“Como tetas y vergüenza y recientemente cara y dignidad tampoco tengo le voy a volver a hablar a todos los pibes que me gustan”, dice Romina Juarez, conocida como la radióloga de Tiktok (@ro.mi.na.j) quien tuvo más de medio millón de likes por este posteo llamado “Ya fue todo vieja” y más de 5000 comentarios. Es que la radióloga, que hasta ese momento mostraba la cotidianidad de su trabajo con mucho sentido del humor, esta vez mostró desde su casa, frente a la computadora, cómo combate la depresión dominguera: jugando a lo que ella denominó “la ruleta rusa de Instagram”, un juego arriesgado y no apto para personas que temen al rechazo. Lo explica: “yo entro y si un chico que me gusta publicó una historia se la tengo que contestar sí o sí”.
Antes de entregarse a la tarea, la radióloga mira a la pantalla y saborea la adrenalina del momento, golpeando el dorso de una mano sobre la palma de su otra mano. “Listo. Estoy en el baile. Voy a bailar”, anticipa a una audiencia que queda hipnotizada por su originalidad, desparpajo, arrojo. La protagonista de esta historia tiene 30 años, nació en zona sur, Guernica y vive hace seis años en Capital donde trabaja como radióloga en una clínica de la que prefiere no revelar su nombre. Romina llevó su actitud, su forma de ser a las redes, mostrándose tal cual es, divertida, natural, sin maquillaje, tampoco filtros. Atrapa con su personalidad en TikTok en tiempos donde prevalece el artificio, lo superficial, lo instagrameable.
El video continúa cuando comienza a jugar a la ruleta rusa de Instagram. “Gira la ruleta… a ver qué materiales hay. Opa. Acá hay algo. Historia con la mamá. Me viene al pelo”, expresa. Se vuelve sobre la pantalla y tipea: “Qué linda mi suegra”. “¿Foto en cuero? Le voy a mandar unos fuegos. Y simula disparos con los dedos índices. “Pium pium”.
Así la radióloga de TikTok llega a comentar una historia de un chico al que le había apostado una “birra” si perdía su equipo. Y le recuerda “Che, cómo le ganamos. Me debés una birra ja ja”. Y después de dar por completada la tarea, lanza un “No va más…” Luego, recibe una notificación del que le debía una cerveza y le pregunta: “¿Qué hacés mañana? “Está pasando. Está pasando”, relata eufórica ante su audiencia. “Picó, picó”, exclama y se levanta a festejar dando una vueltita con canto futbolero. Su plan para combatir el domingo depresivo funcionó. Y dice con incredulidad: “Tengo una cita”. La publicación casi alcanza los 5 millones de reproducciones, que se suma a otro de 7,2 millones de vistas. ¿Qué le comentan sus seguidores? Que los inspira, que aman su actitud despreocupada y le piden nuevos “episodios” de la ruleta rusa de Instagram. La forma lúdica en la que Romina encara, atrapa llamativamente. Su espontaneidad despierta curiosidad, igual que sus excusas para hablarle a los hombres.
Su llegada a TikTok
La llegada de la radióloga a TikTok fue inesperado e iba cambiando de rumbo en sus publicaciones. Empezó mostrando más que nada en Instagram sus pinturas, su cuadros, sus intervenciones de arte callejero. TikTok casi ni lo usaba. “Siempre veía en TikTok que había gente que subía vídeos de un día en su trabajo. Y que siempre eran no sé, en Puerto Madero, con la ventana que daba no sé dónde. Todo muy cool, relajado. Y yo pensaba, chabón, esto no es la vida, qué me querés vender. Y también como harta de la estética aesthetic viste de los colores sepia me dije: ¿quién vive de esa manera? Nadie. Por otra parte el sanatorio donde trabajo hace 8 años es una gran sitcom. Un lugar que me encanta, amo a mis compañeros y somos como una gran familia. Pasás tanto tiempo, que ya sabés qué van a comer, qué van a decir, que te van a contar, que la heladera se va a descongelar y no la va a limpiar nadie. Que van a pedir plata para los 30 cumpleaños del mes. Es un laburo rutinario, como la vida. Siempre con mis compañeros decíamos, si pusiéramos una cámara acá, seríamos el mejor reality”, relata.
Y así lo hizo, grabó un día en su vida como radióloga, y al ver que no había likes, bajó el contenido de TikTok y volvió a subirlo porque no podía ser que no funcionara. Era bueno lo que había propuesto. Por la noche, salió con un grupo de radiólogos y les preguntó si habían visto lo que había subido y al volver a entrar la aplicación se encontró con una gran sorpresa, estaba “estallada”.
En sus videos, recrea variedad de situaciones que representan la cotidianidad en su trabajo. En “Asadito y radiografía” muestra a un paciente que va a hacerse un estudio de un dedo a las 3 de la mañana, después de un asado, aprovechando que no tenía sueño y a esa hora no suele haber nadie. En otro posteo se desilusiona cómo le queda el ambo, que no luce como los de Grey’s Anatomy. Y en otro, se queja mientras hace una radiografía “señora no sé qué tan preparada se vino, porque acá le sale corpiño, cadenitas, un broche, no sé qué tiene en el pecho señora, una ferretería” …. Esto real, no son situaciones que no sucedan. “Atiendo cinco mujeres por día y las cinco mujeres le digo sacate el corpiño y no se lo sacan. No puede ser. Te juro que es la vida misma. No invento nada”, explica riéndose. Pero el buen humor prima con quienes trabaja. Entienden que quienes van al sanatorio se sienten mal, están enojados, preocupados o tristes. “No están de paseo. Por lo que que intentamos siempre que el paciente que viene al menos a nuestro sector que se vaya a gusto. Quizás le hacemos un chiste”, expresa.
Romina es extrovertida y es así de toda la vida. Se mueve con frescura frente a la cámara, que mira con complicidad. Lo cierto es que estudió muchos años teatro. “Me daban siempre los personajes de humor y mi vieja me veía actuar y me decía “no estás actuando Romina, sos así de loca. Soy así, no me saldría ser de otra manera”.
Su vida personal
La ruleta rusa de Instagram la inventó para combatir un domingo depresivo. Dice que es parte de su personalidad lúdica. Que no puede estar tres horas sin hacer nada sola en su casa y se inventa juegos.
— ¿Siempre vas por lo que querés?
— Sí, que voy a estar, ¿esperando?… Ya está. Me han roto el corazón tantas veces. Me han clavado tantos vistos. Que ya no me importa nada. Si no me contestás vos chabón, me va a contestar otro. Es como cuando perdés un colectivo, ya va a venir otro.
— ¿Saliste con muchos chicos por mandada?
— Creo que con casi todos salí por mandada. Yo me pongo contenta cuando viene un pibe a chamuyarme a mí porque no me pasa nunca. Yo siempre voy chamuyarme a los pibes. Pero esto también es importante, yo sé retirarme a tiempo. Cuando veo que del otro lado no hay algo recíproco, no me encapricho. Me retiro. Igual que cuando se termina una relación. Tengo mucho respeto por el otro y por mí.
— ¿Hace mucho no tenés una relación estable?
— Hace como 800 años que no tengo una relación estable, larga. Mi experiencia es que por lo general yo con los chicos salgo máximo tres veces y después desaparecen literalmente. Si más o menos arranco un vínculo me suelen durar máximo tres meses. Este año salí con un chico y estuvimos tres meses juntos y bueno él después decidió cortar el vínculo y me pareció bien. Y después empezó todo lo de “la caña” con los videos. Si el pibe vio los videos va pensar qué hace esta loca. Igual fue mucho después de cortar con este chico.
— ¿Qué te escribe tu audiencia?
— Me dicen Romi me animé y le contesté la historia a tal. O Romi me animé y le hablé a tal. O me dicen que no se animan y yo les respondo, dale, mandate, ya fue. Bueno y si sale mal, ya está…. A mí me pone re contenta, me parece divertido esto de desdramatizar. Si esta persona no es para mí, seguro va a haber otra. La vida hay que vivirla, me entendés y que yo no quiero quedarme con las ganas de nada y si tengo ganas de decirle a alguien, que lo quiero mucho, se lo voy a decir. Así como también si tengo ganas de decirle a un chico que tengo ganas de salir con él también se lo voy a decir.
— ¿Te imaginabas que iba a explotar tu TikTok de esa manera?
— Tantos años remándola con la con el arte y subo un vídeo hablándole a pibes y me llaman de todos lados. Ese fue el chiste con mis hermanos, porque hace años que mando convocatorias a cosas y nunca quedo. Participo de muestras y me gustaría exponer en una galería grosa, pero no fluye por ahí. Lo mismo, subo un vídeo de un día como radióloga, algo a lo que le daba menor importancia porque mi trabajo me sirve para hacer otras otras cosas que sí me gustan muchísimo más, como el arte. Me encantaría tener un taller gigante, lleno de obras con gente que entre, que salga, donde puedan suceder muchas cosas lindas, porque soy muy amiguera.
El juego para conseguir citas no lo hace solo online. También se anima al cara a cara en un bar. Al chamuyo presencial. Su pregunta favorita para iniciar una conversación es “¿vos vas a natación conmigo, no? Una noche en un bar una amiga que había cortado con su novio le expresó su preocupación sobre cómo conocer a alguien nuevo. Y Romina le dio una clase magistral. “Me chamuyé al que estaba en la silla de atrás. Y te juro que al día siguiente tuve una cita. Yo les opiné en su charla, ellos también. Si vos vas de una manera copada a hablar con alguien. Se va a copar con vos también. Confío en que no me van a dejar pagando y va a fluir”, explica la tiktoker que ya fue convocada por Luzu TV para hacer una columna de citas. El efecto viral de su cuenta de TikTok recién comienza.