Yamila Julio es geóloga y sin pensarlo demasiado dejó su ciudad natal en Córdoba por una propuesta laboral en Comodoro Rivadavia que le permitió, por esas casualidades de la vida, descubrir una parte desconocida de su pasado. Su abuelo había trabajado en YPF y ahora ella también.
Poco era lo que sabía sobre él. Ni siquiera había llegado a conocerlo. Murió un año antes de su nacimiento. “Sabía que había trabajado en YPF porque mi abuela me contó, y aparte acá nació mi papá, en Chubut. En mi casa siempre se habló de YPF, de cómo había trabajado mi abuelo, había unos posters grandes, era bastante importante, tenía una historia. Yo sabía que había trabajado en Chubut, pero tampoco sabía en qué área, ni cuánto tiempo, todos esos datos no los tenía”, explica Yamila Julio desde Comodoro Rivadavia, en una entrevista con República Z.
Las vueltas de la vida llevaron a Yamila a embarcarse en un trabajo en el que estaba dispuesta a dejar todo, sus amigos, el contacto cercano y cotidiano con su mamá, hermana. “Estoy acá desde hace 10 años. Me vine con YPF directo de Córdoba a Comodoro. Estaba buscando un cambio, mientras trabajaba. Estaba en una consultora y daba clases en la secundaria”, cuenta.
Cuando llegó la oportunidad dice que ni lo pensó, ni aunque le dijeran que podría irse lejos. “Me vine sola, no lo pensé, más allá de que estaba lejos, no conocía nada, de entrada dije sí me voy. Cuando me lo ofrecieron estaba decidida, donde fuera me venía con YPF”, relató.
— Es muy loca tu historia con tu abuelo en YPF. Terminaste trabajando en el mismo lugar del mundo en el que trabajó él
— Sí. Cuando vine acá pregunté por la base de datos para conocer su historia, pero me dijeron que no había. Pasaron unos meses, me llama mi hermana y me dice sabés que lo llamaron a papá -mi papá falleció también-. Se estaban juntando los compañeros del secundario y querían reunirse con él. Buscaron la guía telefónica, éramos pocos con el apellido Julio, y una era la casa de mi mamá. Entonces, me pasó el contacto de este señor que era compañero de papá, que vivía acá y que vive cerca de donde yo vivo actualmente, a siete cuadras. Empecé a mandar mails, fui un día a la casa, conocí a su esposa, me mostró fotos de mi papá, del colegio, que yo no tenía porque no tenía esa parte de la historia de mi viejo, dónde había vivido acá, en el kilómetro 3. Y yo empecé a trabajar en un proyecto de reparación de pozos viejos y vi legajos, donde está contada la historia de cada uno y un día revisando esos legajos viejos encuentro uno que en una parte está firmada por mi abuelo, decía Santos Julio.
— ¡No!, claramente no te lo esperabas
— No, y ahí empecé a fijarme en todo, ahí vi que mi abuelo había estado en el sector de segmentación, lo vi en un poquitos legajos, pero ahí ya sabía de él y había trabajado en el mismo yacimiento en el que yo trabajaba.
El destino quiso que Yamila Julio trabajara en el mismo yacimiento que su abuelo, sin saberlo, sin proponérselo. Cuando se postuló, dentro de un gran grupo, fue la única seleccionada para Comodoro Rivadavia. Diez fueron destinados a Mendoza, nueve a Santa Cruz. Y ella en el pozo de su abuelo.
—¿Creés en estas casualidades o como lo tomás?
Es mucha casualidad encontrar el legajo, mucha casualidad que este señor llamara a mi hermana, cuando nunca habíamos tenido contacto, con él jamás.
Yamila había comenzado a trabajar hace 10 años en el yacimiento El trébol-Escalante como geóloga operativa. Empezó viajando al yacimiento a diario, a 26 kilómetros de Comodoro Rivadavia, sobre ruta 26. Parte de su trabajo, consistía en salir al campo, cuando se realizan determinadas maniobras, como la perforación. “Cuando se perfila hay que estar presente. Muchas veces salí de noche, a cualquier hora. Estaba muchas horas fuera de mi casa”.
Durante los años que lleva en la petrolera vio un proceso de transformación muy notable. Hace 10 años le costó el ingreso, porque no había muchas mujeres en el campo, en el puesto de companys. Era más un trabajo hecho por hombres. El sector, de hecho, se llamaba Company Man. Hoy dominan las mujeres en el rubro. “Se dio vuelta y somos muchas más las mujeres. En 10 años las condiciones son muy distintas”, afirma.
Hace poco tiempo obtuvo el cambio laboral dentro de la misma empresa, por postularse en búsquedas internas. Como geóloga de estudio, se le dio participar de un viaje laboral a la ciudad de Aberdeen, Escocia, para una capacitación. “Fue sensacional porque fuimos con un proyecto para aprender la metodología que utilizan ellos para el modelado. Fue un viaje enriquecedor, aprendí un montón, relacionarme con gente que trabaja de otra forma”.
En este tiempo, también nació su hija. Cuando tenía dos meses y medio tuvo laoportunidad de trabajar jornada reducida. La empresa le permitió poder conciliar su vida laboral y personal, por lo que se siente agradecida.
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