Trabajadores del subte en la Ciudad de Buenos Aires, representantes de la empresa concesionaria del servicio y funcionarios del gobierno porteño se reunieron este martes 8 de agosto para destrabar el conflicto que viene originando paros sistemáticos en este servicio de transporte desde hace meses.
El encuentro contó con la participación de dirigentes sindicales, autoridades de la empresa EMOVA, a cargo del servicio y referentes del gobierno de la ciudad. Estos últimos calificaron la reunión como positiva, ya que consideran que, aunque el reclamo aún no está resuelto, hubo un acercamiento entre las partes.
La protesta del sindicato de trabajadores del subte tiene dos ejes: la presencia de asbesto en los vagones -un elemento perjudicial para la salud- y el pedido de reducción de la jornada de trabajo, que el gremio pide disminuir de 36 a 30 horas semanales. Esto último implicaría mantener seis horas de trabajo, pero en cinco días por semana en lugar de seis.
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Sobre el primer punto, según informaron al término de la reunión, la concesionaria realizó un informe acerca del plan de “desasbestización” que viene realizando y detalló una serie de medidas con el objetivo de llevar tranquilidad a los representantes sindicales. Los trabajadores aseguran que el perjuicio a la salud, materializado en afecciones respiratorias, es real y esgrimieron casos concretos, algunos de gravedad. Frente a ello, EMOVA señaló en el encuentro que ha venido implementando medidas para evitar que los empleados sufran consecuencias en su salud por este motivo y que esto fue probado.
El segundo planteo aparece más complicado y sigue siendo un foco de conflicto. En este caso, la empresa concesionaria mantuvo su posición, en la que considera inviable reducir la jornada laboral. “Fueron enfáticos en remarcar que esto es algo imposible de acceder”, indicaron algunos de los presentes en el encuentro. Esto, incluso, quedó rubricado en el acta que se firmó al término de la reunión.
Finalmente, hubo una revisión, reclamada por los sindicatos, referida a los descuentos que recibieron algunos trabajadores. En ese punto, los representantes de la empresa asumieron el compromiso de rever aquellos montos descontados en los que podría existir alguna inconsistencia, aunque aclararon que mantendrán la sanción para el caso de las horas no trabajadas a causa de los paros.
La Asociación Gremial de Trabajadores del Subte y Premetro sostiene desde hace meses un plan de lucha en el que realizan medidas de fuerza con distintas modalidades que afectan a la prestación del servicio.
El gremio alternó jornadas de paro escalonado, en las que interrumpían el transporte a lo largo del día en cada línea (A, B, C, y D), una por vez, con paros totales en las que ninguna línea de subte funcionó. “Seguimos reclamando que retiren todo el asbesto del subte y que cumplan con el fallo de la Justicia porteña que obliga a Emova, Subterráneos de Buenos Aires Sociedad del Estado (SBASE) y al Gobierno de la Ciudad a hacerlo y a poner bajo vigilancia médica a todos los trabajadores”, indicó el 1° de agosto Andrea Salmini, vocera de los metrodelegados.
“El gremio vuelve a impedir la prestación del servicio de Subte en toda la red en simultáneo, perjudicando a miles de usuarios de manera directa, especialmente a quienes necesitan llegar por ejemplo, a sus trabajos, escuelas, universidades y turnos médicos”, fue la respuesta de la empresa en la primera semana de agosto, en las que nuevamente se interrumpió el servicio.
EMOVA asegura que reducir las jornadas de trabajo otorgando un franco más es insostenible desde el punto de vista del modelo económico de la concesión del servicio.
En cuanto a la presencia de asbesto y los problemas de salud de trabajadores y usuarios del subte, la empresa respondió que se hicieron más de 3.000 mediciones sobre la calidad del aire en todas las áreas de trabajo del subte, las cuales arrojan resultados considerados adecuados para la salud.
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