Del Barrio 31 a “heroína” en Orlando: la joven que fue franquiciada en un proyecto único en el mundo

Yermina Benítez es operadora de la franquicia de la sucursal de McDonald’s en ese barrio desde su apertura desde hace 4 años. Fue presentada en Estados Unidos como un ejemplo de gran compromiso y desempeño por la máxima jerarquía de la empresa de comidas rápidas, Woods Staton. El local, a un costado del estacionamiento de la Terminal de Ómnibus de Retiro, ofrece empleo a los vecinos y alienta la inclusión con otros barrios de la ciudad

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Yermina Benítez hizo toda su carrera en McDonald's y fue premiada por su desempeño con una franquicia
Yermina Benítez hizo toda su carrera en McDonald's y fue premiada por su desempeño con una franquicia

A sus casi 30 años, Yermina Benítez siente que le debe mucho a su comunidad, el Barrio 31 que la vio crecer. Dice que si no estuviese ahí, jamás hubiese sido elegida como franquiciada del local de McDonald’s que se encuentra próximo al estacionamiento de la Terminal de Ómnibus de Retiro. Desde su apertura, hace 4 años, recluta jóvenes, vecinos del barrio que al principio no incluían su dirección por temor a no ser convocados. “Hace poco ascendimos al primer gerente 100% del Barrio 31, que hizo toda su carrera desde cero en el local y llegó a gerente ahora”, precisa con orgullo Benítez, en diálogo con Infobae.

La nacionalidad de Yermina es paraguaya, pero dice que nunca vivió en su país de origen. Ella es la tercera de 8 hermanos. Su madre en ese entonces no tenía trabajo y decidió probar suerte en la Argentina. Dejó a los dos mayores y se vino con ella, cuando tenía tan solo 4 meses de vida. Así comienza la historia de esta joven del Barrio 31, que mientras estudiaba en la escuela primaria y secundaria, ayudaba a su mamá con el negocio. “Hasta que ella se asentó en el barrio pasó por muchos trabajos. Después abrió un especie de bar de comidas al paso donde compraban vecinos, Gendarmería, Prefectura. Y al mismo tiempo, trabaja en una especie de catering en obras de construcción, por medio de un contacto que había conseguido”, recuerda. Yermina ayudó a atender el bar desde los 10 hasta los 15 años, en el horario tarde-noche, a su regreso de la escuela donde siempre fue una alumna ejemplar.

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A los 17 años, al pasar a quinto año, se encontró con que tenía que comprar la campera de egresados. Ya estaba cerca del final de ciclo, con excelente promedio y llevando la bandera en los actos. “Con ocho hijos en casa, pensé que era mucho el gasto para mi mamá. Yo ya me quería empezar a comprar mis cosas también. Si bien algo sacaba con lo que yo ayudaba en el negocio, quería tener mi trabajo. Entonces, probé suerte y entré a la página de McDonald’s, me postulé, me llamaron para una entrevista y empecé a trabajar”, explica.

Yermina empezó a trabajar a los 17 años en el local de Lima e Independencia como cajera: "Era muy tímida"
Yermina empezó a trabajar a los 17 años en el local de Lima e Independencia como cajera: "Era muy tímida"

Así Yermina comenzó su carrera en la cadena de comidas rápidas norteamericana. Desde cero, en la sucursal de Lima e Independencia, lugar donde llegó al cargo de gerente de negocio, que fue el último puesto que consiguió con tenacidad y cumplió hasta 2019. “Ascendí a todos los puestos. Hice toda la carrera. Pasé por el puesto de entrenador, que es el que se ocupa de los nuevos ingresos, después ya gerente, de área, de turno, y el último, gerente de local”, cuenta quien logró vencer su timidez con el paso de los años, al mismo tiempo que aprendía a cómo tratar con la gente, a trabajar en equipo y cumplir con todos los objetivos.

Ser gerente de una sucursal fue su meta. Tenía referentes y trabajó motivada para ser como ellos. Nada la detuvo hasta alcanzarlo. Sin embargo, confiesa que jamás pensó en ser una franquiciada, es decir, operadora de una franquicia. Todavía no lo puede creer.

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— ¿Qué es ser una franquiciada? ¿Cómo llegaste a serlo?

— Cuando era gerente de negocio, me entero de que se iba a abrir una sucursal en el Barrio 31, donde yo vivo. Estoy a una cuadra y media de mi local. Yo estaba esperando a mi segundo hijo, entonces necesitaba poder pasar menos tiempo viajando a una sucursal y más tiempo en mi casa con mi familia, cerca de mis hijos. Entonces me postulé para el nuevo local de mi barrio. Después de realizar todas las selecciones, me llamaron en el medio de mi licencia por maternidad diciéndome que iba a participar de la apertura local de Barrio 31, pero no sólo como gerente de negocio, sino como operadora de la franquicia, o sea, como franquiciada del local. Como no lo podía creer, no podía caer con semejante noticia que me estaban dando. Estaba súper contenta, pero tenía que consultarlo con mi familia porque eso ya era muchísima más responsabilidad y obviamente mucho más trabajo y un poco más de dedicación.

— ¿Cuál sería la diferencia del puesto anterior?

A ver cómo te puedo explicar sin que suene raro, soy la dueña del McDonald’s del Barrio 31. El local es mío. Se trata de un proyecto y yo soy parte de ese proyecto. Las tareas que hago ahora son similares a las de un gerente negocio todo lo que es administrar trabajar con gente reclutamiento y demás, pero como con otro título. El local depende en un 100 % de mí.

Yermina frente a su propio local en el Barrio 31
Yermina frente a su propio local en el Barrio 31

— ¿Por qué creés que pensaron en vos?

Es algo que todos los días me lo pregunto. Yo creo que todos los planetas se alinearon para que me toque la varita a mí. Obviamente, era buena trabajando. Tenía un excelente desempeño, pero bueno, hay un montón de gente con excelente desempeño también y no todos tenemos la misma la misma oportunidad.

Al final de su discurso, de su buena fortuna y astros con influencias a favor, Yermina reconoce que es una trabajadora muy responsable y dedicada. El progreso económico logrado no la alejó jamás de su comunidad que la vio crecer en todo sentido. Siente que quiere devolverle todo lo que el barrio hizo por ella y por su familia. “Hace casi 30 años que vivimos ahí y la realidad es que estamos muy bien. No dio todo, básicamente, y yo ahora tengo la posibilidad de dar ese primer empujoncito a los vecinos, ya sea ofreciéndoles trabajo, ayudando en lo que nosotros podamos”. Y agrega: “Siempre viví en el Barrio 31 y de hecho sigo viviendo en él. En el medio formé familia, formé pareja hace 15 años con alguien del barrio, tenemos dos hijos, me hice mi casa”, detalla.

Más datos sobre el local que ella gestiona desde el principio al fin. El 95 por ciento de las personas que emplea son vecinos del Barrio 31. La sucursal tiene 2 pisos, con lugar para 200 personas. Orgullosa, dice que lo mantiene tan impecable como la primera vez que abrió sus puertas hace 4 años, gracias al esfuerzo de su equipo y la colaboración de los vecinos que cuidan todo.

— ¿Soy muy exigente?

Muy (se ríe).

La historia de Yermina trascendió fronteras. Tanto que Woods Staton, el dueño de Arcos Dorados, la invitó a participar de una convención mundial de la cadena en Orlando, ante 5000 espectadores, el año pasado. La pandemia la había postergado, pero la invitación se mantuvo firme.

La charla que dio Woods con la historia del local fue inspiradora y lo único que hizo ella fue presentarse ante el público. En esos 4 días que duró la convención, los primeros tres dice que nadie la conocía. “Y el último día todos querían sacarse fotos conmigo y venir a mi local”, relata todavía impactada por semejante exposición.

Yermina cuando fue presentada en Orlando como una heroína
Yermina cuando fue presentada en Orlando como una heroína

Es que Woods compartió con el público el proyecto de integración del Barrio 31. “Es el primer local de McDonald’s en el mundo que se abre en un barrio en pleno proceso de urbanización”, explica la franquiciada, con el objetivo también de dar trabajo a los jóvenes de la zona. En este proyecto Woods destacó este detalle no menor: que la franquiciada también pertenece al barrio.

Yermina en el Barrio 31, junto a Woods Staton y un hijo de él
Yermina en el Barrio 31, junto a Woods Staton y un hijo de él

La joven, de actitud humilde, no comparte todos los detalles de esa charla, pero Staton la presentó como una heroína por su gran compromiso y desempeño y recibió muchos aplausos en en multitudinario auditorio.

Ese viaje a Orlando fue muy emocionante para ella en lo personal y no solo en cuanto a lo profesional. Con ojos de niña fue a un parque temático de Disney. Se sintió mal de que su hija de 6 no estuviera ahí con ella porque las dos son fanáticas del lugar y se prometió llevarla a conocer más adelante. “Cuando vi el castillo de Magic Kingdom me puse a llorar. Estuve todo el día llorando”, confiesa. Compró regalos para sus hijos y su marido.

Cuando viajo a Orlando para la convención, aprovechó para visitar un lugar tan soñado, que la hizo llorar todo el día de felicidad
Cuando viajo a Orlando para la convención, aprovechó para visitar un lugar tan soñado, que la hizo llorar todo el día de felicidad

Sus empleados hoy le dicen que quieren ser como ella, de la misma manera que en su momento ella aspiraba a ser como sus referentes. “Los empecé a entrenar, a capacitar. Al principio, cuando ellos entraron no se animaban a decir la dirección de la casa donde vivían y ahora son gerentes y están manejando un local, o están manejando un turno. Me siento muy orgullosa de haber logrado eso”, concluye.

Hoy su sueño es tener una segunda sucursal en el barrio y que sus hijos terminen de estudiar lo que ellos quieran.

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