La italiana Beatrice Borromeo, mujer de Pierre Casiraghi -tercer hijo de Carolina de Mónaco y Stefano Casiraghi-, es una de las royals más elegantes de la familia Grimaldi. Cada aparición o foto robada es una declaración de estilo. Sin embargo, la aristócrata descendiente de una familia dedicada al negocio textil (fue propietaria de Valentino) lleva una vida más terrenal de lo que se cree. Está dedicada a su familia y a su crecimiento profesional como periodista y ahora directora y productora de documentales, que proponen arrojar luz sobre temáticas controvertidas. En sus inicios fue la mafia calabresa y ahora un caso de impunidad que involucra al heredero del último rey italiano, el príncipe sin reino, Vittorio Emanuele.
A principios de julio de este mes estrenó su rol como directora de una docuserie de Netflix de tres capítulos llamada El príncipe que nunca reinó, que indaga sobre el asesinato de un joven alemán de 19 años Dirk Hamer ocurrido la notche del 18 de agosto de 1978, en la Isla Cavallo, Córcega, isla francesa en la que estaba exiliada la familia real desde que fue abolida la monarquía en Italia, luego de un referéndum un 2 de junio de 1946.
Un joven Vittorio Emanuele con un fusil en mano fue protagonista de un tiroteo esa noche de verano, al acercarse con su embarcación a las de unos jóvenes que estaban usando una lancha neumática de su propiedad sin su permiso. Al disparar dos veces, y caer al agua, en medio de enfrentamiento con el playboy Nicky Pende, uno de los tiros atraviesa una pared de la embarcación y la arteria femoral de Dirk Hamer. El padre médico del joven alemán se lleva a su hijo en un vuelo sanitario, y luego 19 operaciones y la amputación de una pierna, perdió su vida.
El documental contrasta dos historias de vida a lo largo de tres episodios que involucran 45 años de historia. El sufrimiento y lucha incansable durante una vida de Birgit Hamer, la hermana de Dirk exigiendo una justicia que nunca llega, con la de Vittorio Emanuele di Savoia, que se deslindó de su responsabilidad y logró salir impune del asesinato. También forman parte del documental su mujer Marina y su hijo Emanuele Filiberto, personaje mediático, ganador del reality italiano Ballando con le stelle 2009.
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La directora incluye entrevistas exclusivas a Vittorio Emanuel, hoy de 86 años, así como a periodistas expertos en la antigua familia real italiana y varios testigos presentes en el suceso, por el que un tribunal francés solo condenó al heredero de los Savoia por tenencia ilícita de armas. En entrevista por videollamada con Infobae desde el Principado de Mónaco, Beatrice Borromeo cuenta con lujo de detalle esta historia que marcó su vida y decidió convertirla en el primer documental digirido por ella y producido por Astrea Films, su productora.
— Estudiaste Derecho y Economía en Milán? ¿Cómo te convertiste en periodista y qué te llevó al mundo del documental como formato?
— El motivo por el cual me convertí en periodista fue en la práctica, un poco casual, porque me uní a un grupo de personas que fueron despedidas por Berlusconi durante el Edicto búlgaro, que es el nombre que se le da hoy a este momento en que Berlusconi expulsó de la televisión pública a algunos de los más grandes periodistas como Biagi, Santoro y Lutazzi. Cuando Santoro regresa me propone ser parte, porque tenía 20 años, de una columna de jóvenes que hablaban de jóvenes. También el motivo que me impulsó se puede encontrar en este documental. Crecí con la historia de Vittorio Emanuele, y creí que realmente era importante tener la oportunidad en la vida de tener voz frente a una injusticia. Por lo tanto, creo que es una de las razones por las que primero me convertí en periodista, y ahora en directora y productora. El primer documental lo hice cuando estudié en Nueva Yok en la Universidad de Columbia. Hice una tesis de grado sobre el tráfico de drogas de México a Calabria vía Nueva York. Yo descubrí que varios jefes de estas operaciones eran mujeres, algo que no se sabía mucho en ese momento. Luego hubo una Expo de carreras, en esa universidad y estaba News Weekly, que me pidió que escribiera y luego me dieron mi primer dinero para comenzar a filmar un documental junto a un director Oren Jacoby, que luego se convirtió en una serie de televisión para Amazon Prime, Bang Bang Baby.
— Sos una periodista llena de coraje…
— Mirá, a la mafia, si no la conocés da más miedo que si de a poco la conocés. Cuanto más aprendés, más escribís sobre ellos, y cuánto más tratás con ellos, sabés exactamente hasta dónde podés llegar, qué tipo de trabajo podés hacer. Por ejemplo, yo me ocupé de la mafia calabresa, que está muy atenta en no llamar la atención, por lo que es muy improbable que golpeen a una persona tan expuesta como yo, porque yo ya trabajaba en televisión, con Santoro antes de ocuparme de la mafia. No lo harían a menos que arruine sus negocios de cientos de millones de euros. Depende de cuánto pierdan. Atacan a periodistas, magistrados, pero lo hacen siempre de manera local. Por eso es importante apoyar a los periodistas locales que cubren historias graves porque están en riesgo a diferencia de alguien que está expuesto. Las mafias cuando están bien no golpean y cuando son débiles disparan. Digamos que tengo un coraje relativo. Lo cierto es que siempre me ha gustado, no tengo muchos miedos desde el punto laboral.
— Tu estilo como periodista es directo, duro, confrontativo. ¿Qué estilo quisiste imprimir en el documental estrenado por Netflix? Se escuchan todas las campanas.
— Hubo un gran cambio respecto de lo que quería hacer, en mi modo de narrar una historia. Cuando escribí en el 2011 sobre Vittorio Emanuele publicando su video confesión (donde admitía el asesinato mientras estaba detenido por otra causa) estaba muy enojada con él por lo que le hizo a Birgit, que para mí es como una tía. Y por el sufrimiento que le había causado también a sus hijas que son como dos hermanas para mí, a mi madre (Paola Marzotto), que también había vivido con esta historia muchos muchos años y por lo tanto esta historia fue mi motivación. Ahora mi motivación era contar una historia que merecía ser contada como es debido de una vez por todas y también ayudar a las personas a darle un cierre. Porque para mí, cuando reestablecés la verdad histórica y ordenás los hechos se puede dar una vuelta de página, algo que que nadie había logrado ni siquiera yo, había algo pendiente sin resolver. Quería escuchar a Vittorio Emanuele, también entender quién es. Sus motivaciones, el contexto en el que creció. En Italia y España se habla mucho de una grabación que incluí al final del documental en el que Vittorio Emanuele habla sobre Juan Carlos de Borbón y del homicidio de su hermano. La razón por la que sentí la necesidad de incluirla es porque esa historia me permitió entender cómo era Vittorio Emanuele. Había crecido allí, esa era su educación, su contexto, una persona que de adolescente vio un homicidio involuntario encubierto. No se habla, no se toma la propia responsabilidad, no se dice la verdad y también es protegido y hasta lo convirtieron en rey. Eso me hizo entender a fondo el contexto en que creció Vittorio Emanuele y la mala dirección que siguió al incidente de Cavallo.
— ¿Qué te inspiró seguir este caso? ¿La Impunidad? ¿Tu vínculo con las casas reales?
— No, para nada mi vínculo. Cuando era chica había tantas conversaciones sobre Vittorio Emanuele y recuerdo momentos de frustración porque decían que no había nada que hacer. Birgit dijo que nunca se rendiría, pero ella no sabía qué hacer excepto aferrarse a esta historia. Con energía escribió un libro llamado El príncipe, la verdadera historia de Vittorio Emanuele y durante veinte años no se lo publicaron. Le di una mano yo para hacerlo publicar.
— ¿Cómo lograste convencer a Vittorio Emanuele de participar del documental luego de ganarle en una causa en tu contra, tras publicar un video confesión en 2011?
— Fue largo. El desafío profesional más difícil que tuve. Cuando Netflix accedió a hacer el documental me preguntaron cuál era la posibilidad de que pudiera entrevistar a Vittorio Emanuele y dije que baja. Mientras en mi cabeza no existía siquiera la posibilidad. Luego comencé a olvidar la dificultad y empecé a contactar a las personas que yo conozco y conocían también a él. Mandé muchos mensajes. Un día recibí una respuesta que decía ‘hablá con mi hijo Emanuele Filiberto que él decidirá'. Así que le escribí a su hijo con quien había sido muy agresiva en el momento de mis investigaciones, porque estaba defendiendo a su padre, del mismo modo que lo hace en el documental. Hoy puedo entenderlo. Es su hijo, “hace” de hijo. Luego lo conocí y hablamos durante mucho tiempo y me di cuenta de que no había sido correcto de mi parte ponerlos a todos en la misma olla, que eran personas diferentes con responsabilidades distintas y que en cualquier caso para hacer un buen trabajo, debería haber escuchado y luego volví a escribir cartas a Vittorio Emanuele diciendo que tuve la sensación de que no le di esa oportunidad antes de escucharlo, que realmente no me había dado la palabra.
El documental llevó dos años y medio en llegar a su fecha de estreno desde que fue concebido. El libro de Birgit reunía 40 años de historia con todas las ideas y vueltas del caso. Beatrice lo dirigió, produjo junto a Francesco Melzi y la escritura contó con la ayuda de Marco Ponti, quien además se ocupó de hacer la única entrevista que ella no pudo hacer. La de su madre, Paola Marzotto, amiga de toda la vida de Birgit. Habían hablado tanto, tanto tiempo, que entendió que no podría entrevistarla.
— Hubiese resultado extraño para mí preguntar las cosas que sé bien que ella me dijo mil veces y por lo tanto necesitaba alguien que nunca había escuchado esas historias. Yo estaba allí para integrar las preguntas. Luego editamos por más de un año con mis montajistas que vivían conmigo, era como una gran familia, por unos meses iban y venían. Ellos son de Roma y yo estoy en Mónaco.
— ¿Ahora se viene la saga de Los Grimaldi?
— Bueno, estamos bien metidos en la película sobre la historia del origen de Grimaldi, después de eso, habrá otras, con suerte, en teoría, una franquicia en la que explorarás varios capítulos del universo de la historia de Grimaldi que dura ocho siglos, así que hay mucho material. Tengo un equipo fantástico, los coproductores Dimitri Rassam (marido de Carlota Casiraghi), de Chapter 2, Pathè, Morgan O’Sullivan, el productor de Vikingos y otros dos que no puedo mencionar. Estamos en un buen punto de la pre producción. Me gustaría volver a dirigir cuando tenga el producto perfecto, porque lamentablemente me obsesiono con las historias. Las sueño. Las convierto en pesadillas.
Una de sus pesadillas era la entrevista a Marina Doria, la mujer de Vittorio Emanuele. Soñaba que llegaba la policía y le decían que la dejara tranquila. Le decían que la entrevista había terminado.
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