La primera casa donde vivió el Che Guevara en Alta Gracia se convertirá en un espléndido hotel boutique. La mansión ubicada en la calle Avellaneda frente al museo del revolucionario, estuvo en venta durante cinco años y nadie la compró. Sus dueños decidieron ahora restaurarla por completo y añadirle el terreno del lado para construir un resort de 11 habitaciones con un importante restaurante, pileta y spa. Después de décadas, la mítica casa inglesa parece finalmente encontrar su destino.
Ubicada en el aristocrático barrio inglés Villa Pellegrini, la casona estuvo usurpada por años, hasta que en el 2018 la Justicia desalojó a las 3 familias que vivían en su interior, luego que la Municipalidad les diera un lugar donde vivir.
En el 2016, el gobierno municipal había proyectado adquirirla con ayuda del Estado Nacional para su puesta en valor. La idea era erigir allí un museo virtual, un café temático, una biblioteca, un escenario y un Centro Cultural. El entonces intendente Facundo Torres viajó a Cuba, firmó un convenio con el Centro de Estudios del Che en La Habana, se sacó una foto con el hermano del Che, pero el dinero del Estado nunca llegó y el proyecto naufragó.
“Villa Chichita” fue la primera de las cuatro casas que alquilaron los Guevara Lynch en los once años que vivieron en Alta Gracia. En la residencia, estuvieron entre 1933 y 1935. La familia venía de Rosario buscando aire puro para curar el asma de Ernestito. Lo primeros meses vivieron en un modesto hotel y luego se mudaron allí. La mansión conocida también como la casa de los fantasmas, debido al chirrido que hacían sus puertas y ventanas por el viento, fue alquilada según los historiadores por muy pocas monedas por la familia. Llevaba 8 años vacía y nadie quería vivir allí. El propio padre del Che, Don Ernesto Guevara supo decir “a mí me importaba un rábano las supercherías de la gente del lugar, pagábamos bien poco por el alquiler de la casa y estábamos bien cómodos”.
Lejos de la historia de fantasmas y usurpadores, en dos años Villa Chichita será una espléndida posada con proyección internacional. “El hotel no se va a basar en el Che Guevara ni va a haber merchandising al respecto. No vamos a hacerle una competencia al museo, ni nada relacionado. No vamos a usar al Che Guevara para promocionarlo ni para venderlo. Es otro concepto”, aclara a Infobae la dueña de la propiedad y creadora del proyecto, Vanesa Vlasov quien comparte este sueño con su hermano Luca. “Obviamente la gente va a preguntar y le vamos a contar la historia, pero no vamos a decir este es el hotel del Che Guevara y le vamos a dar una estampita”, aclara la empresaria agropecuaria.
“La idea es conservar la casona y hacer la mayor restauración posible como era originalmente”, cuenta a Infobae el arquitecto del proyecto Germán González. A la casa de 450 metros cuadrados se le agregó el lote contiguo que adquirieron de 1000 metros cuadrados con una edificación de los años 80 que van a demoler para construir el hotel detrás de la mansión en forma de L. “Todo el edificio nuevo rodea a la casona y la casona va a pasar a ser la parte del restaurant. Queremos resaltar la casa por eso la parte de atrás va a ser moderna y neutra, pero con presencia de materiales de la arquitectura inglesa como hierro y madera. Por ahora estamos en la etapa inicial del proyecto, nos quedan 4 ó 5 meses más y allí vamos a comenzar la construcción lo que nos demandará un año y medio más. En dos años va a estar listo yo calculo”, agrega el profesional con mucho entusiasmo.
Villa Chichita tenía originalmente un recibidor en la planta baja y dos salas, una escalera curva de madera con balaustrada que llevaba a las cuatro habitaciones de arriba. El techo a dos aguas inclinado era de de chapa típicamente inglés y el cielo raso de yeso estaba ornamentado con molduras que habrá que recuperar en su totalidad por el paso del tiempo, el abandono y la usurpación. “La casa estuvo mucho tiempo ocupada y es un desastre lo que hicieron”, se lamenta Vanesa Vlasov. “Destruyeron todo. Sacaron pisos, rompieron las ventanas, no entiendo en qué condiciones vivía esa gente. No hay baños, se llevaron los inodoros, es como que arrancaron todo y dejaron las paredes y la escalera. Sacaron algunas aberturas y las dejaron tiradas, es triste cuando entrás”, agrega con angustia, pero convencida que la mansión va a volver a brillar como cuando la construyeron los ingleses cuando trajeron el ferrocarril a Córdoba.
La casa fue puesta en venta en el 2018 tras el desalojo, pero nunca la lograron vender. “Nosotros primero la ofrecimos a 185 mil dólares, después la bajamos a 150 y después a 105 mil de contado o permuta por un inmueble del valor de 145 mil dólares, pero nunca se logró concretar la operación”, cuenta a Infobae Franco Roma el dueño de la inmobiliaria que ofreció la casona inglesa durante 5 años. “Siempre hubo mucha gente interesada, hasta de México vino a verla un hombre que se dedicaba a hacer el diseño y desarrollo para marcas de lujo e hizo una propuesta. Vino gente de Argentina de todos lados, del sur, de Buenos Aires. Imaginate que está frente al Museo del Che y la exposición que tiene es muy alta. El problema es que nunca se concretó una operación porque todos querían disfrutarla y hacer un negocio al mismo tiempo, pero para ponerla en valor hay que invertirle 150 mil o 200 mil dólares más”, agrega. “Además el Plan de Ordenamiento Urbano de la ciudad de Alta Gracia te pone condiciones a la hora de decidir cómo tenés que restaurar la propiedad, no hay libertad absoluta para decidir qué querés hacer con el inmueble y eso agregó más barreras. Te piden que hagas trabajos para replicar detalles que tenía originalmente la casa y ya no hay gente especialista, trabajos en madera o herrajes que es complicado conseguir quién te lo haga”, describió el agente inmobiliario.
“Las cuatro casas en las que vivió el Che son patrimonio arquitectónico de la Ciudad y no se pueden modificar”, afirma el intendente de Alta Gracia, Marcos Torres Lima, que habló con Infobae. “Podríamos autorizarles dar altura a la casa del lado dos o tres pisos para que construyan más habitaciones, siempre manteniendo intacta a Villa Chichita”, añade entusiasmadísimo con el proyecto de Vanesa y Luca Vlasov, aunque con algunas sugerencias. “A mí me gustaría que fuera un hotel temático, con merchandising, que sea un lugar lindo para los turistas, pero no tan de elite, porque no es lo del Che”.
“El hotel no va a tener nada que ver con el Che Guevara, solamente vamos a conservar el frente”, ratifica el arquitecto encargado del anteproyecto, Germán González. “El trabajo que nos han encargado a nosotros es un hotel boutique y es anecdótico prácticamente que fue la casa del Che Guevara”, insiste el profesional. “La idea a futuro es generar una franquicia y que el hotel tenga algo repetible con sus características en cada lugar que se haga. En cuanto al restaurant, la concesión ya está prácticamente conversada con el chef Roal Zuzulich quien es un cocinero con mucho prestigio, que ya tiene otro restaurant aquí en Alta Gracia que se llama Herencia y son la carta de varios lugares muy importantes de Córdoba Capital también. Ellos tienen algo de mucha categoría en Alta Gracia, pero acá van a hacer algo tal vez más sencillo con una temática más tranquila”, aclara.
Pese a la diversidad de opiniones, el jefe comunal Torres Lima apoya cien por cien el proyecto de la familia Vlasov y sabe que entre los funcionarios y arquitectos patrimonialistas y los hermanos empresarios van a llegar a un acuerdo para que el hotel se haga realidad lo más pronto posible. La Ciudad vive un boom turístico y necesita más hoteles. “Alta Gracia creció muchísimo con el turismo cultural, museológico, deportivo, religioso, y los festivales, pero tenemos que avanzar en los hospedajes. Al Museo Che Guevara ya vinieron 1.373.000 visitantes de Argentina y el exterior, por ende, lo que más nos interesa a nosotros es que se haga un hotel temático”, sugiere Torres Lima. Nadie olvida en la Ciudad, aunque haya ganado Milei en las últimas elecciones, aquel 22 de julio del 2006 cuando el entonces Presidente de Cuba Fidel Castro y su par de Venezuela, Hugo Chavez recorrieron la segunda residencia del revolucionario “Villa Nydia”, tras finalizar la Cumbre del Mercosur. Todos saben que la ruta del Che atrae muchísimos visitantes de todo el mundo y de allí el deseo del pueblo del Tajamar de restaurar la aristocrática y espectral mansión. Atrás quedarán leyendas de duendes y fantasmas. “Esta casa ha tenido una historia como que tenía espíritus y hacían ruido como muchas casas viejas de Alta Gracia. Si la vez parece como de una película de terror. Igualmente, no pensamos hacer una limpieza energética de auras malignas, en realidad el espacio va a seguir siendo el mismo, si la arreglamos y se mueven las ventanas, después te cuento”, concluye entre risas la dueña Vanesa Vlasov.