Su ídolo es Lionel Andrés Messi y su gran sueño fue por años conocerlo y fotografiarse con él. Lo cumplió el 15 de mayo 2019, mientras vivía en Barcelona, ciudad a la que llegó sólo para verlo jugar en el equipo culé. Ese día lo recuerda y lo repasa en su cabeza porque fue el que más esperaba.
“Fui a verlo a la cancha cuando me mudé a Barcelona, pero quise hacer más y mientras estaba ahí no dejé de pensar en cómo lograr sacarme una foto con él, así que comencé a investigar en las redes sociales y descubrí que vivía en el municipio Casteldefels. Así que lo esperé varias horas en un lugar donde sabía que iba a estar”, cuenta sobre el especial encuentro.
Los nervios le jugaron en contra, no pudo decirle todo lo que había notado y al momento de pedirle que le autografiase su camiseta no dejó de temblar. “Me pidió que no me moviera: ‘¡Dejá quieta la mano porque te voy a firmar cualquier cosa’, me dijo, y le pregunté si lo podía abrazar... ¡Me dijo que sí y fue el abrazo más lindo!”, revive.
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Un amor inexplicable
Santiago dejó su Córdoba natal por amor, por partida doble. En 2019, estaba en pareja con una jugadora de hockey que se mudó a España y viajó con ella.
“La casualidad hizo que ella firma en un club de Barcelona y yo tenía el sueño de ir a esa ciudad para poderlo ver jugar a Leo en el Barça. Mi inspiración fue un video de Hernán Casciari en el que habla de lo importante que era vivir cerca del Camp Nou: decía ‘vivo a tres cuadras del mejor fútbol del universo’ y eso me inspiró a ir para verlo jugar. Ahí comencé a buscar la foto”, inicia el recuerdo.
Lo que siguió fue una etapa en la que estudió los movimientos del capitán de la Scaloneta. “Sabía donde vivía y lo fui a esperar un lugar donde él solía ir. Ahí lo pude cruzar. Compartí esa foto en mi Instagram y se hizo viral por lo que le escribí”. “El corazón me latía a más de 8 pulsaciones por segundo, la garganta seca y la voz media extraña cuando me dije: ‘¡Ahí viene La Pulga! ¡Siiii! ¡Es Messi! (...) Fueron aproximadamente 60 segundos, pero que los sentí como una eternidad; obviamente después se me cayeron las lágrimas de emoción”, describió el momento en su cuenta de Instagram.
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En ese minuto, Messi le preguntó si era cordobés y Santiago respondió a lo obvio y con la inconfundible tonada: “¿Se me nota?”. El astro atinó largar una carcajada y decirle que sí. Firmó su casaca azulgrana, le pidió que se cuidara y se fue.
Como ya sabía en qué lugar era seguro verlo, cada tanto lo cruzaba, sólo para verlo, pero en una oportunidad fue el propio 10 quien lo llamó desde la vereda de enfrente. “‘¡Eh, cordobé'!’, me dijo y ¡casi me muero! Y lo invité a comer a mi casa, él se cagó de risa. Nunca fue pero quizás hasta lo pensó...”, asegura.
Al tiempo de esa aventura catalana, Santiago regresó a Córdoba donde vio a su ídolo levantar la Copa América y clasificar al Mundial de Qatar. Otro sueño había comenzado.
Del sueño qatarí a las campañas solidarias
Santiago, que tenía 24 años cuando conoció a Leo, es profesor de Educación Física y al regresar a su ciudad se volcó de lleno a su carrera.
“Haber conocido a Messi fue más que un sueño cumplido y además entendí lo verdaderamente importante del deporte para la vida”, asegura el joven.
Durante 2021 y parte de 2022 su nuevo sueño era poder acompañar a la Selección Argentina al Mundial de Qatar. “Decían que iba a ser el último de Leo y quería estar así que comencé una campaña para viajar. Debido a mis fotos con él, en Córdoba ya me conocían como ‘el amigo de Messi’ y se me ocurrió hacer distintos sorteos con las camisetas que fui coleccionando y que pertenecieron a distintos jugadores a los que entrené en algún momento y otras que pedí y me regalaron. Además se sumó Paulo Londra, que es un amigo, que me regaló una cadena. Se hizo un lindo sorteo. Las camisetas de Messi no entraron en el sorteo”, aclara el hincha de Talleres.
Comenzó la campaña TatirriAQatar, de subasta de casacas, en la que contaba que necesitaba cerca de $1.800.000 para su estadía durante la Copa. El bono contribución fue de $550. Lo logró y viajó.
“Me quedé hasta los Octavos de Final”, recuerda y a la vez lamenta no haber podido quedarse hasta la Final. A su regreso, conmovido por la gran ayuda de sus vecinos y de casi toda la provincia de Córdoba, quiso agradecerles.
“Quise retribuir tanto a la sociedad y al deporte lo esa ayuda sin la que no lo hubiera logrado y como mis redes habían crecido en seguidores y ya tenía la cuenta verificada pensé en qué hacer con eso y así comenzó la movida solidaria en la que el deporte es el protagonista”.
La primera campaña fue Buscando Sonrisas, que tenía el objetivo de ayudar a una escuelita de fútbol de uno de los barrios del extremo sur de la capital. “Juntamos 72 pelotas de fútbol, más de 40 pares de botines, varias mudas de ropa de entrenamiento y 18 reflectores para la institución. Hacer eso fue un sueño cumplido para mí y para otros niños donde recolectamos pelotas, botines y distintos elementos de entrenamiento”, expresó.
Siguieron otras campañas (siempre relacionadas al deporte) y además comenzó con un gimnasio móvil con el que entrena gente al aire libre. “Es medio loco esto, pero está muy bueno, es un modelo nuevo entrenamiento”.
Como profesor de Educación Física se propone incentivar a que la gente a que haga haga actividad física o deporte. “Esto es salud. Yo hago del deporte un medio para poder ayudar a los que a los que más necesitan y que por ahí no tienen los medios para poder practicarlo de otra manera o hacer algún tipo de entrenamiento. El deporte es una oportunidad importante para la sociedad”, finaliza.
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