David English, el estadounidense que sobrevivió al atentado de las Torres Gemelas en Nueva York y decidió radicarse en la Argentina para arrancar de cero, sigue recorriendo la provincia de Misiones para contarle al mundo sobre los valores y costumbres de nuestro país.
Tras visitar el Parque Nacional Iguazú y caminar por las pasarelas que conducen a las Cataratas y la Garganta del Diablo, David navegó por un catamarán que llegó hasta la Triple Frontera (donde los ríos Paraná e Iguazú unen a Argentina, Brasil y Paraguay) y luego se adentró en la selva misionera para conocer una aldea guaraní.
Fascinado con las historias de aquellos que habitan la llamada “tierra colorada”, el estadounidense se propuso indagar sobre las comidas típicas y para ello visitó el restaurante Awasi Iguazú, que se encuentra dentro del complejo de cabañas de lujo Awasi Experiencie - Relais & Chateaux; el cual está inmerso en la Selva Yriapú.
Se trata de una zona protegida de 600 hectáreas donde los nativos guaraníes conviven no solo con la fauna y la flora local sino también con los llamados “hoteles selváticos”, que funcionan bajo estrictas condiciones que priorizan el mantenimiento y no agresión al medio ambiente. Para ello utilizan materiales naturales para la edificación de los alojamientos y evitan oda contaminación acústica y lumínica con el fin de respetar los animales que habitan en la reserva.
Al llegar al restaurante, David fue recibido por el chef misionero Mauricio Alves, quien se graduó hace 12 años y desde hace 3 está a cargo de la cocina del lugar, la cual obtuvo una de las puntuaciones más altas y calificadas del mundo.
Productos frescos de temporada, inspiración local, verduras de la huerta, riqueza gustativa, sofisticación y sencillez. Esas son las claves para que todos sus platos sorprendan a los turistas que llegan en busca de sabores típicos de la región.
A pesar de que la carta cambia periódicamente y según la temporada, el menú de 5 pasos con sabores típicos de la selva misionera fue el preferido de David. Tal como lo indica su nombre, el menú consta de cinco platos que están meticulosamente diseñados para ofrecer una experiencia culinaria completa y equilibrada al comensal.
El primer paso suele ser una entrada ligera que se sirve al comienzo de la comida para estimular el apetito. En este caso, el elegido fue un pequeño bocado. “El chipá es muy popular en la cultura guaraní y tiene unas 70 variedades”, detalló el chef Alves.
El segundo paso es otra entrada, pero más sustancial ya que está acompañada con carne. David degustó el chipá so, que es el típico chipá relleno con carne.
Que los dos primeros pasos del menú tengan al chipá como protagonista se debe a que es una comida originaria y típica del noreste argentino, y también del Paraguay. Se trata de un alimento cuya preparación más tradicional es a base de almidón o fécula de mandioca y queso semiduro. Mientras que en Paraguay es muy común cocinar y comer chipas en Semana Santa, en Argentina se lo considera un bocadillo que se suele acompañar con el mate.
El tercer paso es el plato principal, que a menudo se lo pondera como el punto culminante de la comida. En este momento, se sirve una porción más grande de proteína junto con guarniciones y salsas elaboradas. Para esta ocasión, el chef optó por el reviro; que “es la comida más popular e importante de Misiones”.
Contó que se trata de “un alimento muy económico y consumido por los tareferos” (personas que se dedican a la cosecha artesanal de la yerba mate) y que “es un plato guaraní por excelencia, súper simple” y que “les gusta a todos. A lo que David acotó: “Es como el arroz con pollo de la zona”.
Para el cuarto paso, el restaurante Awasi Iguazú propone un pacú, un pescado que tiene una carne muy sabrosa de color amarillento que habita los ríos Paraná y Uruguay. “Se cocina al vapor envuelto en un hoja como lo hacían los guaraníes”, detalló el chef.
El último y quinto paso es el postre. En esta oportunidad, David saboreó una adaptación misionera de la creme brulee francesa. Su traducción literal al español es crema quemada y consiste en una crema a base de leche, huevos, azúcar y vainilla. La creme brulee incluye varias fases en su preparación: una primera mezcla y cocción de los ingredientes, un posterior horneado y un acabado final a base de azúcar quemado hasta formar una fina y crujiente capa de caramelo.
“Misiones y la cocina argentina tienen mucho para dar”, remarcó el chef Alves, quien se resiste a abandonar sus pagos para ir a trabajar al exterior como hacen muchos colegas. “Prefiero quedarme en Iguazú y mostrarle al mundo la cocina que hacemos acá, que es poco difundida”, concluyó con orgulloso este profesional gastronómico oriundo de la ciudad de Posadas.