(Enviada especial a Bruselas) En el Foro de la Unión Europea – América Latina y el Caribe, realizado en Bruselas (Bélgica), el 13 y 14 de julio, se resalto que la igualdad de género es un valor fundamental para las relaciones diplomáticas y la cooperación internacional y económica. En un relanzamiento de la diplomacia entre las regiones los avances de las mujeres fueron centrales en las demandas para avanzar con licencias más largas, políticas fiscales que generen fondos para construir más jardines infantiles y garantizar una jubilación para quienes se dedicaron a cuidar a sus hijos e hijas.
El 17 y 18 de julio se celebra un encuentro entre presidentes y líderes europeos/as y latinoamericanos/as. La reunión es relevante porque desde hace ocho años, cuando se hizo en el 2015, no se celebraba. Y porque se intenta hacer un eje Unión Europea (UE) y América Latina que salga de la polarización mundial y que disminuya la dependencia de la UE con Rusia y China.
Una semana antes, en el mismo lugar donde se van a encontrar los jefes de estado, la Maison de la Poste, se celebró un encuentro de la juventud y la sociedad civil para incidir, a través de recomendaciones, en las decisiones gubernamentales. El objetivo es que el encuentro no sea solo intervenido por las decisiones políticas, sino que se tomen en cuenta las reivindicaciones de quienes trabajan en el territorio con desastres ambientales, discapacidad, violencia de género y jóvenes rurales, entre otros temas.
La española Maite Serrano, directora de La Coordinadora de Organizaciones para el Desarrolloexplicó: “El foro de la sociedad civil convocado antes de la Cumbre ha sido un espacio para trabajar y consensuar propuestas en temas claves para que la nueva agenda de las relaciones UE-CELAC sirva para promover políticas sociales y transiciones justas que reduzcan las brechas de desigualdad, un pacto birregional por los cuidados que ponga en el centro la sostenibilidad de la vida y el planeta y el compromiso con el espacio cívico como garante de la calidad democrática”.
“Esperamos que la Cumbre de jefes y jefas de estado esté a la altura de la oportunidad que supone el relanzamiento de las relaciones entre ambas regiones y asuma la reducción de la desigualdad como objetivo prioritario”, enfatizó Serrano. La médica argentina Mabel Bianco, de la Fundación Estudio e Investigación de las Mujeres (FEIM) integró el comité directivo del Foro y contextualizó: “El foro es muy importante porque permite a las feministas plantear nuestros problemas que no son los mismos que los de los países del norte desarrollado”.
Un joven representante argentino, Facundo Peralta, Coordinador de la Red Nacional de Jóvenes y Adolescentes para la Salud Sexual y Reproductiva y de FEIM, en un panel sobre cultura, economía y desarrollo, subrayó: “En un mundo en el que la radicalización avanza, la cultura se presenta como una herramienta para el libre desarrollo y expresión de grupos históricamente vulnerados cuyos derechos vuelven a ponerse en discusión: mujeres y colectivo LGBTIQ”.
En el panel “Igualdad de género, salud y sociedad del cuidado”, realizado el 13 de julio, con el hashtag #GenderEqualityEULAC se resaltó la necesidad de implementar políticas fiscales de incentivos para poder generar políticas de cuidados; se pidió frenar la violencia digital contra mujeres y el colectivo LGTTB con acciones concretas y garantizar que las mujeres y las niñas no sean sometidas a maternidades forzadas.
La relatora del encuentro Inma D. Alonso, Coordinadora del Proyecto Presidencia Española de la Unión Europea, de la Coordinadora de Organizaciones para el Desarrollo ponderó: “Necesitamos una mirada nueva, feminista e interseccional” y recordó que uno de los datos más graves del efecto del COVID – 19 es que la esperanza de vida de las mujeres cayo 1.6 años entre 2019 y 2021.
La pandemia dejo un retraso en el avance de las mujeres. Argentina ocupa un lugar de avanzada en la agenda mundial con logros normativos como la aprobación de la Ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo. Una realidad distinta a la de muchos países. Se estima que, casi 1.200 millones de mujeres y jóvenes, entre 15 y 49 años, viven en países con algún tipo de restricción para el ejercicio de una interrupción voluntaria del embarazo en condiciones seguras.
Una de las mayores aspiraciones es que se firme un Pacto birregional por los cuidados basado en la Estrategia Europea de Cuidados y la Declaración de Buenos Aires sobre la sociedad del cuidado. También se promueve un pacto birregional para la erradicación de cualquier forma de violencia basada en género, según los marcos establecidos por la Convención de Estambul y la Convención Belém do Pará.
La economía y el género no son dos vías diferentes, sino que el foro promueve una visión de género en materia de inversión (Global Gateway y acuerdos comerciales) y que en las inversiones se promueva la igualdad y el empoderamiento económico de las mujeres.
Tania Sánchez, Directora de la Coordinadora de la Mujer de Bolivia, propuso cambiar las políticas redistributivas y generar políticas fiscales que puedan promover sistemas de cuidados. Además puso el acento en concretar el pacto entre Europa y América Latina que tome como base lo que se conoce como el Compromiso de Buenos Aires, que se firmó el 11 de noviembre, en un compromiso de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL).
Por su parte, Filomena Ruggiero, responsable del área de incidencia política de la Federación de Planificación Familiar, desde España, resaltó que “los valores de la Unión Europea implican el acceso a la salud sexual y reproductiva”. Pero advirtió: “Hay ataques de grupos fundamentalistas a la democracia y a la perspectiva de género”.
La presidencia de la Unión Europea ahora esta en manos de España. Pero ese mandato termina el 31 de diciembre cuando va a llegar Polonia con una política restrictiva en relación al derecho al aborto legal y seguro. Por eso, ella reclamó que la Unión Europea tenga valentía y urgencia en la implementación de las políticas de género y que tengan una perspectiva interseccional, decolonial y horizontal.
“Estamos retrocediendo”, alertó Goran Mileti, un veterano del movimiento LGBT en Serbia. Es el coordinador del EuroPride y Director para Europa y Oriente Medio y Norte de África de Civil Rights Defenders. El enmarcó “Ahora todo es más horrible”, en relación a la violencia digital, pero no cree que se trate de un fenómeno nuevo, sino que se trasladó la discriminación tradicional a mujeres y a la comunidad LGTBI de los medios tradicionales a las redes sociales. “Ahora todo es más visible”, remarcó.
El gran problema que ve para la violencia es que no hay justicia y la impunidad fomenta la violencia. Por eso, pide que no haya planes que se queden en el aire, sino acciones concretas para frenar las agresiones. Jill De Bourg rescata que el 80% de los/las voluntarios/as de la Cruz Roja son mujeres. Sin embargo, las mujeres son más vulnerables y marginalizadas. En el Caribe el 35% de los hogares están encabezados por mujeres. En muchos casos, las mujeres padecen problemas de salud mental y eso impacta en un cuidado inadecuado de niños y niñas.
Ella destacó: “La crisis afecta de manera desproporcionada a las mujeres”. Además dio una serie de propuestas concretas para que el escenario mejore: Reconocimiento (a quienes cuidan); Inversión (para políticas de cuidado); Oportunidades; Políticas públicas; Redistribución de la riqueza; Jubilaciones; Presupuesto; Estimulación impositiva y empoderamiento económica de las mujeres.
Ana Cristina González Vélez, pionera del movimiento Causa Justa, de Colombia, apuntó: “El tiempo de las mujeres se gasta desproporcionadamente en el cuidado y en la reproducción”. Hay una línea de tiempo que muestra un cambio sorprendente. Hace 30 años fue el acuerdo de población de El Cairo. En esas tres décadas más de 60 países han avanzado en los derechos sexuales y reproductivos y el acceso al aborto seguro. Y hay cuatro países que retrocedieron: Estados Unidos, El Salvador, Nicaragua y Polonia, según el Centro de Derechos Reproductivos.
“En el centro de estos avances, están los movimientos de mujeres y feministas, de jóvenes, de diversidades que han generado la acumulación política que llevó a la creación del movimiento Causa Justa en Colombia en busca de un nuevo paradigma: el de la ausencia del delito de aborto”, valoriza.
En ese marco, Argentina es uno de los países que demuestra mayores avances, pero el fallo de la Corte norteamericana muestra un retroceso para los derechos de las mujeres; en El Salvador se criminaliza a las mujeres y se prohíbe el derecho al aborto igual que en Nicaragua en la dictadura de Daniel Ortega con un encarnizamiento contra las mujeres y en Polonia que se muestran retrocesos que han generado huelgas de protesta.
El desafío no es solo avanzar, sino poder frenar el backlash o retroceso. En ese sentido, Ana Cristina González remarca: “El silencio es cómplice de quienes activamente buscan retroceder y desproteger la igualdad. Con silencio no hay movimiento para garantizar la igualdad y sin igualdad no hay democracia”.
La uruguaya Cecilia Alemany, Directora Regional de ONU Mujeres resaltó: “Proponemos un pacto birregional de América Latina y el Caribe con la Unión Europea sin la lógica tradicional norte y sur, sino con un ida y vuelta mutuo”.
Seguir leyendo: