Jorge Macri, el ex intendente de Vicente López y candidato del PRO para jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, estuvo en En Confianza, el nuevo ciclo de entrevistas en República Z, conducido por la influencer Mai Pistiner.
“La persona detrás de la máscara política”, es lo que buscó develar -según la entrevistadora- este mano a mano descontracturado en donde la primera pregunta apuntó al apellido que porta el dirigente político de Juntos por el Cambio. “Tiene una carga importante, ¿cómo te llevás con eso?”, inquirió la periodista en referencia al ex presidente, alcalde porteño y empresario Mauricio Macri -primo del entrevistado y quien le lleva siete años- como así también relacionado con su tío, Franco, el fallecido empresario y ejecutivo ítalo-argentino.
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“Lo llevo bien, siempre tuve el mismo apellido”, comenzó para romper el hielo, con cierta mueca de resignación, y subrayó que no se lleva bien con el prejuicio. “La gente que te pone en un lugar antes de conocerte pero desde que tengo 12, 13 años el apellido se hizo medio conocido, después el secuestro de Mauricio [el 24 de agosto de 1991, raptado en la puerta de su departamento y liberado casi dos semanas después luego de un millonario pago por su rescate] lo puso mucho más”.
Su comienzo en la política coincide con el fallecimiento de su padre, Antonio Macri (ex presidente del Hospital Italiano) ocurrido poco más de dos décadas atrás. “En esa época estaba medio como para irme del país, corría el año 2000-2001 que es cuando mi papá se enfermó, yo tenía pasaporte italiano, quería probar suerte y Mauricio [por entonces presidente de Boca Juniors] me llama”, recuerda sobre su primo de quien no se percibe como su amigo pero sí de Mariano, el hermano menor del ex presidente.
La convocatoria de Mauricio para asesorarlo [en 2005 fundaría el PRO] le replanteó a Jorge su plan migratorio, también influenciado por el costado paternal. “Esto de meterme en política me retuvo, me agarró de grande, tenía unos 38 años, si me iba del país, para mi viejo iba a ser un fracaso, pensaba que eran sus últimos años de vida, iba a vivir mal creyendo que su hijo terminaría repitiendo su historia de irse de su tierra natal (piensa) el destierro no es fácil”, rememora sobre el desembarco de su progenitor, desde Italia, cuando tenía tan solo 13 años.
Él reconoce que construyó puentes entre Antonio y Franco, y que, al ser primogénitos como Mauricio, esa condición lo acercó de joven a su afamado primo. “La política es mi vocación, amo profundamente lo que hago y siento que estoy en un equilibrio de energía y experiencia justo”, aseguró Macri quien antes dirigió algunas pymes como una concesionaria, una empresa industrial y hasta una distribuidora de películas.
Ya en tono campaña, Macri cambia un poco el diálogo y se refiere a una Ciudad de Buenos Aires con tendencia pet friendly. Y tira algunos datos llamativos: “Hay más perros que chicos de hasta 10 años en CABA, 475 mil versus 400 mil y, además, tenemos censados a 280 mil gatos, por eso tiene que haber más centros de atención veterinaria, uno por Comuna, junto a más jornadas de castración, desparasitación y vacunación gratuito que incluya charlas de concientización en cuanto a la adopción responsable”, detalló.
Su discapacidad motora y la debilidad por la comida
En septiembre del año pasado, Jorge Macri reveló -por primera vez- su dificultad para caminar con el pie derecho. “Cuando jugaba al rugby me torcía el tobillo y pensaba que era accidental, pero las caídas se repitieron durante mi vida”, recordó en un tuit que publicó por entonces.
De grande, fue al médico por un dolor en la cadera y el profesional de la salud le informó que su problema era de toda la pierna y no estaba circunscripto a solo un pie. “Me pongo una férula de plástico”, dice mientras muestra a cámara la prótesis que sostiene su pantorrilla derecha y así evita que el pie quede laxo. “Rengueo pero hago de todo”, reconoce este jugador de paddle.
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El inconveniente motor se agravaba por otro flagelo que sufría de joven: el sobrepeso y haberse sometido luego a un bypass gástrico. “Pesaba unos 40 kilos más, me hice el bypass y, aparte de perder mucha grasa, ese procedimiento te disminuye la masa muscular“, explicó. Y recordó lo que le dijo el ministro de salud porteño Fernán Quiros: “Es como estar 10 o 15 días en coma, en mi caso, me agravó el cuadro de la pierna”, señaló.
“¿En qué momento decidís hacerte el bypass gástrico?”, le preguntó Mai. “Yo quería jugar con mis hijos y tenía una fiaca, pesaba unos 130 kilos y me daba cuenta que me estaba perdiendo cosas lindas de la vida y ojo que yo peleaba con el tema de la obesidad desde que tenía uso de razón, creo que a los 11 o 12 años fui a ver a un endocrinólogo”, afirmó.
Luego de la operación -a la que reconoce como “un antes y después en su vida”- aún él sigue reconociendo que “ama la comida” pero, por entonces muchas de sus emociones las canalizaba por ahí. “Angustias, alegrías, cuando vos tenés una adicción y, como en este caso, sobrepeso y adicción a la comida lo que más me acuerdo era la culpa de comer a escondidas”, cavila mientras recuerda sus peleas de preadolescente por el bullying que sufría. “Al principio con las mujeres buscaba una aceptación que no lograba”, se sincera.
Y reveló que la operación, aparte de cambiar su fisonomía y vínculo con la alimentación, hizo que su humor mutase. “Antes tenía un mal humor permanente que era no estar feliz conmigo mismo, la operación me sacó de un lugar complejo porque, o estaba a dieta, y estaba malhumorado por lo que me prohibía, o sino me sentía de mal humor porque había comido lo que no tenía que comer: buscaba desesperado tratar de ser como los demás y no un gordo, no fue fácil para mí esa etapa“, se sinceró.
Y recuerda el modus operandi pre operación. “Veía una caja de alfajores y pensaba ´no la puedo comer, no la puedo comer´y, de repente, la agarraba y comía dos o tres alfajores”. Y, luego, la culpa: “Uy, para qué la comí”, se repetía hasta el infinito y deja un consejo para quienes sufren de cualquier tipo de adicción: “Estas cosas hay que hablarlas en familia, pidan ayuda, hay que sacar el elefante de abajo de la mesa y charlarlo”.
“Te achican el estómago y, si comés como antes, te atorás, a mí me funcionó, pude controlar mi ansiedad, no es algo que recomendaría graciosamente pero es una opción que tiene la ciencia para vivir mejor”, cerró.
El vínculo con su padre
Uno de los pasajes más emotivos de la charla fue cuando Jorge Macri recordó el vínculo entre Antonio, su padre, y Franco, el progenitor de Mauricio. “Ellos se llevaban bien hasta que mi viejo se enferma y tiene que venderle la parte de sus empresas a su hermano: ahí él sintió que hubo algo que estuvo mal y se distanció bastante”, explicó sobre el estado de salud de su papá que falleció a los 68 años. “Empezó con problemas cardíacos, le pusieron varios stents, le hicieron una operación a corazón abierto, después tuvo cáncer de colon, hígado, metástasis de pulmón y ahí se fue, estuvo 14 años enfermo y lo despedimos siete veces”, rememora.
Luego reveló cómo intercedió para un acercamiento entre los Macri padre: “Logré que se amiguen profundamente la noche en la que se despidió, en aquella época [año 2002] mis hermanas iban de día al hospital y yo de noche, le llevaba algo que yo hubiera cocinado, creo fue un risotto y me dice ´ah, me cagaste´”, escarba en su mente para vislumbrar cómo competían con su padre en el rubro gastronómico haciendo platos de pastas para que la familia deguste y elija el mejor.
Ante la duda de si el plato estaba feo, el padre le contesta y lo sorprende: “No, cocinás mejor que yo”, dice entre risas Jorge y remata: “Ahí sentí que me dio la revancha del tenis, éramos muy competitivos, tanto que una vez jugamos y yo casi le gano, tendría unos 12 años y nunca más me enfrentó, pasé a ser su compañero de dobles”, contó.
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Y completó la anécdota hospitalaria. “Al día siguiente, que también le llevé la comida, me dice: ´No quiero más, ya hablé con la doctora´”. Y agrega: “Le dije, ´bueno, viejo, vos diste mil batallas, el día que vos sentís que estás para irte, te tenés que ir´”, cuenta el referente de JxC como si nada pero -cuenta que en aquella oportunidad- lloró tirado en el piso como nunca en su vida. “Vuelvo a entrar y le pregunto ´¿qué querés´ y me contestó: ´que vengan tus hermanas y tu mamá...” a lo que le interrogó: “¿Y Franco?”. “No, Franco no´”, me contestó.
Ante esa negativa, Jorge le reprochó a su padre: “Viejo, si te vas a ir, andate bien y me contestó: ´bueno está bien´, se despidió de a uno y después en conjunto frente a todos nosotros”. Y cerró el emocionante relato: “Y ahí sentí que hice un aporte porque... como que se fue amigado con Franco, mi papá tenía esa sabiduría, nos despedimos esa noche y a la madrugada falleció”.
Los seguidores de Mai interrogan a Jorge Macri
♦ ¿Dejarías que todos se vengan a atender a hospitales de la Ciudad?
Qué buena pregunta, propongo que hayan cuatros centros más de Atención Primaria pero con capacidad diagnóstica. En total tienen que ser seis, ya existen dos, que incluyan toma de muestra -de sangre y de orina-, rayos, mamógrafos. Y también tienen que haber Centros de Diagnóstico de Altísima Complejidad con tomógrafo, resonador magnético, angiógrafo, o sea toda la tecnología pero para la gente que no esté en riesgo de vida. Esto sirve para descongestionar el sistema de salud.
♦ Multen a los que anden en bicicleta por cualquier lado
La Ciudad hizo un gran esfuerzo para darle un lugar especial a ellos. Invertimos un montón de dinero a los que andan en bicisendas o ciclovías y van por cualquier lado, por la vereda, loco, ¡ponganse un poco las pilas! La vida va cada vez más hacia ciudades en dos ruedas pero hay que respetar al peatón.
♦ ¿Sos muy adicto al teléfono? ¿Dependés mucho de él?
No tanto, si es una herramienta de laburo pero, no tanto. La app que más uso es Candy Crush, nunca pagué, soy bastante adicto a eso y no me molesta. Pero la que más uso es WhatsApp, amo el 2X (la aceleración de reproducción de los audios), es más, dejo un consejo: cualquier mensaje de más de un minuto se escucha en 1,5 o 2 y, si no te entiendo, fuiste.
♦ ¿Usás Instagram?
No lo tengo en mi celu, lo miro en la compu pero no lo quiero... (se interrumpe), necesito conectarme con la gente. Yo fui muy tuitero, amo las redes, son un puente espectacular, lo uso como herramienta de gestión
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