En medio de la ola de balaceras contra las escuelas, docentes públicos y privados de Rosario protagonizaron ayer un masivo reclamo por seguridad en las escuelas de esa ciudad, que desde hace meses son utilizadas por las organizaciones narcocriminales para enviar mensajes mafiosos y obtener notoriedad.
En lo que va del año hubo más de seis ataques contra instituciones educativas. Incluso, la escuela a la que asistía Máximo Jeréz, el niño de 11 años que murió tras recibir un balazo ejecutado por dos narcos fue blanco de disparos el mismo día que falleció el menor. Este hecho fue el punta pie para iniciar e intensificar los reclamos, con el fin de hacer eco de la situación que transitan los docentes, alumnos y vecinos de la ciudad de Rosario.
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La movilización inició en la Plaza 25 de Mayo, frente al Palacio Municipal, recorrió las principales calles del centro y terminó con un acto en la Plaza San Martín. “No queremos balaceras, queremos una solución, el Estado es el responsable, paro y movilización”, cantaban los educadores de todos los niveles, que estuvieron acompañados por padres de los alumnos que concurrieron a la movilización, ya que, si bien la marcha fue convocada por los sindicatos de docentes públicos (Amsafe), privados (Sadop), universitarios y la regional de ATE, también toda la comunidad educativa fue invitada a participar.
“Esta es la mejor forma que tenemos, la de movilizarnos para decirle basta a la violencia en las escuelas. Basta de balaceras. Basta de matar a nuestros pibes y pibas”, señaló el secretario general de los docentes públicos, Juan Pablo Casiello.
Tras enumerar los hechos de violencia que, según denunció el gremialista, son “de todos los días y no encuentran respuesta de parte de las autoridades”, consideró “que el desembarco de fuerzas federales en los barrios no es la solución”, puesto que indicó que, luego de su llegada, “la inseguridad aumentó”.
Tanto Casiello como el secretario general de Sadop, Martín Lucero, están trabajando en con otras organizaciones sociales y sindicales para convocar a un paro general regional en demanda del cese de la violencia. “De no recibir una respuesta positiva vamos a seguir movilizándonos porque vemos una dirigencia política que está más enfocada en las elecciones y alejadas de la realidad de Rosario”, advirtió el referente de los docentes públicos.
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En tanto, el rector de la Universidad Nacional de Rosario (UNR), Franco Bartolacci, quien acompañó el reclamo junto a docentes y alumnos universitarios, dijo que “es una responsabilidad de la comunidad educativa estar presente aquí porque se entiende que es el grito de toda una comunidad pidiendo respuestas que no aparecen”.
Además, agregó que Rosario no puede seguir contando “hechos dramáticos y que todo siga como si nada hubiese pasado”, por lo que afirmó que la única solución que encuentra es la movilización activa de la ciudadanía, que “será la única fuerza que podría revertir esta situación”.
En ese sentido, adelantó que los docentes marcharán la cantidad de veces que sea necesario hasta tanto se tomen medidas que den por finalizadas las balaceras y demás ataques de violencia que ocurren a diario en espacio públicos de la ciudad.
Debido al avance del narcotráfico, el Gobierno ordenó que las fuerzas federales se desplieguen en los barrios dominados por bandas narcocriminales que se disputan el poder para la venta de drogas al menudeo.
Sin embargo, la situación no mejora y fueron varias las escuelas se vieron obligadas a suspender algunos días de clases debido al temor que generan los hechos de violencia con ataques y mensajes amenazantes que se repiten casi a diario en instituciones educativas.
El último de los hechos violentos ocurrió hace una semana, cuando un niño de 6 años que salía de una escuela pública del barrio Empalme Graneros, acompañado por su padre, fue alcanzado por una bala que impactó en una de sus piernas, por lo que fue atendido en el Hospital de Niños Zona Norte.
Los sicarios que ejecutaron la balacera eran dos y se desplazaban en moto. Uno de ellos fue detenido, pero el otro aún se encuentra prófugo y podría llegar a ser parte de lo que sería la séptima balacera del año.
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