Luego que ayer el Equipo Fiscal Especial (EFE) que investiga la desaparición y femicidio de Cecilia Strzyzowski solicitara la prisión preventiva para los siete detenidos del caso, el próximo paso es que las preventivas queden firmes para continuar con la investigación hasta el dictado del requerimiento de elevación a juicio.
César Sena y sus padres, Emerenciano Sena y Marcela Acuña, fueron imputados como coautores por planear y ejecutar el homicidio; mientras que los cuatro asistentes del matrimonio de piqueteros fueron acusados por encubrir el crimen, según anunciaron este jueves los fiscales Jorge Gómez, Jorge Cáceres Olivera y Nelia Velázquez en una conferencia de prensa en la que estuvieron acompañados de Hugo Miguel Fonteina, procurador general adjunto de Chaco.
Las prisiones preventivas quedarán firmes si ninguna de las defensas se opone o apela. Pueden oponerse ante el juez de Garantías y tienen la posibilidad, a elección de la defensa, de ir a la Cámara de Apelaciones. Elegida una de las vías, la otra queda automáticamente sin efecto. Una vez resuelto este punto, si se confirman las preventivas, la causa avanza hasta el dictado de requerimiento de elevación a juicio.
En el caso de la provincia del Chaco, de avanzarse hacia un juicio oral y público se llegaría a un juicio por jurados, integrado por seis hombres y seis mujeres, con cuatro suplentes. Serán los jueces de los hechos y quienes resuelvan acerca de la culpabilidad o no de quienes lleguen al juicio; y tendrán que determinar cuál es la calificación penal por la cual se los culpa si así lo declaran.
Luego, a través de un juicio de censura donde interviene el juez o la juez del caso, se determinará el monto de la pena en función de los mínimos y máximos previstos en el Código Penal para el/los delito/s en cuestión. De conservarse la calificación legal, hay una única pena que es la de prisión perpetua.
La hipótesis que manejan los fiscales sostiene que el clan Sena asesinó a Cecilia el pasado 2 de su junio en su casa de Santa María de Oro al 1.400 en una franja de 45 minutos entre las 12.16 y las 13.01. El márgen de horario lo reconstruyeron a partir del análisis de las cámaras de seguridad, de las antenas del celular y de los testimonios recolectados hasta el momento. Aún no pudieron establecer cómo la mataron ni quién fue el autor material, pero están convencidos que “existía un plan” para llevar a cabo el crimen, que “tenían que estar los tres”, que el móvil fue económico, que el cadaver fue quemado en la chanchería del Campo Rossi y que se deshicieron de los restos de la víctima con la ayuda de sus cuatro asistentes.
De acuerdo con declaraciones del fiscal Cáceres, “la hipótesis principal” que evalúan es que hubo “una premeditación de sacar a Cecilia de su contexto familiar”, de prometerle “un viaje con salida laboral con radicación en Ushuaia (Tierra del Fuego)”, pero que “no existían pasajes” ni un trabajo fijado para comenzar, “así que nos da la pauta de la participación activa de los padres de César”.
En la misma línea el fiscal Gómez contó: “Cecilia ingresó a esa casa a las 9.16 y no salió por sus propios medios. Ella creía que iba a viajar a Ushuaia y se despidió de su familia, les contó que tenía miedo de viajar en avión. Su última búsqueda fue cómo armar la valija, qué se puede llevar, dónde comprar chocolate en Buenos Aires y dónde tomar el mejor café. Ella no solo creía en esa historia del viaje sino que estaba ilusionada. Pero nunca se compraron los pasajes”.
Gómez fue muy claro cuando narró que el día que mataron a Cecilia, a las 18, de la casa de los Sena “salieron con bolsas de residuos en una actitud muy sospechosa”. Y agregó un detalle macabro: “Debajo de esa bolsa de residuo estaría el cuerpo de envuelto en una frazada de color marrón”.
Siguiendo la reconstrucción de los hechos del 2 de junio, a las 16.58 de aquel día se hizo presente en el lugar Gustavo Obregón, mientras que a las 17.12 lo hizo Fabiana González. Para los fiscales, ambos ingresaron a la vivienda con el objetivo “de colaborar con la tarea de hacer desaparecer rastros y/o pruebas de la escena del hecho”.
Seguidamente, a las 19.27, César Sena y Gustavo Obregón cargaron el cuerpo de Cecilia en la cajuela de una camioneta, para luego dirigirse hacia Campo Rossi, ubicado en zona rural de la localidad de Puerto Tirol, donde con la colaboración de Gustavo Melgarejo y Griselda Reinoso, cuidadores del predio, “procedieron a incinerar el cuerpo, con el fin de hacer desaparecer los restos del mismo”.
Los fiscales aguardan que el equipo de antropólogos “dé una pista” de cómo murió Cecilia. Consideran que no van a poder saber quién la mató, “pero sí una reconstrucción lo más precisa y certera”. Además, remarcaron que faltan pruebas por producirse y esperan “ansiosos” que surja algún dato que les ayude a completar esa información. “Sabemos todo lo que pasó afuera de la casa, y lo que está dentro de la casa, siendo de conocimiento de los tres imputados, hay circunstancias que no las vamos a poder conocer, pero es nuestra misión conocer la verdad”, aseguraron.
“Tenemos comprobado que una de las probabilidades más fuertes que llevó a esta familia a cometer este hecho aberrante fue económico. Es cierto que puede ir variando y para ello está la etapa investigativa y, si podemos, lo acotamos en la elevación a juicio”, remarcó el fiscal Cáceres Olivera cuando le preguntaron por el móvil del crimen.
*Con colaboración de Gabriel Bobis.
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