A casi un mes del asesinato de Walter Matías Rosales, el argentino que murió tras recibir una puñalada en el pecho en Bolivia, la familia marchó para pedir justicia y apuntó nuevamente contra las autoridades locales al denunciar que “estuvo vivo 40 minutos fuera del hospital”. En ese sentido, la madre de la víctima expresó: “Estoy enojada con la Justicia boliviana que no quiere investigar”.
La convocatoria se realizó durante la tarde noche del jueves en Neuquén pese a las adversidades que se presentaron, puesto que regía una alerta meteorológica por fuertes vientos, lo que retrasó incluso la llegada de Carina Cheuquepan, madre de Matías. De la movilización, participaron amigos, familiares y personas de la comunidad que se sumaron al reclamo con carteles y una bandera que exigía “justicia por Matías”.
En un diálogo con el medio regional Diario de Río Negro, Carina reiteró sus cuestionamientos al accionar de la Justicia boliviana y volvió a apuntar contra las autoridades del hospital al que fue llevado su hijo, en donde, según denuncian, no fue atendido por los médicos.
“Mi hijo estuvo vivo entre 30 y 40 minutos afuera del hospital”, sostuvo la mujer y aseguró que, en las últimas horas, un testigo clave habría confirmado que el hombre estuvo ese tiempo sin ser atendido. En consecuencia, exigió “explicaciones” al director del hospital.
De esta manera, Cheuquepan manifestó: “No estoy enojada con el pueblo boliviano, sino con la Justicia boliviana que no quiere investigar, que nos sigue tomando el pelo y faltando el respeto”. “No están buscando al responsable porque no les interesa, porque como dijera era un argentino y entonces no quieren hacer justicia, pero yo voy a luchar para lograrla”, agregó.
Matías Rosales fue asesinado de una puñalada en el pecho en la ciudad de Oruro un día después de que llegara junto a su novia, Florencia, a la mencionada localidad boliviana. Aquel 12 de septiembre, él estaba tomando mate con su novia en la vereda, cuando de repente se acercó un hombre de nacionalidad colombiano a charlar con ellos, compartieron un mate y se fue.
Sin embargo, dos horas después, regresó alterado e invitó a la víctima a comprar una bebida en una despensa cercana. En ese momento, el argentino recibió una puñalada mortal en el pecho.
Tal como relató la familia los días posteriores al crimen, Rosales caminó como pudo hasta la puerta del lugar donde se hospedaban y se desvaneció. Antes de caer tendido, llegó a contarle a Florencia lo que había sucedido. Ella, desesperada, comenzó a pedir ayuda a los gritos, pero luego denunció que no recibió el apoyo necesario de los testigos, como así tampoco de los servicios de emergencia.
Una ambulancia de la Dirección Departamental de Bomberos “Calama” Oruro llegó media hora después y se encargó de trasladar a Matías al hospital San Juan de Dios, que se encontraba a dos cuadras, donde, según sostuvo Florencia, no lo quisieron atender y murió en la vereda. Por esto mismo, su familia sostiene que los equipos de emergencia le negaron la atención que podría haberle salvado la vida. En este contexto, las autoridades consulares argentinas se reunieron con los funcionarios correspondientes a fin de poder esclarecer cómo sucedieron los hechos.
Con respecto a la investigación, Carina comentó que el sospechoso de nacionalidad colombiana que había sido detenido fue puesto en libertad luego de que la pareja de la víctima confirmara que no se trataba del atacante.
Cerca de cumplirse un mes, aún no hay detenidos por el crimen de Rosales, por lo que su madre se quejó durante la movilización de que “todavía no haya ni siquiera un identikit” del asesino, en línea con la información del portal local LMNeuquén.