Dayana Valle es venezolana. Hace un año y medio que ocupa el puesto de Company Representative en yacimientos petroleros de YPF en Comodoro Rivadavia. Pero cuando decidió dejar su país, en 2019, sola, con su título de Ingeniera en petróleo en la valija, junto a muchos sueños e ilusiones, no sabía que le depararía la Argentina. No tenía ninguna garantía de que lograría trabajar de lo que había estudiado, aquella carrera que sus padres, de orígenes humildes habían respaldado con tanto esfuerzo para que tuviera un buen pasar en la vida. Todo pendía de un hilo. “Cuando se toma la decisión de salir de tu país te da miedo. No sabes a qué vas. A tus pares les dices que todo va a estar bien pero internamente no sabes a qué vas”, expresó. Pero decidió confiar en ella: “Sentía que era joven, preparada, a pesar de que no fue de color de rosa. Fue una transición bastante fuerte. Siempre tenía fe de que se podría lograr”, le contó a República Z en una locación de YPF de Comodoro Rivadavia, donde transcurren sus días.
La transición fue difícil, como la que atraviesan muchos venezolanos, y todos aquellos migrantes que si animan forjar un futuro lejos de casa. En su caso, contaba con experiencia laboral en su rubro, como ventaja. Había trabajado en la operadora venezolana varios años. “Con todo el tema que existe, decidí venirme de allá. Tuve esa experiencia que me ayudó a postularme a mi actual cargo”.
El camino para concretar su sueño fue una verdadera carrera de obstáculos. Antes de ingresar a YPF Dayana trabajó como moza, fue recepcionista, trabajó como delivery, vendió comida venezolana. Y nunca se rindió.
“Cuando uno toma la decisión de migrar simplemente lo hace y después… vamos viendo, pero a medida que llegué y conocí a muchas mujeres que estaban trabajando dentro de la industria y eso fue lo que me inspiró a postularme a estos cargos operacionales, netamente de campo. Y ahí se me prendió, ¿por qué yo no? Tengo las capacidades y me gustaría hacerlo. Lo conversó también con su familia. Ese trabajo de campo suponía muchos cambios que impactan de lleno a su vida. No estaba decidida del todo, pero dispuesta a intentarlo.
Te puede interesar: “Estaba anestesiado en cuerpo, alma y mente”: el joven que logró salir de las drogas de la mano menos pensada
Hasta ese entonces, Dayana se postulaba a puestos en oficinas, lo que ella llama un lugar de confort. Por otra parte, la situación se complicó porque cuando quedó embarazada, no la llamaban para las entrevistas. Y cuando nació su bebé tampoco lo hacían. Cuando tenía a su bebé de 4 o 5 meses, le decían que “no estaba en condiciones para ejercer un cargo en operaciones”.
La ingeniera, perseverante, se postuló tantas veces como fuera necesario. “Después de bastantes postulaciones, llegó la que me tocaba y me llamaron, hice la entrevista, en ese momento ya era mamá, tenía un bebé”, cuenta sobre la primera entrevista que tuvo con YPF.
“En la entrevista mencioné que tenía un bebé de 11 meses. Y me respondieron ‘Ok. ¿Cuál sería el problema?”. Y Dayana, ya sabiendo que esa entrevista era muy diferente a las otras, le dijo al personal de Recursos Humanos: “Lo digo porque es algo que existe y más bien es mi motivación por la que me estoy postulando. Darle un futuro mejor a mi bebé”.
Te puede interesar: La historia del fletero que se sentía viejo a los 35 y el papelito que le permitió resetear su vida e inspirar a otros
Si bien la joven venezolana no tenía experiencia netamente en el cargo, asegura que la compañía le dio la oportunidad. Que le ofreció las herramientas y capacitaciones para poder estar al frente y a cargo de un equipo. De esto hace un año y medio. “Empecé a trabajar como Company Representative en diferentes yacimientos, en diferentes campos, siempre en Comodoro Rivadavia. Este puesto implica una responsabilidad muy grande y una experiencia maravillosa, poder liderar un equipo, llevar al frente operaciones, reuniones, y la bandera de las mujeres en el campo de operaciones”, expresa con alegría.
—¿Cuándo entraste tu puesto se llamaba Company Man?
— Sí, históricamente el cargo se llamaba Company Man y a partir de unos años para acá empieza la inclusión y ahora el cargo es Company Representative. YPF ha abanderado la inclusión de la mujer dentro de la industria. Hay otras operadoras que tiene su forma de manejarlo pero de verdad la compañía ha ido un paso adelante.
— ¿Eras la única mujer trabajando acá cuando entraste?
— En las operaciones de Chubut era la única. Habían estado otras chicas en el cargo y ahora somos dos en la provincia.
— Tu trabajo es también muy especial, no es un trabajo típico. Estás 14 días del mes trabajando afuera de tu casa y los otros 14 en tu casa
— Nuestro diagrama es de 14 por 14. Hay que desprenderse de todo, de familia, todo por 14 días para estar a cargo del equipo. Cuando yo empecé me decían, ‘¿cómo vas a hacer con tu hijo ¿no lo extrañas?’ Y yo contesté: Bueno, yo creo que también los hombres extrañan a sus hijos. A todos nos pasa. Es fuerte. Pero el esfuerzo vale la pena.
En Comodoro Rivadavia, la joven venezolana disponte de todo el equipamiento necesario para trabajar y dormir. “Tenemos un trailer que es vivienda y oficina. Tenemos todos los servicios, agua, comida, servicios de viandas, para hacer lo más amena posible la estadía. Nos dicen que si vamos a estar 14 días fuera de casa tenemos que estar lo más cómodos posible. Tenemos servicios de Internet, que antes era más complicado, pero estamos conectados con la familia siempre. Tenemos movilidad. Por ahí es fuerte, pero con el tiempo te vas acostumbrando”, explica.
Ser madre es lo mejor del mundo para Valle, pero también esta “esa otra parte que uno quiere desarrollar y se complementa, que es ejercer tu profesión”, expresa con satisfacción. Embarcarse en este camino dice que fue una bendición pero también un reto. “No todas las compañías veían como algo normal que una mujer con un bebe de 11 meses se postulara a un cargo en operaciones pero gracias a mi pareja, su familia, el apoyo, el acompañamiento, me postulé y me dieron la oportunidad. Siempre agradezco que YPF que apostó por mí”, concluye con una sonrisa de satisfacción.
Seguir leyendo: