“Cuando emigré a la Argentina hace 22 años, los argentinos me comentaron que para entender a su país hay que conocer a sus personajes míticos y que uno de ellos es María Eva Duarte: Evita”, sostiene David. Una tarde de otoño, se dirigió al Museo Evita, ubicado en la calle Lafinur del barrio de Palermo. El espacio abrió sus puertas el 26 de julio de 2002, en conmemoración al 50 aniversario de Eva a fin de exhibir colecciones conformadas por el aporte de la familia Duarte - Álvarez Rodríguez y donaciones de particulares. La Casa Carabassa, como es conocida la sede donde funciona el museo, es un edificio declarado lugar histórico nacional, sitio de interés cultural y monumento histórico nacional. Fue construido en 1923 por el arquitecto Estanislao Pirovano como vivienda unifamiliar. En 1948, fue adquirido por la Fundación de Ayuda Social María Eva Duarte de Perón y transformado en el Hogar de Tránsito nº 2 con el objetivo de dar refugio, principalmente, a mujeres en situación de carencia, en forma transitoria.
David fue recibido por el investigador Santiago Regolo. “Eva Perón puede ser amada u odiada pero jamás ignorada”, sostuvo el especialista. Comenzaron el recorrido en la planta baja que está dedicada a los inicios de Eva como actriz. David pudo ver los cuadros y videos que ocupaban las paredes. Esta primera etapa en la vida de Eva contempla su llegada a la Ciudad de Buenos Aires, su incursión en radioteatros, teatro y su aparición en las portadas de revistas como Sintonía o Damas y Damitas. Eva también participó en distintas películas como El más infeliz del pueblo con Luis Sandrini y Una novia en apuros, del norteamericano John Reinhardt. La Pródiga, dirigida por Mario Soffici, fue la última película que hizo en la que tuvo su papel protagónico. Interpretó a una mujer rica que al enviudar decide donar toda su fortuna a los más humildes.
A lo largo del recorrido, David pudo observar distintos vestidos, conjuntos y trajes que lució Eva a lo largo de su vida. Su vestir, sin dudas, ha sido analizado y estudiado desde su aparición. Durante su época de actriz, fue el reconocido diseñador Paco Jamandreu quién la vestía. Él era el modisto de las grandes estrellas locales de la época. Luego, Paula Naletoff, Henriette y Bernarda fueron algunas de las casas argentinas que crearon sus los atuendos que llevó como primera dama de la nación. También lució creaciones de diseñadores internacionales. En la gira por Europa de 1947, Eva adoptó el New Look de Christian Dior: atuendos con la cintura ceñida y grandes faldas. En una entrevista, el creativo francés sostuvo: “La única reina que vestí fue Eva Perón”.
“Es de un gran valor la colección de atuendos que tiene el museo porque no solo hablan de Eva y de los distintos momentos que atravesó sino también del tiempo en qué vivió, de las costumbres de aquella época”, sostiene David.
Una de las salas del museo está dedicada al voto femenino. “Fue fundamental no solamente en la sanción de la ley, que da a las mujeres el derecho a votar y ser elegidas, sino en cómo se instrumenta y cómo se ejercen políticamente estos derechos”, sostiene Santiago Regolo. El 11 de noviembre de 1951 las mujeres argentinas pudieron votar por primera vez y ser elegidas como representantes. Fue gracias a la lucha de muchas, entre ellas sufragistas como Julieta Lanteri, Elvira Rawson, Cecilia Grierson y Alicia Moreau y, sin dudas, Eva Perón, quién cumplió un rol fundamental para salga la ley, que se había promulgado en 1947. La sanción contó con un acto público en el que el Ministro del Interior Ángel Borlenghi le entregó una copia a Eva, quien desde el balcón que daba a Plaza de Mayo exclamó: “Mujeres de mi patria: recibo en este instante de manos del gobierno de la Nación la ley que consagra nuestros derechos cívicos. Y la recibo entre vosotras con la certeza de que lo hago en nombre y representación de todas las mujeres argentinas, sintiendo jubilosamente que me tiemblan las manos al contacto del laurel que proclama la victoria. Aquí está, hermanas mías, resumida en la letra apretada de pocos artículos, una historia larga de luchas, tropiezos y esperanzas”.
“Es muy movilizante e impactante ver el funeral de Eva y a tantas personas que fueron a despedirla. Es histórico”, afirma David. En una de las salas del museo se encuentra una pantalla gigante que muestra aquella escena. Eva murió el 26 de julio de 1952. Ese día había entrado en coma por la mañana y falleció a las ocho y veinticinco de la noche. A lo largo de 16 días, trabajadoras y trabajadores caminaron para despedirla. Se declaró entonces un duelo que se extendió hasta el 11 de agosto inclusive. En esos días no hubo funciones de cine ni de teatro. Tampoco hubo espectáculos deportivos, mientras las radios transmitían música sacra. Sus restos fueron velados primero en el Ministerio de Trabajo, y luego trasladados al Congreso Nacional, por donde desfilaron durante días cientos de miles de personas. Finalmente fueron depositados en la sede de la Confederación General del Trabajo de la República Argentina (CGT).
David continuará recorriendo Buenos Aires en busca de conocer sus costumbres e historias. A partir de julio, comenzó a recorrer la Argentina junto a Infobae para descubrir el maravilloso país que eligió para vivir y las razones por las que lo sigue eligiendo.
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