A los 52 años le diagnosticaron Asperger: “Nunca me sentí diferente, pero me miraban como si fuera ‘raro’”

En Día del Orgullo Autista, que se conmemora desde 2005 cada 18 de junio, la historia de Rodolfo Geloso, que recibió el diagnóstico cuando encabezaba un grupo para concientizar sobre el Asperger y poder ayudar a su hijo

Rodolfo Geloso

Rodolfo Geloso mira atrás y ve que ciertas características de su carácter hoy entran en la definición de autismo o Asperger, como lo diagnosticaron hace cuatro años. Nunca se sintió diferente aunque sí sabía que lo veían como un chico “raro” porque no le gustaba socializar mucho o hacer actividades que se esperaba que hiciera con gusto como cualquier otro adolescente.

“No me gustaban los cumpleaños, no festejaba el mío; por ahí sí iba a un boliche cada tanto y no entendía cómo se podía estar con la música ese volumen, que me molestaba, pero pensaba que lo mismo le pasaba a los demás. Lo único que notaba como ‘malo’ era que decía las cosas tal cual las pensaba y que eso muchas veces molestaba a los demás, pero no llegaba a darme cuenta que les afectaba. Recién ahora lo comprendo”, define algunos de los rasgos de su carácter que recién a los 52 años tuvieron un nombre y un diagnóstico.

Justamente para visibilizar a los adolescentes y adultos bajo esta condición, desde 2005, cada 18 de junio se celebra el Día del Orgullo Autista en todo el mundo que tiene también el objetivo de concientizar acerca de la neurodiversidad. La fecha fue impulsada por Aspies for Freedom, un grupo que se centra en las personas con Asperger y que trabaja por los derechos de las personas con autismo.

El grupo de la Liga

Al concepto Asperger (porque antes se habla de asperger y no de autismo, cuenta), primero llegó como papá un chico con esa condición y formó un grupo de apoyo y acompañamiento. Luego se vio reflejado en ciertas características y decidió saber si era o no parte de Asperger y el diagnóstico le llegó el 21 de marzo de 2019. Aún antes de saberlo, Rodolfo, de 56 años, se convirtió en activista y difunde constantemente esta condición dentro del espectro autista. Además, forma parte de la Liga Asperger 7 desde la que brindan apoyo y ayudan a todas las personas que buscan esa respuesta a la vieja pregunta: “¿Qué me está pasando?”.

Asperger en la vida adulta

“Mi caso es un poco particular. Tengo un hijo de 29 años que fue diagnosticado a sus 9 años con síndrome de Asperger, en ese momento. Desde entonces, empezamos a buscar especialistas y en la Argentina, hace 20 años atrás, no había nada, así que nos conectamos con gente de España y desde allí empezamos a recorrer un camino junto a otros padres cuyos hijos tenían el mismo diagnóstico y creamos la Asociación Asperger Argentina, que está vigente en actividades y es una asociación de padres, básicamente”, detalla.

Hasta ese momento, Rodolfo no tenía la mínima sospecha de ser también asperger. “Mi actividad laboral siempre fue en el rubro de las ventas, entonces, todo el proceso de enmascaramiento que hice fue bastante importante. Con esto digo que tapaba muchísimo las características de la condición. Yo hablo de Asperger porque es de lo que se hablaba en ese momento, pero hoy se habla más de espectro autista o de autismo”.

Toda su vida laboral, que inició a los 14 años ayudando a su padre, y eso hizo, asegura, que se armara de una coraza que nunca dejó que él se sintiera mal. “Me costaron bastante esos primeros años en venta, pero después seguí por ese camino y hoy tengo un comercio; cuando hablo con alguien tengo muchas características tapadas, inclusive en lo social, pero bueno, llega un momento en el cual hay mucha la carga de estrés y eso hace que después explote por algún lado: tengo muchísimos problemas gástricos complicados con raíz nerviosa. Sé que todo eso tiene que ver con lo que fui tapando durante todos esos años, pero no sabía qué tenía esta condición”.

Rodolfo Geloso en una charla sobre Asperger y autismo

Recién en 2015 comenzó a relacionarse con personas adultas que se sospechaban a ellas mismas como Asperger. “Siempre me decían que yo era un híbrido entre el común de las personas y las personas con el diagnóstico; como que yo tenía muchas características, pero nunca lo tomé muy en serio. En 2018, comencé a dudar si yo realmente estaba dentro de la condición o no”.

Con la duda a cuestas, buscó una respuesta lejos de los especialistas que ya conocía por colaborar con la asociación que él mismo presidía y que había fundado para ayudar a su hijo. “Conseguí profesionales que no me conocieran y di con una psiquiatra que después de unas seis entrevistas me dio el diagnóstico”, recuerda.

Tenerlo, al principio, no modificó nada en su vida. “No veía en mi cosas raras, pero después de un tiempo empecé con una terapia porque comencé a notar, mirando para atrás, muchas cosas que me habían pasado y que en su momento no me había dado cuenta porque pensaba que era lo que le pasaba a todo el mundo y no era así, sino que no me daba cuenta que era sólo a mí: yo era muy literal, no entendía los chistes, el doble sentido, los sarcasmos y ese tipo de cosas que hacía que me cueste, por ejemplo, estar en una reunión de amigos porque me resultaba medio complicado poder participar de forma natural, pero de eso me di cuenta después del diagnóstico, al empezar con la terapia y al empezar a ver todos estos temas que tienen que ver con lo social. Formar parejas también me costó mucho”, detalla.

Rodolfo Geloso

En los años de escolaridad primaria era uno de los mejores alumnos, pero le costaba integrarse al grupo desde lo social. “Ya al estar en la secundaria, cambié de escuela al tercer año porque justamente también tuve algunos problemas con compañeros. En la nueva tuve muy buena recepción con mis compañeros y sigo viéndome con ellos. Algunos tenemos algo raro y eso nos unió. Eran tiempos sin diagnóstico, sólo era una persona rara adentro de un aula”.

“Pese a eso, nunca me sentí raro porque pensaba que lo que me pasaba a mí le pasaba a todo el mundo. Al ser directo en mis opiniones molestaba a los demás y eso no lo notaba, ahora lo veo. Aunque muchas de las cosas que noté en mi hijo fueron las mismas que viví en mi infancia, nunca lo relacioné directamente con lo que yo había vivido desde la condición”.

Hoy se da cuenta de que muchas de las cosas que siempre le molestaron físicamente son por el Asperger. “Además del sonido alto, me molesta el bullicio. Yo vivía en Merlo, en una zona no muy transitada, lejos de las avenidas, en una población muy grande, entonces eso creo que también hizo que pasara desapercibido el tema de los ruidos, el tumulto. Pero hoy ir a un supermercado trato de hacer las compras lo más rápido posible porque salgo saturado”, admite.

Para agilizar esa tarea, Rodolfo, que es analista de sistemas, lleva consigo una planilla de cálculo en la que tiene un detalle de las comprar o actividades que tiene que hacer. “Era para hacer todo rápido e irme a mi casa. Iba siempre al mismo supermercado y hacía las compras por orden de recorrido, cuando me cambiaban las cosas me enojaba y hasta llegué a hablar con el encargado para saber por qué cambiaban las cosas de una góndola a otra”, reconoce.

Reunión de la Liga Asperger 7

Liga Asperger 7

“El Asperger es una condición neurobiológica que nos constituye y que influye en cómo procesamos la información, nos relacionamos con los otros y con el mundo que nos rodea. La comunidad científica todavía no logró acordar sobre las causas de la Asperger, pero sí han consensuado que nada tiene que ver con problemas afectivos ni de crianza. Este síndrome es incorporado dentro de lo que se conoce como Trastorno del Espectro Autista, sin embargo, siempre está presente en nosotros la voluntad de usar el término condición ya que nos consideramos una variación más de la diversidad humana. Así como en el mundo no hay dos personas iguales tampoco hay dos personas asperger idénticas; compartimos algunas características y otras no”, definen desde la Asociación Liga Asperger 7.

Además, destacan que “en una sociedad con una marcada inclinación a homogeneizar y a medir a los semejante con los parámetros dominantes, no es de extrañar que las personas Asperger seamos consideradas raras o con conductas desatadas, ya que pensamos y nos relacionamos de manera diferente y, en muchos casos, esto puede llevar a generar inquietud. Sin embargo, nuestras acciones no pretenden perturbar muy por el contrario necesitamos ser respetados aceptados y amados como todos”.

Con el objetivo de que otras personas no tengan que sufrir lo que Rodolfo y los fundadores de la Liga padecieron, brindan ese espacio de encuentro y apoyo. “Es para que las personas dejen de dar vueltas, de hacer cosas que no les gustan hacer y hacerlas sólo porque es lo esperado socialmente. Lo que tratamos es brindar un poco de contención, de apoyo, de guía a quienes vienen con este tipo de características sin saber que pueden estar dentro de la condición”.

“El diagnóstico nos posibilita entender nuestras características y con ellas generar estrategias y aceptación para potenciar nuestras fortalezas y modular nuestras debilidades. Aún en la actualidad resulta muy difícil encontrar profesionales que se especializan en el tema y que tengan la calidad de la capacidad diagnosticar. Por eso, es importante la difusión para que cada vez haya más información disponible más formación académica y así podamos tener nuestro diagnóstico lo más precozmente posible, para recibir el tipo de ayuda que realmente necesitamos y lograr la tan ansiada autonomía”.

Al finalizar, pide que quienes duden ser Asperger se comuniquen con la Liga para lograr el diagnóstico. Allí encontrarán contención y el apoyo necesario.

*Las vías de comunicación son Whatsapp: 11 2763-7071; en Telegram, @LigaAsperger7; vía mail, liga.asperger.7@gmail.com; fanpage, facebook.com/ligaasperger7/ y grupo de Facebook: facebook.com/groups/ligaasperger7.

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