El abrazo solidario de padres, autoridades y alumnos a una escuela privada del conurbano en peligro de cierre

El Complejo Educativo Vicente F. Saperi funciona hace 35 años en Monte Grande. Desde 2019 afrontan deudas y la situación se torna insostenible luego de la pandemia de coronavirus. La palabra de Silvia Saperi, psicopedagoga y fundadora

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Silvia Saperi frente a la comunidad de alumnos y padres que asistieron para visibilizar su apoyo
Silvia Saperi frente a la comunidad de alumnos y padres que asistieron para visibilizar su apoyo

Desde hace 40 años Silvia Saperi se dedica a la educación de manera ininterrumpida, y desde 1989 sostiene el proyecto que surgió como una necesidad y un sueño al que apostó toda su familia. Primero fundó una guardería, después se transformó en nivel inicial y más adelante agregó primaria y secundaria, hasta consolidar el Complejo Educativo Vicente Francisco Saperi, un colegio privado que se encuentra en Monte Grande, Provincia de Buenos Aires. El panorama actual es crítico para la institución: contrajeron un gran cantidad de deudas durante la pandemia de coronavirus y la situación se volvió insostenible. Con la intención de salvaguardar la matrícula de más de 500 alumnos, y un cuerpo docente conformado por 99 profesionales, realizaron un abrazo solidario del que participaron padres, estudiantes y autoridades que buscan evitar el cierre.

“Fue un momento sumamente emotivo, la gente estaba emocionada, y yo también me quebré porque todo esto surgió como una necesidad, con la idea de ayudar a otras mamás que como yo, no tenían dónde dejar a sus hijos cuando iban a trabajar, y hoy forma parte de la comunidad”, expresa Silvia en diálogo con Infobae. El jueves a las 7 de la mañana se reunieron en la entrada del edificio, que está ubicado en Carlos Pellegrini 1751, en la ciudad cabecera del partido de Esteban Echeverría. Fue el inicio de un día lleno de sentimientos encontrados, entre la impotencia, la gratitud y la esperanza de que de alguna manera se revierta la severa crisis económica que afrontan.

"No nos imaginamos la vida sin este colegio, no queremos que cierre", fue una de las frases que repitieron los alumnos que participaron de la convocatoria
"No nos imaginamos la vida sin este colegio, no queremos que cierre", fue una de las frases que repitieron los alumnos que participaron de la convocatoria

“Desde 2019 venimos solicitando la subvención estatal, que es lo que nos daría un poco de aire después de los tres aumentos salariales que aprobó el Gobierno de acá a fin de año, y por supuesto que estamos de acuerdo en que el salario docente mejore, pero nosotros lo tenemos que aplicar a la cuota porque no recibimos ningún aporte”, explica la fundadora de la institución. Se refugia en las palabras de los padres de los niños, que abrazaron la escuela hasta horas de la noche como muestra de su compromiso y apoyo.

“Acá hay profesores que vinieron a la sala maternal, a los que les cambié los pañales y hoy son docentes que enseñan, porque buscamos personas que elijan el colegio, que tuvieran visión crítica y sentido de pertenencia, valores que realmente se están perdiendo en muchos lugares”, asegura Silvia, conmovida por las repercusiones y el acompañamiento que recibió.

Las obras de infraestructura del colegio quedaron en pausa tras el drástico descenso de matriculación en la pandemia
Las obras de infraestructura del colegio quedaron en pausa tras el drástico descenso de matriculación en la pandemia

Un sueño que tambalea

Silvia se define como una “apasionada de la educación”, y así lo demuestra cada meta que emprendió a costa del esfuerzo y la perseverancia. “Fui madre muy joven, y cuando mis hijos eran chiquitos yo trabajaba en la Universidad de Lomas de Zamora, y cuando llegó la democracia fui delegada de la Secretaría de Acción Social y edificamos una guardería en la universidad”, relata. En 1989 dio su primer paso de manera independiente, cuando fundó otra guardería, que fueron los cimientos del completo educativo que lleva el nombre de su padre, Vicente F. Saperi, artista plástico.

En 2010 inauguró la primaria, y en 2015 la secundaria, con una matrícula que no dejaba de crecer. “Hemos tenido en jardín de infantes 180 niños en distintas divisiones, y este año tuvimos solamente 30, se cerraron cuatro secciones de secundaria y una de primaria; tuvimos muchas caídas en el camino, pero nunca una como esta”, se lamenta. En plena pandemia 100 familias se dieron de baja, lo que empeoró el balance financiero y empezaron a asumir préstamos para mantener los sueldos de los docentes.

El colegio tiene orientación en arte en honor a Vicente Francisco Saperi, artista plástico y padre de la fundadora de la institución
El colegio tiene orientación en arte en honor a Vicente Francisco Saperi, artista plástico y padre de la fundadora de la institución

Para acotar gastos pusieron en pausa las obras de infraestructura que habían asumido antes de la pandemia, que incluía terminar la fachada, la sala de arte y la pecera de radio. “No podemos pagar las deudas, nos tratan y nos exigen como a una empresa, pero somos una institución educativa, una fuente de trabajo para 99 personas y un colegio realmente inclusivo que tiene más de 30 alumnos con proyectos de inclusión en curso”, remarca Silvia. Al ver que por más que redujeran el presupuesto general los números seguían en rojo, solicitaron el aporte estatal.

“Nos respondieron que no estamos en un listado prioritario de subvenciones a repartir ahora, y que a futuro nos pondrán en una próxima lista, pero no sabemos cuándo va a ser eso, si a corto, mediano o largo plazo. Y uno de los requisitos para que nos la den es que no tengamos deudas, por lo que se vuelve imposible afrontar los intereses que se nos acumulan”, detalla. En este sentido, menciona el relevamiento que publicó en agosto último la Asociación de Institutos de Enseñanza Privada de la Provincia de Buenos Aires (AIEPBA), que aseguró que al menos 30 colegios están en riesgo de cierre, luego de encuestar a 200 escuelas.

"Anteriormente no solicitamos la subvención porque no la necesitábamos, pero ahora tenemos una gran cantidad de situaciones de morosos e incobrables que nos obliga a pedir ayuda", asegura la fundadora
"Anteriormente no solicitamos la subvención porque no la necesitábamos, pero ahora tenemos una gran cantidad de situaciones de morosos e incobrables que nos obliga a pedir ayuda", asegura la fundadora

“Somos una familia que decidió apostar a la educación y que toda la plata que generamos está en el colegio: la primaria la abrí gracias a una hipoteca que hizo mi consuegro en España, y todavía la estoy pagando en euros, mis hijos, que ya tienen 44 y 46 años, alquilan los dos; el edificio donde funciona el jardín todavía lo estamos alquilando; no vivimos en un country ni tenemos autos de alta fama, somos una familia de laburantes y la verdad es que estoy viviendo un infierno después de 40 años de esfuerzo y trabajo”, sentencia. Con la voz entrecortada, agrega: “Todos los días pienso si no me equivoqué, por el legado que le estoy dejando a mi familia”.

Silvia tiene 64 años, es psicopedagoga, y además de ser quien fundó la institución, forma parte del equipo de orientación del colegio. A pesar de la situación que atraviesan, siguen matriculando alumnos para el próximo ciclo lectivo, con la ilusión de que puedan abrir sus puertas en 2024. “Realmente es un proyecto familiar, tenemos tres directoras, una a cargo de cada nivel, y la de primaria la conocí cuando traía a sus hijos al jardín; mis hijos están a cargo de la representación legal, mi nuera trabaja en la administración, mi nieta es estudiante de educación y preceptora en el colegio, todos estamos dando lo mejor para sostener este sueño y esperamos que la ayuda por fin llegue”, concluye.

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