular los obstáculos que puede llegar a tener y cómo los va a resolver. “Sólo anoto cuando se me ocurre una nueva idea, para no olvidarla”, sostiene.
Los sitios de compra venta de Internet son los sitios preferidos del youtuber. Allí, encuentra verdaderas reliquias que luego restaurará o convertirá en otra cosa para sumar visualizaciones a sus producciones.
Una reliquia de Interama
Uno de sus últimos videos se volvió viral en TikTok. El youtuber encontró en el sitio de compras de Facebook un viejo auto chocador totalmente destruido y abandonado. En ese momento, hace dos años, lo pagó 45 mil pesos. “Hoy seguro debe duplicar o más su valor”, evaluó Hidalgo.
Primero el vendedor le había informado que el auto era del Italpark. Pero tras investigar, Hidalgo descubrió que en realidad era un fabricante francés que le había vendido todo el material al otro parque de diversiones de la ciudad: Interama.
El objeto dio vueltas en el Parque de diversiones que quedaba en Villa Soldati. Este espacio, inaugurado en 1982, primero se llamó Interama y luego fue rebautizado como Parque de la Ciudad cuando pasó a manos del Estado porteño. Cerró definitivamente sus puertas en 2007.
Tras el final, el gobierno porteño lo convirtió en un parque en el que solo resiste la mítica Torre de Interama, en la que funcionó un mirador y era anunciada como “el punto más alto de la ciudad”. En los mejores fines de semana del parque, podían llegar hasta Soldati unas 35 mil personas.
La restauración
De allí, llegó el auto chocador que llegó a manos de Hidalgo. De a poco, este joven empezó el proceso de restauración. “Mi objetivo era mostrar todo en videos de Youtube - cuenta el joven que se entusiasmó con todo el proceso-. Mi objetivo era probarlo en la calle. Sin chocar a nadie”.
Entonces arrancó el proceso que Joan Manuel mostró en forma detallada en su canal de Youtube. Primero hizo una limpieza profunda. También pulió toda la carrocería y cambió su color de un amarillo gastado a un azul profundo. Repuso las terminaciones de las varillas de metal y repuso también los plásticos que simulaban las luces de posición del auto chocador.
Luego hizo el trabajo para mejorar los asientos. Tuvo que cambiarlos y agregarle una especie de almohadón para el conductor del auto chocador. Faltaba lo más importante: el motor que hiciera andar de nuevo al objeto que había sido usado por chicos y grandes en la pista del Parque de la Ciudad.
Hidalgo armó y desarmó esa parte del auto chocador. No lograba hacerlo andar. Intentó varias veces con cambios de algunas partes. pero nada el motor no arrancaba. Así, Joan Manuel veía escapar parte de su sueño. Pero no se detuvo.
El youtuber probó con el motor eléctrico de 350 watts de un monopatín. Y la magia se produjo. El inventor recuerda ese momento único en que escuchó el ruido del motor y las ruedas del auto girando. Ya estaba listo para salir a las rutas. “Todo esto fue un proceso de 3 meses. No se hace de un día para el otro, aunque en los videos de Youtube parezca fácil. Yo igual, siempre intento contar todo en mis producciones para que vean a los obstáculos a los que me enfrento”.
Así, llegó el momento de probar el auto chocador en la calle. Primero lo intentó en un playón de tecnópolis pero no lo dejaron. Hasta que encontró un estacionamiento de un supermercado que cerraba los domingos. Y ahí fue donde pudo hacer funcionar al objeto que había restaurado. Vio cristalizado su proyecto. En las imágenes que tienen millones de reproducciones en TikTok se lo ve a Joan Manuel dar vueltas con su auto de color azul profundo. En la cara se le dibuja una sonrisa, la misma que tenía de chico cuando armaba algunas de sus máquinas, mientras de fondo Serrat le ponía la banda de sonido a sus sueños.