El abuelo de Joaquín Paredes, el adolescente de 15 años asesinado durante un operativo realizado en Córdoba el 25 de octubre de 2020, se quebró mientras declaraba en el juicio por la muerte de su nieto. “Estoy vivo por fuera y muerto por dentro”, expresó.
Esteban Paredes dio su testimonio en carácter de testigo en la quinta audiencia del debate, que comenzó el lunes pasado en Cruz del Eje con el objetivo de juzgar a los seis policías acusados por el crimen.
Los imputados son Maykel Mercedes López (25), el único contra el que recae el cargo de “homicidio agravado por el uso de arma de fuego” por ser considerado el autor del disparo que impactó contra el cuerpo de la víctima; Iván Alexis Luna (26), imputado por las “lesiones graves” que sufrió el amigo del fallecido; Daniel Alberto Sosa Gallardo (43), quien solo enfrenta cargos por “amenazas calificadas”; Enzo Ricardo Alvarado (29); Jorge Luis Gómez (34); y Ronald Nicolás Fernández Aliendro (27). Estos últimos están acusados de “omisión de los deberes” y “disparo de arma de fuego calificado”.
Esteban contó que su nieto salió de la casa con un amigo alrededor de las 22 horas y recordó que tiempo después sintió cerca de su domicilio “tres tiros, luego más y más disparos, fueron veinte”. Pasaba el tiempo y Joaquín no regresaba, por lo que comenzó a preocuparse. Horas más tarde, le avisaron que su nieto había sido baleado.
“Entonces le pedí a Dios que me lo salvara, pensé que eran balas de goma, pero me dicen que tenga fuerza que estaba muerto”, contó el hombre que además es un policía retirado, por lo que aseguró que nunca pensó que los efectivos podrían ser capaces de actuar como lo hicieron.
De acuerdo con la información de Télam, Esteban recordó a su nieto y expresó el dolor que siente tras su pérdida: “Joaquín me daba felicidad y paz y ahora se me terminó todo, no tengo nada, tengo un vacío enorme. Estoy vivo por fuera, muerto por dentro, toda la familia está igual”.
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En su acusación, la Fiscalía plantea cómo fue el crimen del joven, según logró reconstruir. En ese sentido, se cree que durante la madrugada de ese día un grupo de policías se trasladó hasta la plaza de Paso Viejo, una localidad de unos mil habitantes luego recibir el aviso de una reunión de jóvenes mientras regía el aislamiento preventivo social y obligatorio (ASPO). Al llegar al lugar, se produjo una discusión con los jóvenes.
De repente, Aliendro comenzó a disparar al aire con “cartuchos antitumulto compuestos con poliproyectiles o postas de goma”. Minutos después, el grupo de jóvenes se vio envuelto en una balacera. Dos proyectiles impactaron sobre dos de ellos: uno sobre Joaquín, quien perdió la vida al instante; y otro sobre un amigo de la víctima a quien hirieron en el brazo, por lo que tuvo que ser trasladado y asistido en un centro de salud pública.
En esta quinta audiencia por el juicio contra los seis policías no sólo declaró el abuelo de la víctima, sino que también dieron testimonio José Rodríguez, Fabián Juárez, Milton Torres, Mariano Torres y Leonardo Rodríguez, quienes relataron algunos detalles de lo que observaron sobre el operativo policial.
Durante la jornada del jueves, la madre del adolescente sufrió dos crisis nerviosas mientras testificaba Ángel Villada. “Es duro estar ahí y escuchar todo lo que pasó, pero tenemos que escuchar todo, y queremos que salga todo a la luz para que se haga justicia por Joaquín. Sabemos que es duro escuchar todo de vuelta, pero lo tengo que hacer”, manifestó Nélida Paredes, quien debió ser asistida por una ambulancia que se acercó de inmediato a los tribunales de Cruz del Eje.
El juicio continuará durante dos semanas más. La próxima audiencia está prevista para el martes 1 de agosto, puesto que la fiscal Fabiana Pochettino, a cargo de la acusación, no podía presentarse en los tribunales el lunes 31 de julio.
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