La verdadera historia del encuentro de Strassera con Alfonsín: la mano de los servicios y el apoyo presidencial

Hace 90 años nacía el fiscal del Juicio a las Juntas. ¿Qué sucedió en la reunión con el radical? ¿Cuál fue el motivo del apuro? Las diferencias con la versión que brinda la película Argentina 1985

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El encuentro entre el Fiscal Strassera y el presidente Alfonsín se produjo horas antes del inicio del Juicio. Durante años se especuló sobre lo qué sucedió en esa reunión
El encuentro entre el Fiscal Strassera y el presidente Alfonsín se produjo horas antes del inicio del Juicio. Durante años se especuló sobre lo qué sucedió en esa reunión

Hace 90 años, nacía Julio César Strassera. Hombre de la Justicia (ingresó al Poder Judicial en 1962) es uno de los héroes de la recuperación democrática. Se convirtió en el paradigma de El Fiscal a través de su actuación durante el Juicio a las Juntas.

A los 52 años brilló durante las audiencias y también en la manera en que explicó a la población su tarea y lo sucedido durante los años de la Dictadura.

En una de las audiencias, Strassera cometió un lapsus. Estaba respondiendo un requerimiento del abogado de Lambruschini. Y dijo: “Esta defensa...”. Se corrigió rápido pero a los defensores no les importó. Exageraron su risa. Era su reivindicación. Por fin podían mofarse de él y no ser ellos los que sufrían su sarcasmo. Strassera, como de costumbre, se enojó. “Sí, por supuesto que soy defensor. Esta fiscalía defiende los intereses de toda la sociedad. Para eso estamos acá”.

El fiscal del Juicio a las Juntas

En las películas norteamericanas de juicio vemos que las carátulas de las causas, cuando las impulsa la fiscalía no son como en Argentina que traen el nombre del imputado y el delito que se le endilga: Juan González sobre homicidio, por ejemplo. Allá es The People Vs… El Pueblo, La Gente contra…

Y el Juicio a las Juntas, tal vez, como nunca antes ni nunca después en nuestra historia representó exactamente eso. Fue la sociedad contra la dictadura militar, contra sus crímenes atroces, contra las peores violaciones a los derechos humanos.

No se trató de una causa que quedó bajo un mero interés partidario, ni manchada por los vaivenes de ese presente tumultuoso. Más allá del apoyo del gobierno, de la actitud serena y firme de los jueces, el papel que cumplió Strassera fue fundamental. Nadie podría haber ocupado ese lugar con mayor probidad. Fueron unos meses en los que cada movimiento que realizó parecía ser el adecuado, tener el tono justo, siempre tender hacia la resolución más justa. Un estado de gracia que pocos funcionarios han gozado en los últimos cuarenta años.

Juli césar trassera se convirtió en el arquetipo del Fiscal. Como pocas veces, la figura de un hombre definió una profesión
Juli césar trassera se convirtió en el arquetipo del Fiscal. Como pocas veces, la figura de un hombre definió una profesión

Por definición el Ministerio Público Fiscal es el órgano encargado de promover la actuación de la justicia en defensa de la legalidad y de los intereses de la sociedad.

Esa definición explica el trabajo que realizó Strassera durante el Juicio a las Juntas. Son pocos los que cumplen a la perfección con su función, los que hacen lo que tienen que hacer. Y son pocos los que ante el gran desafío dan la talla, están a la altura de las circunstancias (y estas alturas eran estratosféricas).

Son pocas, también, las personas que con su actuación definen una actividad, que su nombre es sinónimo de ese oficio.

Strassera se convirtió en el indudable arquetipo del fiscal.

El año pasado con el estreno de Argentina 1985, la película dirigida por Santiago Mitre y en la que Ricardo Darín encarnó a Julio Strassera, el Juicio a las Juntas volvió a ser tema frecuente de conversación y logró que muchos jóvenes se acerquen a la cuestión. Generó también, como no podía ser de otra manera, varias polémicas. La principal, la que más discusiones generó, probablemente haya sido la del lugar que en la película se le dio al presidente Raúl Alfonsín. Mitre retaceó la presencia de Alfonsín, tal vez porque de otra manera el actor que lo encarnaría más que interpretarlo se encontraría obligado a imitarlo. Y ubicó el encuentro entre el fiscal y el presidente (que ocurre fuera de campo) al final de las audiencias, antes del histórico alegato de Strassera. El encuentro en realidad tuvo lugar antes del comienzo del Juicio.

La cumbre de Alfonsín con Strassera

El papel que tuvo Alfonsín en el juzgamiento a los comandantes de las Juntas Militares fue determinante. Un juicio de esas dimensiones, de esa importancia, hubiera sido imposible de llevar a cabo sin la firme decisión política del presidente. Mucho más en tiempos convulsionados e inestables como esos años. La mejor prueba no sólo son sus discursos de campaña en los que hablaba de los tres niveles de juzgamiento a los responsables del terrorismo de estado (frente a la postura del candidato del Justicialismo que apoyaba la autoamnistía declarada por Bignogne, el último presidente de facto) sino el batallón de decretos y proyectos de ley enviados en su primera semana de gobierno (los de enjuiciamiento a las Juntas, a las cúpulas de las organizaciones armadas, reforma del Código de Justicia Militar, creación de la Conadep) y el apoyo posterior que brindó, junto a varios de sus ministros, para que el Juicio pudiera realizarse.

Pocas horas antes del inicio del Juicio, cuando reinaba la incertidumbre sobre lo que podía llegar a suceder –algunos hasta tenían dudas de que empezara-, Strassera se reunió a solas con Raúl Alfonsín.

El encuentro, en su momento, no fue publicitado. El fiscal lo develó un tiempo después. A lo largo de los años el relato de Strassera no ofreció mayores variaciones. Lo contó en decenas de entrevistas.

Era algo así:

Él pidió una entrevista con el presidente por un problema personal. Le dieron la audiencia de inmediato. Se encontraron un día antes del inicio del Juicio. Strassera le trasladó su dificultad y Alfonsín prometió encargarse del tema. Fue una reunión muy breve: eran dos hombres ocupados, tal vez, por esos días, los más ocupados del país. Al despedirse, Strassera le preguntó si tenía alguna indicación que darle. Alfonsín le dijo que no, que hiciera su trabajo. Se volvieron a dar la mano fuerte. Es posible que a los dos se le haya cruzado la cabeza que el otro debía estar abrumado por sus responsabilidades.

Mientras Strassera dejaba la oficina, el presidente le volvió a hablar: “Doctor, no se vuelva loco”.

“Ya es tarde”, le respondía el fiscal.

El año pasado tras el estreno de Argentina 1985 se planteó una polémica sobre la presencia de Alfonsín en la película y sobre la veracidad del encuentro entre él y Strassera durante el Juicio.
El año pasado tras el estreno de Argentina 1985 se planteó una polémica sobre la presencia de Alfonsín en la película y sobre la veracidad del encuentro entre él y Strassera durante el Juicio.

¿Qué hablaron los dos hombres? ¿Strassera habrá tenido temor por su familia y pidió seguridad extra? ¿Habrá descubierto que lo seguían o alguna filtración en la fiscalía? ¿Alfonsín quería conocer su estrategia? ¿El presidente no quería que el fiscal presionara a los ex funcionarios del gobierno de Isabel que eran los primeros que se sentarían a declarar, a Luder su ex contrincante, a Cafiero uno de sus actuales oponentes?

Dos de las personas más cercanas a Strassera en esos momentos confirmaron la misma versión. La semana previa al inicio de las audiencias, un supuesto emisario del gobierno abordó al fiscal y le pidió reunirse en un lugar sin testigos y máxima discreción sobre lo conversado. Ese emisario al que el fiscal nunca había visto le afirmó que desde el gobierno verían con muy buenos ojos que no fuera a fondo, que la acusación no fuera demasiado severa. Aducía motivos de paz interior y pedía que se circunscribiera a los grandes hombres y en especial a la Primera Junta. Se sospechaba que se trató de un integrante de los servicios de inteligencia.

El fiscal lo escuchó azorado y dejó la reunión sin hablar. Él ya había preparado su estrategia y estaba convencido de lo que iba a hacer. Esta vez fue él el que buscó a un funcionario del gobierno que pudiera abrirle las puertas a una reunión con el presidente, necesitaba saber si ese pedido era cierto o tan sólo otra operación de los activos servicios.

El fiscal Strassera y Carlos Somigliana caminan por Tribunales en una de las jornadas del Juicio. El dramaturgo participó en la escritura del alegato del fiscal
El fiscal Strassera y Carlos Somigliana caminan por Tribunales en una de las jornadas del Juicio. El dramaturgo participó en la escritura del alegato del fiscal

Cada tanto lo visitaban hombres del Ministerio de Defensa, de Educación y Justicia y hasta del Interior para tantear cómo venía el trabajo, para saber de primera fuente qué podía esperar a partir del 22 de abril (el gobierno daba su apoyo: por ejemplo aportó fondos para pagar pasajes de testigos, alojamientos y les brindó seguridad). Pero esto era otra cosa. Le pedían que no hiciera bien su trabajo. A esa altura, él ya había dado decenas de entrevistas explicándole a la población, con paciencia y espíritu didáctico, que ocurriría, cuáles eran los cargos por los que acusaría y las pruebas con las que contaba.

No se sabe bien a quién recurrió para conseguir la reunión con Alfonsín. Lo cierto es que se la confirmaron en unas pocas horas.

Alfonsín le dijo de manera terminante que no tenía ninguna limitación para ejercer su función.

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