El relato de la mujer que perdió un tercio de sus cabras por un temporal de nieve en un pueblo de Mendoza

Por la gran cantidad de nieve caída, puestos cercanos a Malargüe quedaron aislados. La mayoría de ellos viven de la producción de animales. Perdidas económicas y dos pobladores muertos. La odisea para hacer llegar la ayuda

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Julieta junto a su espos despejan de nieve la entrada a su casa
Julieta junto a su espos despejan de nieve la entrada a su casa

Hacía por lo menos 20 años que Julieta Carrasco, nacida y criada en Malargüe, Mendoza, al pie de la Cordillera de los Andes, no contemplaba una nevada como la que sacudió a esa zona días atrás. Fue una tormenta histórica que duró 24 horas. Por esto, la casa que la mujer comparte con su esposo, sus tres hijos y su hermano quedó aislada. Eso no fue todo, también perdió un tercio de las cabras, su principal sustento económico.

“Comenzó a nevar intensamente pero nunca nos imaginamos que al salir nos íbamos a encontrar con ese desastre, un metro y medio de nieve. El stock de leña que teníamos para calefaccionar estaba totalmente tapado, pero lo peor fue cuando mi esposo y mis hijos caminaron hacia el campo para ver cómo estaban las cabras y encontraron que algunas estaban muertas. Eso no fue nada, ya que con el correr de los días otras también fallecieron. Frente al temporal se amontonaron, se refugiaron como pudieron y se asfixiaron, mientras que otras no soportaron el frío o quedaron bajo la nieve en las cavernas que improvisaron”, relató Julieta, en diálogo con Infobae.

Nacida y criada en el mismo puesto donde hoy vive, llamado Rincón Arenino, a unos 55 kilómetros de Malargüe, esta mujer de 58 años que trabaja a la par de los hombres de su casa dijo que la angustia es “doble” porque se suma la desesperación por las pérdidas.

A Julieta se le murieron un tercio de sus cabras por no poder alimentarse
A Julieta se le murieron un tercio de sus cabras por no poder alimentarse

“Nada se puede hacer frente al clima tan riguroso de esta zona y si bien estamos acostumbrados, esto hacía mucho tiempo que no sucedía. La zona donde tenemos a nuestros animales se encuentra alejada del puesto, imposible acercar a 300 cabras al resguardo porque no tenemos lugar. La impotencia aumenta cuando pasan los días y el pasto no aparece. La nieve tapa todo y no pueden alimentarse”, agregó.

Lo cierto es que algunos grupos, en su mayoría particulares y organizaciones solidarias, lograron en las últimas horas acceder con sus camionetas 4x4 y asistir a las familias, incluso a la de Julieta. Llevaron leña, alimentos, ropa, calzado de nieve y forraje para los animales. Con esos mismos vehículos pudieron aproximarse a las cabras y los chivos para darles de comer. La municipalidad de Malargüe hizo llegar maíz.

Ayer la lluvia y el pronóstico volvieron a amenazar a los puesteros, muchos de los cuales permanecen desabastecidos y sin posibilidades de conexión.

Uno de esos grupos es “Fuera de Ruta Malargüe”, que se acercó por segunda vez en la semana con unos cinco vehículos a los puestos de los crianceros. Sus camionetas estaban repletas de víveres.

“Estamos agradecidos porque resultó una ayuda importante no solo para nosotros, que tanto la necesitábamos, sino para los animales”, dijo, para señalar con angustia que las cabras están “malpariendo”, es decir, el frío les provocó abortar, de modo que no habrá crías en octubre para poder comercializar. Explicó que este tipo de situaciones suelen darse cuando las temperaturas extremas se combinan con la falta de alimentos durante una semana, como sucedió en este caso.

La casa de Julieta rodeada de nieve
La casa de Julieta rodeada de nieve

Julieta, que conoce esta zona y las inclemencias climáticas como la palma de su mano, aseguró que los mismos animales se habían desacostumbrado a tanta rigurosidad climática y que el temporal no dio tregua.

“Económicamente nos mató porque no tendremos chivitos para vender en diciembre. Tampoco las cabras viejas podremos comercializar, porque son las que, justamente, han muerto”, explicó.

Como gente nacida y criada en esta zona inhóspita de Mendoza donde los caminos se vuelven intransitables en el invierno a causa de la nieve, aseguran que lo sucedido esta vez, es histórico.

Una verdadera paradoja, ya que el valle de Las Leñas, también ubicado en el departamento de Malargüe, transita una de las temporadas más exitosas de los últimos años debido a la gran cantidad y excelente calidad de nieve.

Julieta nació en el mismo puesto donde vive y también en esta zona conoció a su esposo, Rubén. Con él tuvieron tres hijos, Saúl, de 30 años; Emiliano, de 25 y Silvana, de 20. Toda la familia, incluso su hija, crían cabras. Con ellos también vive Lisandro, su hermano.

Julieta junto al fuego tras pasar la jornada aislada por el temporal de nieve
Julieta junto al fuego tras pasar la jornada aislada por el temporal de nieve

La muerte en una zona inhóspita

El temporal de los días 22 y 23 de agosto se llevó la vida de dos puesteros de Malargüe. Uno de ellos resultó aplastado por el techo del habitáculo donde vivía, que no soportó el peso de la nieve. El restante fue un hombre que se sintió descompensado en medio de la tormenta, decidió caminar hacia el pueblo y se desplomó en el camino a raíz de un problema cardíaco.

“Es lamentable, pero nadie habla de esto”, reflexionó Roberto Monte, uno de los integrantes del grupo Fuera de Ruta Malargüe y enfermero de profesión. Aseguró que en general la ayuda siempre llega de la mano de los particulares y de los propios vecinos del departamento que realizan colectas y campañas durante todo el año y con más razón cuando algunas situaciones desbordan.

“Muy pocos conocen lo que padecen los crianceros, pudimos acceder en dos oportunidades y generar una huella con nuestros vehículos que seguramente nos permitirá seguir utilizándola si es que la nieve no vuelve a taparla. La gente está desolada, angustiada, con gran incertidumbre y quebrada económicamente. Son familias enteras que viven de la crianza de los chivos y no saben qué panorama tendrán que aguantar en los próximos meses”, advirtió.

Entre las familias asistidas hay gran cantidad de niños y también de adultos mayores, algunos en tratamientos prolongados. A las donaciones de ropa, alimentos, verdura, carne y calzado de abrigo, además de leña, se sumó medicación que el propio enfermero suministró a quienes necesitan.

El acceso de los vehículos especiales, que se acercaron con las cadenas correspondientes, fue una salvación para los animales, ya que muchos de los que lograron sobrevivir se encuentran debilitados.

Así llegaba la ayuda a la casa de Julieta
Así llegaba la ayuda a la casa de Julieta

“Les acercamos forrajes, pasto, alimento. Hicimos grandes maniobras para poder acceder a estos lugares tan difíciles, tan alejados, fueron horas de transitar caminos inexistentes en medio de un manto blanco. Hoy persiste la nieve, ya no de dos metros, pero sí de unos 60 centímetros en muchos lugares, por eso las necesidades no se terminan y estamos atentos al pronóstico”, dijo.

Casi todas las personas que realizan estas expediciones a los domicilios aislados llevan equipos de radio. Solo unos pocos tienen señal de Internet.

Monte relató que las familias se mostraron agradecidas con las provisiones recibidas aunque prevalecía la angustia y la desolación en todos los hogares visitados.

“Fue muy triste y lo sigue siendo porque el invierno no termina y la nieve persiste. Muchos animales siguen en riesgo y representan un capital económico tan importante en esta zona como es la vid para el viñatero o el vino para el bodeguero”, afirmó el enfermero.

Las camionetas llevan leña a los puestos aislados cercanos a Malargüe
Las camionetas llevan leña a los puestos aislados cercanos a Malargüe

Para Monte, esta zona de Mendoza está olvidada. Según opinó, la nieve es novedosa desde el punto de vista turístico y “vende”, aunque se desconoce sus efectos devastadores. Según dijo, los protocolos oficiales se iniciaron de manera tardía y desde un primer momento fueron los propios vecinos con vehículos especializados quienes colaboraron para despejar las calles.

“Pasaron varios días del temporal y los efectos se siguen sintiendo, pero todo se activó de manera tardía, cuando los animales habían muerto y la gente estaba desabastecida. Esto deja al desnudo que Malargüe sigue padeciendo la falta de conectividad, carece de señal y sus caminos son realmente intransitables”, concluyó, para dejar su contacto (2604 55-8849) para las personas interesadas en colaborar. “Se necesita de todo, porque en general los habitantes de esa zona son humildes”, dijo.

Paradoja

El director de Turismo de Malargüe, Marcelo Rivarola, admitió que la nevada hacía falta para el caudal de ríos y arroyos que venían sufriendo una sequía histórica, más allá de que Las Leñas vive una temporada con alto nivel de ocupación.

“De todos modos es una temporada que no terminamos de disfrutar porque somos conscientes del sufrimiento que atraviesan los puesteros, quienes más han padecido las consecuencias de esta inclemencia climática”, remarcó, para agregar que se brindó asistencia a través de helicópteros y motos de nieve, además de maquinaria especializada. “Se sobrevolaron los puestos y el aeródromo está a disposición”, aseguró.

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