Tanto demoraron en ponerse de acuerdo en el lugar donde lo levantarían, en definir el estilo, seleccionar a la compañía constructora y en construirlo que, cuando lo inauguraron, el país era gobernado por una dictadura y lo que menos se le pensaba por la cabeza de los que detentaban el poder era tener un órgano deliberativo democrático.
Fue el concejal socialista Alfredo L. Spinetto quien en 1917 impulsó un proyecto para que el Concejo Deliberante porteño tuviera una sede, ya que en el lugar donde funcionaba en la antiquísima Manzana de las Luces era chico y los empleados eran muchos.
En la Manzana de las Luces, los concejales sesionaban de prestado, ya que las instalaciones pertenecían al gobierno nacional. Este, cuando las recibió, las destinó a la Facultad de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales.
En ese entonces, no había una unanimidad de opinión sobre el lugar donde levantarlo. Saturnino García Anido proponía construirlo en Once, frente a la plaza y otros propusieron hacerlo en Corrientes y Carlos Pellegrini.
Cuatro años después el radicalismo impulsó la confección de los planos y la elección del terreno. Fueron los conservadores quienes establecieron el estilo Luis XIV que ostenta, cuyo responsable es el arquitecto Héctor Ayerza.
Ayerza había nacido en Buenos Aires en 1893 y en 1916 se había recibido de arquitecto en la Universidad de Buenos Aires. Luego de perfeccionarse en Francia, regresó al país, y fue el responsable del diseño de mansiones en la ciudad de Buenos Aires. Su proyecto del Concejo Deliberante fue muy elogiado y meses después diseñó un edificio para los ediles de General Villegas, entre otros proyectos.
El 18 de noviembre de 1926, aprovechando la celebración del primer Congreso de Municipalidades, colocaron la piedra fundamental en el terreno de 2883 metros cuadrados delimitado por la calle Perú, entre Victoria (Hipólito Yrigoyen desde 1946) y Diagonal Sur, que había empezado a abrirse, demoliéndose antiguos edificios, como el de Mercado del Centro, situado entre las calles Perú, Chacabuco, Alsina y Moreno. El acto fue presidido por el presidente Marcelo T. de Alvear.
La empresa del arquitecto Luis Falcone, que tenía oficinas en la calle San Martín 195, comenzó su construcción el 19 de septiembre de 1927. Tuvieron que sortear innumerables escollos, como cuando hicieron las excavaciones para los cimientos se encontraron con viejos túneles de la época colonial y con vestigios de otras épocas.
Tomando el recinto de sesiones como el centro, la construcción posee siete plantas, conformada por subsuelo, una planta baja, piso principal, cuatro plantas y una torre central que desde su basamento mide 87 metros (55 metros desde la terraza), que se convirtió en la más alta de la ciudad con un reloj. Es un Westimster de cuatro esferas de cuatro metros de diámetro, conectado a cinco campanas, la Santa María, La Pinta, La Niña, La Porteña y La Argentina.
Además posee un carrillón preparado para producir melodías con treinta campanas que se accionan a través de un teclado de madera.
Amplia escalera de piedra francesa, salón de honor, un recinto tipo anfiteatro en forma de hemiciclo e imponente escalera de mármol. Grandes columnas y 26 esculturas como las que había hecho colocar el cardenal Richelieu en su Palais Royal de París, por 1624.
La inauguración del edificio, el sábado 3 de octubre de 1931, estuvo presidida por el ministro del Interior Octavio Pico y por José Guerrico, quien había sido nombrado intendente por el gobierno de facto del general Uriburu. Estuvo un año y medio en el cargo. No había entonces concejales y Guerrico concentró las funciones ejecutiva y legislativa.
El 10 de enero de 1932 se llevó a cabo la elección de los treinta concejales, el 19 del mes siguiente fue la sesión preparatoria y el cuerpo comenzó sus sesiones el 1 de marzo, bajo la presidencia del concejal socialista Andrés Justo, hijo de Juan B. Justo, el fundador del Partido Socialista en nuestro país.
El cuerpo de concejales se instaló el 19 de febrero de 1932. Cuando Guerrico falleció el 12 de julio de 1933, el carrillón del palacio, en señal de respeto, ejecutó la marcha fúnebre de Frederic Chopin.
No alcanzó a funcionar una década. En 1941, el presidente Ramón Castillo decidió cerrarlo por el desprestigio que arrastraban los concejales, muchos involucrados en resonados escándalos como el negociado de la CHADE y el dinero que recibían de líneas de colectivos.
Hasta el golpe militar del 4 de junio de 1943 los ediles fueron reemplazados por una comisión interventora, compuesta de 21 vecinos, nombrados con acuerdo del Senado.
Una vez derrocado el gobierno de Castillo, el 2 de diciembre de 1943 el entonces coronel Juan Domingo Perón elevó de rango el Departamento de Trabajo que dirigía a Secretaría de Trabajo y Previsión, y en la planta baja instaló su despacho.
Motorizado por el futuro presidente, en 1944 el edificio concentró gran parte de la ayuda a los damnificados por el terremoto que destruyó gran parte de la ciudad de San Juan.
El 10 de octubre de 1945, cuando perdió apoyo y debió renunciar a sus cargos, Perón se despidió de los trabajadores desde un palco armado en la puerta del edificio.
En el mismo despacho que usaba su marido, Evita llevó adelante su actividad al frente de la Fundación que llevaba su nombre. Ante la imposibilidad de encontrar una sede adecuada, funcionó en el edificio como sede provisoria desde septiembre de 1946. Actualmente el salón se llama Eva Perón y está ubicado entre los despachos del presidente y del vicepresidente primero.
Durante 14 días, entre el 27 de julio y el 9 de agosto de 1952, se instaló la capilla ardiente en el velatorio más largo que tuvo el país.
Con la reforma constitucional de 1949 la Secretaría de Trabajo y Previsión pasó a ser ministerio de Trabajo y el 19 de julio de 1951 el Congreso de la Nación a través de la Ley 14.036 lo declaró Monumento Histórico, condición que le quitaría la autodenominada Revolución Libertadora, aunque lo mantuvo como sede de la cartera laboral.
Ese año volvió a funcionar como concejo y por primera vez fueron electas dos mujeres, Josefina Marpons y Alcira de la Peña.
Entre 1973 y 1976 retornaron los concejales, así como desde 1983. Al año siguiente, se anexó la que fuera mansión de la familia Aguirre en la esquina de Yrigoyen y Diagonal Sur.
El 30 de junio de 1996 hubo elecciones a jefe y vicejefe de gobierno porteño y el 26 de octubre del año siguiente, junto a la renovación de diputados nacionales, se eligieron a los 60 legisladores porteños. El 1 de marzo de 1999 inició el primer período de sesiones de ese ex concejo deliberante que tanto había dado que hablar.