Sargento Cabral, el correntino hijo de esclavos que murió por salvar a San Martín en el combate de San Lorenzo

Se lo nombra como sargento, aunque lo más probable que Cabral haya sido un soldado raso, incorporado al regimiento de Granaderos a Caballo. Pasó a la historia por heroísmo en la batalla, donde dio la vida al rescatar al Libertador. Curiosamente, fue otro hijo de esclavos quien compuso la marcha militar que inmortalizó el combate librado en febrero de 1813

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José de San Martín fue el creador del Regimiento de Granaderos a Caballo. Tuvieron su bautismo de fuego en San Lorenzo, en febrero de 1813.
José de San Martín fue el creador del Regimiento de Granaderos a Caballo. Tuvieron su bautismo de fuego en San Lorenzo, en febrero de 1813.

Todas las tardes, en el cuartel del Regimiento de Granaderos a Caballo en la lista mayor, el sargento primero encargado del primer escuadrón pasaba lista y llamaba “Juan Bautista Cabral”, el sargento más antiguo respondía: “Murió en el campo del honor, pero existe en nuestros corazones. ¡Viva la Patria Granaderos!”.

Era el homenaje a quien había salvado la vida de José de San Martín en el combate de San Lorenzo.

Juan Bautista Cabral había nacido en un paraje en las afueras de Saladas, un poblado del oeste correntino, entre 1773 y 1774. Era hijo natural de Francisco Cabral y de la esclava Carmen Robledo.

Según los historiadores Matías González y Julio Romay, quienes investigaron los orígenes de este granadero, no se tiene real certeza del origen de la mamá. “En Corrientes, la mayoría de la población negra provenía de Guinea y de Angola”, explicó González a Infobae.

Por escrituras fechadas en 1775 y 1793 se sabe que el papá de Juan Bautista era “pardo”, y se describe su color de piel como “negro amarronado”. Tanto él como la madre del granadero habían nacido en el país. González explicó que el término “pardo” era un calificativo para describir que era negro”.

Escena del Combate de San Lorenzo, en el que Cabral perdió su vida en su intento por salvar a San Martín (Oleo de Ángel Della Valle, Museo Histórico Nacional)
Escena del Combate de San Lorenzo, en el que Cabral perdió su vida en su intento por salvar a San Martín (Oleo de Ángel Della Valle, Museo Histórico Nacional)

A fines de 1812 fue reclutado, junto a otros compatriotas, por el teniente coronel Toribio de Luzuriaga. Ese contingente llegó a Buenos Aires apretujado en un barco y él sería destinado al regimiento que había creado San Martín y que funcionaba en lo que hoy es la actual Plaza San Martín.

El corpulento Cabral fue incorporado a la primera sección del primer escuadrón. La primera misión que recibió el regimiento fue el de terminar con las incursiones españolas sobre los poblados costeros del río Paraná.

La carga a sable y lanza de esa madrugada del miércoles 3 de febrero de 1813, con el convento de San Carlos a sus espaldas y de cara al río, fue una escena de película.

En Saladas, su pueblo natal, Cabral tiene su monumento Foto web Saladas)
En Saladas, su pueblo natal, Cabral tiene su monumento Foto web Saladas)

La estrategia fue que San Martín atacaría de frente a los españoles que habían desembarcado en formación, mientras el capitán Justo Germán Bermúdez lo haría, al mismo tiempo, por el flanco derecho.

En el comienzo del ataque, el caballo bayo de cola cortada al garrón del jefe recibió un tiro de metralla en el pecho. El animal se encabritó y luego cayó pesadamente, aprisionándole a su jinete su pierna derecha. Los granaderos de la primera compañía dudaron al verlo caído, aunque rápidamente se reagruparon cuando escucharon el “¡Viva la Patria!” del capitán Bermúdez, que arremetía contra los españoles por uno de sus flancos.

Alrededor de San Martín, soldados realistas pretendieron tomarlo prisionero o bien matarlo. Un español quiso ultimarlo de un sablazo y alcanzó a herirlo en la mejilla izquierda al momento que San Martín movió su cabeza. Otro realista arremetió con su bayoneta, pero el puntano Juan Bautista Baigorria le dio muerte.

Cuando el correntino Juan Bautista Cabral, pie a tierra, tomaba por los hombros a San Martín, para ayudarlo a quitar su pierna aprisionada por el caballo, fue herido de muerte.

Cerca de la pared sur del convento, fueron enterrados los granaderos caídos en San Lorenzo
Cerca de la pared sur del convento, fueron enterrados los granaderos caídos en San Lorenzo

El combate duró un cuarto de hora y los españoles se retiraron en desbandada y subieron a las embarcaciones en las que habían venido.

Los heridos fueron llevados al convento. En el refrectorio, improvisado hospital, Cabral dejó de existir un par de horas después. Insisten que sus últimas palabras fueron en lengua guaraní: “Muero contento, hemos batido al enemigo”.

Los granaderos caídos fueron enterrados en una tumba grupal, junto al muro sur del convento, y en otra, un poco más alejada, los cuarenta muertos españoles.

San Martín solicitó al gobierno un auxilio económico para las familias de los granaderos muertos, y entre ellos incluyó a Cabral.

El santo y seña en el escuadrón que aún se mantenía en el campo de batalla era: “Cabral, mártir de San Lorenzo”.

San Martín erigió un modesto cenotafio en el antiguo campo santo del convento en memoria de su coprovinciano. A su regreso a Buenos Aires, mandó colocar en la parte exterior y sobre la puerta de entrada del cuartel de Granaderos, en el Retiro, un tablero oval con la inscripción: “Al soldado Juan Bautista Cabral. Murió en la acción de San Lorenzo el 3 de febrero de 1813. Sus compañeros le tributan esta memoria”. Desde el jefe hasta el último soldado debían saludar esta inscripción cuando ingresaban al cuartel. Así se hizo hasta que el regimiento fue disuelto cuando finalizó la guerra contra el Brasil.

Miles regarían con su sangre los campos de batalla donde estuvo en juego la independencia de América. Cabral es uno de ellos.

Algunos historiadores aseguran que por su brillante desempeño, apenas incorporado fue ascendido a cabo y luego a sargento; otros, dicen que es parte de un mito y que resulta poco probable que en escasos cuatro meses Cabral haya promocionado de esa manera. Y en los partes de San Martín, se alude al “soldado Cabral”. Se tiene el 24 de junio como el día de su nacimiento. Pero nada desmerece la acción de este bravo correntino, inmortalizado en la marcha de San Lorenzo:

Cabral, soldado heroico,

cubriéndose de gloria,

cual precio a la victoria,

su vida rinde, haciéndose inmortal.

Y allí salvó su arrojo,

la libertad naciente

de medio continente.

¡Honor, honor al gran Cabral!

Cayetano Silva, hijo de esclava, fue el autor de la Marcha San Lorenzo. El docente Benielli le pondría letra
Cayetano Silva, hijo de esclava, fue el autor de la Marcha San Lorenzo. El docente Benielli le pondría letra

La letra de la Marcha San Lorenzo fue escrita por el docente mendocino Carlos Benielli en 1907 y, curiosidades de la historia, la música salió de la inspiración de Cayetano Silva, hijo de esclava. La compuso en 1901 cuando vivía en Venado Tuerto y enseguida tuvo éxito increíble.

Sumido en la pobreza, debió vender los derechos. Cuando falleció, si bien se desempeñaba como músico en la banda de la policía, fue enterrado en Rosario una fosa común por su condición de negro hasta que en 1997 sus restos fueron trasladados al cementerio de Venado Tuerto, para homenajearlo como correspondía.

Desde 1940 Cabral tiene su monumento en el pueblo de Saladas. Allí, en la plaza principal, luce blandiendo el sable como si aún estuviera defendiendo a su jefe, por la eternidad.

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