Iván Demirci sonríe con la mirada. Hace percusión con sus manos y con sus pies. No hay sonido o melodía que se escape a sus inquietos sentidos que todo quieren reproducir y sentir en su cuerpo. Hace 11 años, el joven, que de niño fue diagnosticado con autismo, lidera la banda musical “Ivan y sus amigos”.
Gracias a la música mejoró la comunicación que su condición del espectro autismo no verbal parecía limitar. Gracias al apoyo de músicos profesionales e integrantes de la banda, el joven de 24 años compone e interpreta sus propias canciones y hace covers.
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“El mensaje de Ivan y sus amigos se basa en la inclusión de las personas con neurodivergencias en la sociedad y en este caso, a través de la música”, le dice a Infobae Ricardo Demirci, su padre, y cuenta que el próximo 9 de septiembre se presentarán en el Teatro Del Globo para presentar su show y el lanzamiento de nuevos temas.
La música como expresión
“Creo que a los dos días de nacer comenzó a mostrar su amor por la música”, cuenta el papá del niño nacido en la mañana del 25 de junio de 1999. “Él es mi gran orgullo, mi maestro porque todo el tiempo nos enseña algo y tiene esa mirada tan hermosa que te hace ver que todo es posible”, remarca emocionado el hombre.
Poco antes de que cumpliera tres años, a Iván le diagnosticaron TGD (Trastornos generalizados del desarrollo), hoy llamado Trastorno del Espectro Autista. “No tenía comunicación verbal, y con Marta, mi esposa, nos dimos cuenta de que algo pasaba. Él iba al jardín y la maestra nos contó que no veía que avanzara como el resto de sus compañeros”, recuerda. Finalmente una neuropediatra le daría el diagnóstico.
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La primera reacción fue la incredulidad y a los tres días la promesa de hacer todo para que fuera feliz. Y lo es. Al llegar a la escuela primaria, se convirtió en el primero del colegio en asistir con maestros integradores y de tomar terapias ocupacionales. Eso lo ayudó a aprender. Y aunque no desarrollaba el habla, gracias a la música, que ya reproducía incansablemente, encontró su propia manera de comunicarse.
“Él habla muy poco y es fanático de la música. Fue uno de sus terapeutas el que se dio cuenta y me dijo: ‘¡Más que un hijo con autismo tenés un hijo músico!’. Y empezó a ir a una escuelita de rock convencional después del colegio. Ahí se encontró con Juan Tenaglia, que es e baterista de la banda y coordinador musical. Así arrancaron, hace 11 años. La verdad, él encuentra en la música esa cosa tan especial que lo hace vibrar y lo potencia al máximo. Es impresionante ver la diferencia en una persona cuando puede desarrollar lo que ama hacer”, dice orgulloso.
Iván tiene un set de percusión y además aparatos que pueden reproducir el sonido de otros instrumentos. Lo maravilloso de él es que el don innato que tiene siempre hizo que aprendiera de manera autodidacta.
“Iván escucha un tema y se pone de costado y empieza a generar el ritmo con lo que tiene a mano. Y si no tiene nada, lo hace con el pecho, copia el ritmo enseguida y canta todos los temas, en castellano, en inglés. Hace unos días puso un tema en chino, lo empezó a tararear y después le sacó el ritmo y lo empezó a tocar y hasta a cantar... ¡Es increíble! Tiene un don natural, sí, pero más allá de esto, lo importante que es Iván transmite mucha fortaleza desde arriba del escenario. Ese es su gran potencial y lo lleva al extremo, no se queda con nada”, cuenta su papá.
La banda, que se presentará con su nuevo integrante, Matías La Groteria, está integrada además por Juan Tenaglia y Pato Álvarez. Hasta el momento realizaron más de 26 presentaciones y giras a nivel nacional y regional. En el Día Mundial de Concienciación sobre el Autismo, cada 2 de abril se presenta en evento especiales por la fecha.
“Los tres músicos que lo acompañan, que son profesionales que no están dentro del espectro autista, demuestran la importancia de ver en él a un par, a otro músico. Ellos se enfocaron en el talento de Iván. De esa manera demuestran cómo se rompen las barreras, la discriminación y se logra la convivencia. Eso creo que es uno de los mensajes más importantes que deja la banda en el escenario: miremos y enfoquémonos en la fortaleza de las personas”, subraya orgulloso el hombre.
Reflexivo, Ricardoo sigue: “Claro que no logramos sólo con esto vivir en una sociedad en la que estemos conviviendo con igualdad. Yo no uso más la palabra ‘integración’, creo que la palabra que debemos usar es ‘convivir’. Vivir todos juntos, más allá de lo que cada uno tenga, porque esto demuestra que pese a no poder expresarse de manera verbal lo hace a través de la música y eso da cuenta del poder que tiene eso”.
Iván compone sus propios temas, domina el xilófono, los tambores Ngoma y es el líder de la banda. “Los fue armando a través de las series de televisión que veía cuando era chico. Uno de sus temas emblemáticos es el del Ratón Pérez. Lo cantaron en una presentación en un jardín y era increíble ver cómo todos se ponían a bailar. Todos los días me sorprende a mí y al público”, asegura el papá del chico.
Emocionado, Ricardo agrega: “Arriba del escenario, él domina el mundo. Cuando está abajo es tímido, no habla, a veces se tapa los oídos, pero cuando sube se pone a cantar a capella el primer tema y te das cuenta que ahí él se siente pleno”. El primer concierto público fue en una acto escolar por el Día de la Familia, a sus 15 años.
Iván tiene un hermano menor, Brian, que, según su padre, es su norte. “Tienen una relación tan linda, pero tan linda que ni dos hermanos de sangre lo tienen”, cuenta sobre los jóvenes, ambos adoptados de bebés.
*Quienes deseen ver el show de Iván y sus amigos puede adquirirla en bit.ly/IvanEnTeatroDelGlobo
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