Que es la “hermana gorda”, “la fea”, que su cara se ve “irreconocible” después de tantas cirugías, que abusa del Photoshop y del Facetune, que abusó de la subrogación de vientre al posar en una cama de hospital con su bebé recién nacido como si lo hubiera parido ella… La propia Khloé Kardashian se burla de lo que se dice y se imprime sin piedad sobre ella desde que se hizo conocida en el reality Keeping up with the Kardashians hace casi veinte años.
“Siempre supe que no tenía el cuerpo de mis hermanas, pero no pensaba que era algo malo hasta que los medios comenzaron a llamarme la ‘hermana gorda’”, le dijo por ejemplo a ABC News hace unos años la tercera de las hijas de Kris Jenner y el penalista Robert Kardashian, famoso por ser parte de la defensa de O.J. Simpson en el juicio por el femicidio de su mujer. “¿Que por qué me veo distinta? ¡Debe ser por el trasplante de cara”, le respondió en broma a sus fans por Instagram en 2020.
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Un año después hizo un largo posteo en la misma red social tras la filtración de una foto suya en traje de baño y sin editar que otra vez desató críticas mordaces. “Luché contra mi imagen corporal toda mi vida [...]. La constante ridiculización y juicio sobre toda mi vida y la presión para que me ajuste a los estándares de otros sobre cómo debo verme han sido demasiado. [...] ‘Claro, a quién le importa cómo se siente, si creció en un mundo de privilegios; además vive en un reality, así que esto es parte del contrato’. Por supuesto que no pido empatía, pero sí que entiendan que soy humana. No soy perfecta, pero les prometo que trato de vivir cada día con la mayor honestidad posible”.
Es parte de lo que hizo tras ser madre de su segundo hijo, Tatum, al que tuvo por gestación subrogada el 22 de julio del año pasado, cuando aceptó que la experiencia fue mucho más difícil de lo que suponía y que le costó conectar con el bebé. Al final, la mujer que –al igual que sus hermanas, su madre y todos los personajes secundarios de la familia con sus infinitas subtramas– hizo de su propia historia una ficción que el mundo ha consumido sin pausa por dos décadas, fue reconocida por eso, por ser tan honesta como puede serlo alguien que, con 39 años, pasó la mitad de su vida ante las cámaras.
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Khloé Alexandra Kardashian nació el 27 de junio de 1984 en Los Ángeles. Comparte con las mayores del clan –Kourtney y Kim– y el único varón –Rob– al mismo padre, con el que vivieron hasta que ella tenía 6 años. Al año siguiente su madre se casó con la hoy ex atleta olímpica y activista trans Caitlyn Jenner, con quien tuvo a sus otras dos hermanas, Kendall y Kylie. De la transición de género pública de su padrastro, en 2015, escribió en su libro Strong Looks Better Naked, de ese mismo año–: “Lo vi como una enorme pérdida. Sentí que lo peor fue que otra gente lo supiera antes que yo, me sentí menospreciada. Era mi pérdida, el dolor de que esa persona que conocía se fuera de nuestras vidas”. Nunca le perdonó del todo el sufrimiento de su madre ni que hubiera traicionado a su padre, Robert, al que le prometió antes de su muerte –en 2003– que iba a cuidar de toda la familia. Hace poco contó que apenas si hablan “cada luna azul”.
No hay otro caso en el mundo que pueda empardar el arco dramático de su familia desde la filtración en 2007 de un video sexual de su archi célebre hermana Kim que dio lugar al reality show de E! –hoy en Hulu– y derramó su popularidad a todas las Kardashians. Khloe tenía 23 años y era asistente de la entonces chica It Nicole Richie. Había terminado la secundaria a distancia y con méritos: simplemente no quiso seguir yendo al colegio después de que se graduaron sus hermanas mayores: “Sin ellas no tenía amigas”, dijo.
Iba a ser la protagonista de los spin-off Kourtney and Khloe take Miami, en 2009; y de Khloe & Lamar, junto a su primer marido, el basquetbolista Lamar Odom, en 2011; además de participar de una de las ediciones de El aprendiz, con Donald Trump, donde el ex presidente pronunció ante ella su frase de cabecera: “Estás despedida”.
A Odom lo conoció en una fiesta en agosto de 2009 y se casaron exactamente un mes más tarde. Ella tenía 25 y entró del brazo de quien todavía era el marido de su madre: en esa época eran muy cercanos. El reconocería después sobre la relación, que duró siete años entre idas y vueltas, que le fue infiel cada vez que salía de gira. “Detrás de escena, la hice pasar por situaciones de mierda”, le dijo a TMZ en enero. En realidad ella pidió el divorcio el 2013, pero en 2015, cuando él pasó en coma cuatro días después de ser encontrado en coma en un prostíbulo, retiró la demanda para poder tomar decisiones médicas en su nombre.
El acuerdo terminó cerrándose en 2016 y Khloe dijo recientemente que fue después de eso cuando se volcó al gimnasio y transformó su cuerpo: “No sabía qué hacer. Soy una fanática del control y en el gimnasio sí podía controlar lo que pasaba: si hago ejercicios, los músculos se tonifican”, le dijo a InStyle.
No le fue mucho mejor en su relación con el padre de sus hijos, el también basquetbolista Tristan Thompson. Los presentó el ex jugador de los Detroit Pistons en una “cita a ciegas sorpresa” en el hotel Bel-Air, en agosto de 2016, y al mes oficializaron su relación y ella empezó a pasar cada vez más tiempo en Cleveland, donde jugaba Thompson, que hizo su aparición pública en el reality familiar –su verdadera presentación formal– en marzo de 2017. En diciembre de ese año anunciaron que estaban esperando una beba. “Gracias por tratarme como una reina y hacerme sentir hermosa”, le escribió ella en Instagram.
Pero el 10 abril de 2018, dos días antes del nacimiento de su hija True, se filtraron imágenes de Thompson con otra mujer. Ella trató de recomponer la pareja, pero a los pocos meses los rumores volvieron a encender las alarmas: ahora decían que su novio había estado con la entonces mejor amiga de su hermana Kylie, Jordyn Woods. En 2020 le dieron otra oportunidad a la relación y pasaron juntos la cuarentena, pero no pasó mucho hasta el siguiente escándalo. Estando con ella –y mientras planeaban ser padres por segunda vez–, Thompson había comenzado una relación con la personal trainer Maralee Nichols y un test de paternidad reveló que habían tenido una hija juntos.
Se separaron en noviembre de 2021, un mes después de concebir a Tatum, cuyo embrión fue implantado en el útero de una madre subrogante. El bebé nació el 28 de julio de 2022 con sus padres separados y con el apellido Kardashian. El anuncio de que esperaban un hijo se hizo apenas unas semanas antes. No había panza para mostrar, pero Khloe posó en la cama de la maternidad con el chiquito en brazos, como si acabara de parirlo. Se dijo que había optado por ese procedimiento debido a problemas médicos que nunca se precisaron, aunque se sabe que padece fuertes migrañas desde la adolescencia y que el embarazo de su primera hija fue complicado. Algunos señalaron que lo que no quería era exponerse a engordar de nuevo.
Después confesaría –en su show, ¿dónde si no?– que se sintió culpable por ser parte de ese proceso “transaccional” y por el hecho de que otra mujer acabara de tener a su hijo y ella se fuera con él a otro cuarto. “Durante todo ese embarazo enterré la cabeza bajo la arena –les dijo a sus hermanas en The Kardashians hace sólo unos meses–. Estaba en shock por toda la experiencia, no tuvo nada que ver con él. Recién registré lo que pasaba el día que fui al hospital porque iba a nacer”. Con una honestidad que luego muchos celebraron, dijo que para ella no había sido igual de simple conectar con Tatum que con True.
Pese a haberla engañado una y otra vez, Thompson asegura que quiere “recuperar” a su ex. Pero ella dice que ya no está enamorada del padre de sus hijos, y pide a sus fans que dejen de especular con el regreso: “Es agotador. Paren de alimentar esta narrativa”. En su entorno aseguran que ya no hay vuelta atrás, pese a que siempre querrá lo mejor para sus hijos y propició que Tatum llevara finalmente el apellido Thompson. Lo que sea que ocurra, lo sabremos en los próximos episodios del reality que esta semana subirá otro capítulo a la plataforma de Disney y aún mantiene la intriga y el drama después de casi veinte años de mostrar la vida de una familia en vivo.
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