Una oficina móvil, un novio artesano y un viaje a lo desconocido: la fotógrafa que se jugó a ser nómade digital

Rocío Pensado siempre supo que Buenos Aires no era su lugar. Los pasos previos para animarse a ser su propia jefa, las vacaciones en Bariloche en las que decidió quedarse a vivir y el coaching que se autoplicó

Guardar
Hace cinco meses que Rocío
Hace cinco meses que Rocío viaja con Nacho en una camioneta camperizada y trabaja como community manager y a su vez, tienen un puesto artesanal con sahumerios

Rocío Pensado (33), nacida en Tapiales supo que Buenos Aires no era su lugar. La búsqueda de ese lugar en el mundo empezó a temprana edad. “No me sentía completa. Tenía esos vacíos existenciales que hacen que uno se quiera mover”, confiesa desde su camioneta camperizada, que comparte con su pareja, Nacho, estacionada en un rincón de Cafayate, Salta, donde ahora funciona su oficina de día y su cuarto de noche.

Desde hace cinco meses Rocío se convirtió en una verdadera nómade digital, a bordo de esta camioneta con la que empezó a viajar de sur a norte, con un rumbo que no está definido. El viaje siempre uno lo planifica y te va enseñando que hay que ser moldeable”, explica la joven que es fotógrafa, community manager, coah y usa las redes para contar sus experiencias. En TikTok se la encuentra como Ro.pensado.

Rocío Pensado le cuenta a sus seguidores que está viviendo la vida que jamás pensó que iba a vivir pero soñó

La vida de nómada digital no empezó de un día para el otro. Para lograrlo, primero se animó a trabajar de manera independiente. Estudiando una tecnicatura de Imagen y sonido, conectó con una productora y empezó a hacer fotos, una de sus pasiones. Probó el trabajo en relación de dependencia, estaba conforme, no obstante, en cuanto empezó a ganar confianza en sí misma, y habiendo superado el síndrome del impostor (personas que creen erróneamente que no están a la altura de las exigencias) se animó a crear su propia productora.

Te puede interesar: “Sentí que era una esclava del sistema”: es argentina, se animó a ser una nómade digital y ahora enseña cómo lograrlo

En este recorrido que empieza a hacer sola, se lanza de lleno a la fotografía social. “Empiezo a hacer casamientos, quinces, bautismo. Y también a incursionar en el marketing y publicidad, en un momento en que no estaba instalada la tarea del Community Manager. Y agrega: “También empiezo a hacer fotos en boliches. Una linda experiencia que te da soltura y seguridad para otros eventos”.

Mientras tanto, viajaba a Bariloche de vacaciones, desde donde volvía cada vez más enamorada de su geografía. “En algún momento de mi vida voy a vivir a acá”, se prometía.

Siempre que iba a Bariloche
Siempre que iba a Bariloche volvía cada vez más enamorada del paisaje (Foto IG Ropensado)

“Después de la pandemia lo primero que hago es sacarme un vuelo e irme para Bariloche y estando allá decido no volver a Buenos Aires y quedarme a vivir allá. Agarré el celular, llamé a la aerolínea y le pregunté si se podía cambiar el vuelo que yo tenía, que obviamente era vuelta hacia Buenos Aires y consulté si se podía hacer a la inversa, cambiar el vuelo con destino a Bariloche. A lo que reaccionó un poco confundida. Me dijo que sí, que se podía y bueno lo cambié entonces. Yo estaba en Bariloche con un pasaje de vuelta a Bariloche, pero sin un pasaje de ida a Buenos Aires. Y empecé a buscar hospedaje”, repasa.

Lo que hizo la especialista en redes sociales fue poner en práctica lo que había aprendido durante la pandemia en un curso de coaching personal. “Lo empecé a aplicar en mi vida, en esto de las metas a corto y largo plazo y hacer que las metas se cumplan y no queden solo en un sueño. Sino que se conviertan en realidad”, argumentó. Con esa lógica, al tomar la decisión de vivir en Bariloche, con ese mismo pasaje, puso la fecha de regreso. Lo sacó para un 13 de septiembre y emitió un nuevo pasaje a Buenos Aires para ir a desmontar su casa y avisar a los clientes que iniciaría una vida con trabajo remoto y medio nómade.

Estando de vacaciones en Bariloche,
Estando de vacaciones en Bariloche, Rocío se sacó un pasaje a Bariloche con la fecha que deseaba irse a vivir

— ¿Cuánto te quedaste en Bariloche en lo que eran tus vacaciones?

— Creo que habían sido 15 días y lo extendí a un mes. Y ya después cuando volví a Buenos Aires habré estado 20 días para una mudanza. Para un cambio de vida.

— ¿Qué te dijo tu entorno?

— Bueno. Obviamente, lo típico. Que estoy loca. Pero al final de cuentas, la gente muy cercana a mí sabía que mi lugar era Bariloche. Que a mí me gustaba y sabían sobre mi disconformidad respecto de Buenos Aires. Que no estaba muy bien, entonces es como que como que era un secreto viva voz de que en algún momento esto iba a ocurrir.

Fotografía de Rocío Pensando en
Fotografía de Rocío Pensando en la Patagonia (IG: Ropensado)

De tener una vida armada, casa y clientes, Rocío empezó de cero en Bariloche a los 30 años. Se lo tomó como un desafío. Alquiló una casa en el barrio Villa Los Coihues, donde se encuentra la Cascada de los Duendes y a 4 cuadras del lago Gutiérrez. Cuando se despeja de las redes sociales, dice que se va a su patio con lago grande a tomar mate. La noche también le regala la luna y las estrellas más luminosas. “Para mí fue el paraíso, el abrazo de la naturaleza pero por el otro lado, te da un poco la patada con la parte tecnológica. Fue un gran problema el tema de Internet”, aseguró ya menos poética. El problema es que el cableado pasa por postes en la ciudad y cuando nieva puede quedar sin conexión.

También vivió otro problema no menor. A los tres meses de vivir en Bariloche, la persona que le había alquilado de forma permanente la invitó a desalojar el lugar porque en temporada de verano se lo alquila a turistas. ”Así que yo me quedé con mi bolsito con cuatro remeras, cinco buzos y jeans en la calle prácticamente, pero por suerte tenía un amigo que bueno me ofreció vivir un tiempo ahí en su casa”, recuerda.

Rocío encontró su lugar en
Rocío encontró su lugar en el mundo en Bariloche y se animó a dar el paso y que no solo fuera un sueño

Y en esos momentos, de buscarle la vuelta a los inconvenientes que se le habían presentado llegó a su vida Nacho, con quien tuvo un flechazo. Nacho es un artesano de Buenos Aires, pero que estaba viajando y volvía de México donde había vivido seis años para visitar a su familia. Al conocerlo supo que se iba al día siguiente. “Cuando uno está en medio de una ciudad turística entiende también un poco los amores por ahí pueden llegar a ser pasajeros, pero al final no fue pasajero”. Al poco tiempo el regresó a Bariloche y se quedó con ella con la propuesta de viajar. Hace cinco meses que llevan una vida nómade.

Durante la semana Rocío atiende sus cuentas que pudo retomar gracias a la posibilidad al tener mayor conectividad y los fines de semana se suma “a vender sahumerios” y todo lo relacionado al mundo holístico que tanto le gusta, porque también estudió sobre el tema. “Hago mucho lo que es fotografía para bares, para restaurantes, para hoteles. Es forma que encontré que solvente un poco este estilo de vida”.

Los fines de semana ayuda
Los fines de semana ayuda a Nacho con su puesto artesanal

La camioneta fue adaptada para evitar el frío, sin embargo, las noches se alternan con alojamiento en hoteles tradicionales (a veces trabaja por canje ) y hostels. A lo largo de cinco meses ya recorrieron Entre Ríos, Corrientes y Chaco. “Pasamos por las termas y nos relajamos. Nuestra idea es unir Bariloche hasta el norte, ir a Brasil o Uruguay. Vamos viendo que sea compatible con el estilo de vida que decidimos enfrentar en el cual me siento como más cómoda. Obviamente que también uno tiene sus días en que vos decís, bueno ¿por qué no me gusta lo tradicional de vivir en un lugar fijo?”.

Los lugares que van marcando en el mapa debe cumplir con dos requrimientos: que haya Internet para que Rocío pueda desplegar su trabajo y también debe tener turismo para vender con el puestos de artesanías, llamado Fayra Alquimia.

El próximo destino ya está fijado: Catamarca, para asistir a la Fiesta del Poncho.

Seguir leyendo:

Guardar