La historia del santuario que rescata animales que tenían “la fecha de su muerte marcada en las orejas”

El predio de “Lxs Libres” queda en Luján y allí viven unos 350 individuos que van desde perros abandonados hasta vacas que escaparon del vuelco de un camión jaula. Un grupo de activistas las salvó de ser faenadas en la ruta. El trabajo de los voluntarios y cómo se financian

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El inicio de “Lxs libres” fueron 23 perros castigados por el abandono. (@hogardeleslibres)
El inicio de “Lxs libres” fueron 23 perros castigados por el abandono. (@hogardeleslibres)

Trabajan desde hace dos años en un campo del conurbano bonaerense. Hoy en el predio ya cuentan con más de 300 animales que estaban con la fecha de muerte grabada en sus orejas camino al matadero. Ahora son libres y corren por el campo.

El inicio de “Lxs libres” fueron 23 perros castigados por el abandono. “Eran los rescatados del Santuario de Florcita. Ellos fueron los primeros en vivir ahí, un campo en las inmediaciones de Luján. Después llegaron una chanchita, una oveja y una cabra”, recuerda Florencia Di Matteo, activista por la liberación animal que convirtió su casa en un santuario.

Hace unos días, se sumaron tres de las vacas que, al igual de miles de millones en el mundo, estaban destinadas al matadero, pero que pudieron escapar del camión jaula tras un accidente en el Acceso Oeste. La mayoría murió. Otras que agonizaban fueron faneadas por vecinos de la zona. Cinco animales lograron escapar. Entonces, un grupo de activistas las rescató y las llevó hacia el campo ubicado en Luján.

“Lamentablemente, en la noche de este domingo, una de las vaquitas murió. Su estado era muy delicado”, cuenta Di Matteo sobre el rescate que se realizó gracias a la intervención de la agrupación Rescate Equino Cinco Corazones (RECC). “Ellos fueron quienes estuvieron desde el primer minuto luego del vuelco del camión, porque eran de la zona. Pusieron el cuerpo y el esfuerzo para lograrlo”, destaca la mujer sobre el valor del trabajo de la ONG para proteger la vida de las vacas.

Las imágenes del accidente del camión jaula y las vacas que lograron escapar del accidente (credito: @hogardeleslibres)
Las imágenes del accidente del camión jaula y las vacas que lograron escapar del accidente (credito: @hogardeleslibres)

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El amor hacia los animales y la lucha por salvarlos a todos

La diferencia entre un refugio y un santuario de animales es que en el primero suelen estar de paso, a la espera de un adoptante para dar lugar a un nuevo ingreso. En cambio, cada animal que ingresa a un santuario lo hace para pasar allí el resto de su vida, por eso es fundamental que el espacio —que para ellos no será otra cosa que un gran hogar— tenga todo lo necesario para su desarrollo.

Ahí es cuando toman importancia las personas que voluntariamente dedican sus horas libres, los días francos y mucho de sus salarios para el abastecimiento. También juegan un papel fundamental quienes hacen sus aportes por medio de donaciones de materiales, comida o dinero.

Tanto en uno como en otro, cada uno de sus habitantes recibe un nombre. Esto los saca de la común cosificación a la que muchas especies animales están condenadas en el camino de las vacas al matadero, por ejemplo. Ese fue el caso de Copito, una oveja que falleció luego de pasar un tiempo en el santuario o Moria, la cabra discapacitada que fue operada y se recuperó también en el predio de Luján.

“Estaba delicada y necesitó la rehabilitación con fisioterapia. Todos la daban por muerta. Nos decían que teníamos que sacrificarla, pero la sacamos adelante y hoy vive una vida maravillosa en Lxs libres - cuenta Di Matteo-. A la cabra Moria, hasta le abrimos su propia cuenta de Instagram. Fue muy afortunada”.

Una vista del predio de Luján con parte de los animales rescatados (@hogardeleslibres)
Una vista del predio de Luján con parte de los animales rescatados (@hogardeleslibres)

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En el santuario, como la finalidad también es evitar la reproducción, “todos los machos están castrados”, asegura Florencia y recapitula: “Los siguientes habitantes en llegar fueron 33 vacas”.

Todos los miembros del voluntariado son veganos y activistas por la liberación animal, aclara. “Trabajamos cada día por los derechos de los animales en todos los ámbitos posibles, desde las redes hasta en nuestras vidas. Buscamos salvarlos a todos, darles nuestro amor, una buena calidad de vida y generar conciencia de la importancia de respetar a los animales. Demostrar también que todos tienen los mismos derechos que nosotros porque son habitantes de la Tierra al igual que los seres humanos,. Por algún motivo, la ambición y la falta de empatía, el hombre hizo que ellos queden en el lugar de objetos”, relata Florencia mientras se quiebra por la emoción.

Al referirse al estado en el que llegaron allí los animales, detalla: “Todos fueron rescatados de la explotación en diferentes situaciones. Estaban condenados a ser cosificados, esclavizados y torturados de manera infernal. Muchos de nosotros vivimos la vida para ayudar a salvarlos porque sentimos que somos el comienzo de una revolución, quizás la más importante de la historia. Y que algún día gracias a todo lo que estamos haciendo muchos seres humanos logre cambiar el mundo. Sé que no sólo suena utópico sino muy ambicioso, pero creemos que es lo más justo, necesario y urgente”.

En el santuario, como la finalidad también es evitar la reproducción, todos los machos están castrados (@hogardeleslibres)
En el santuario, como la finalidad también es evitar la reproducción, todos los machos están castrados (@hogardeleslibres)

Llevan salvados unos 350 animales. Esto, para Florencia es el motor que la alienta cada día y sabe que habla en nombre de todas las personas que colaboran y trabajan por ese mismo objetivo.

“Acá trabaja mucha gente sin la cual esto no sería posible, como Krishna y Shanta, los fundadores de Sagrada Madre; Mariano Vázquez, encargado del invernadero del proyecto de producción vegetal orgánico junto a Thomy, Niki , Melisa, cuidando a los animales del Hogar de Lxs Libres. Un grupo humano maravilloso”, destaca y sobre el campo dice que es prestado por una persona, cuando estaban los perros.

Se necesitó mucho trabajo para hacer de un campo cuasi pelado un hogar para quienes llegaban. “Ahí es donde la gente del emprendimiento de sahumerios Sagrada Madre hizo su enorme aporte, sin ellos no se habría logrado poner los bebederos, hacer las mangas y espacios para los animales más grandes y hacer cada una de las modificaciones”, asevera y subraya: “Además de eso, fue necesario sacar adelante a las 33 vacas que estaban enfermas porque nunca fueron cuidadas y llegaron desnutridas. Hubo que alimentarlas, medicarlas, castrar a los machos, vacunarlos a todos, armar los sectores de bebederos, reforzar el espacio para la protección y resguardo de la vida de ellas también. Cuando el espacio estaba listo, comenzaron a llegar los animales rescatados por Fundación Amora y el activista Emiliano Giberti. Y con la ayuda del Santuario Lxs Salvajes. Todo este hermoso grupo hizo que este lugar sea un hogar para cada rescatado, que ahora goza de su vida en libertad”, finaliza.

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