Hilda Lizarazu es la cantante más versátil, simpática y trabajadora surgida de las entrañas del rock argentino. También es fotógrafa y compositora a tiempo completo. De hecho todos la vimos aparecer en los albores de los creativos 80´s, directamente desde Estados Unidos, desde atrás de una cámara de fotos.
Nacida en Corrientes, pasó su adolescencia en Nueva York.
Suponemos muchos, no sin fundamentos, que haber curtido la gran manzana a mediados de los 70´s, inevitablemente te multidimesionaba el cerebro. Quizá por eso de la Nikon FM2 pasó a los ensayos, estudios de grabación y escenarios con semejante naturalidad.
Los comienzos de todas las personas que transitábamos esos años son siempre difusos, por la ausencia de documentación y las lagunas en las endebles memorias interpersonales. No obstante, creo que el debut sonoro de Hilda, en lo que a discos se refiere, podría tranquilamente haber ocurrido en esa joya oculta de nuestra cultura joven de ayer, que fue “Laberinto de Pasiones”. Disco único de Comida China. Genial banda pop liderada por Rafael Bini, con los debuts de un tal Willy Le Pumpernic, más tarde ya en los Redondos de Ricota, Willy Crook, y una post adolescente de voz singularmente alejada de lo vulgar que se llamaba Hilda.
Empezaban los tiempos de chicas empoderadas, chicas sin necesidad de pasarse el aviso todo el tiempo de “Somos Empoderadas”, eran más de la acción.
Las Bay Biscuits, Las Gambas al Ajillo, Renata Schussheim, Locas como Tu Madre, Fabiana Cantilo, Andy Cherniavsky, Celsa Mel Gowland, Vivi Tellas, las hermanas Molina, Claudia Puyó, Katja Aleman, Sandra y Celeste por separado o juntas, Trixy y la misma Hilda marcaban caminos para todas. Las cruzabas en Paladium, en el Parakultural, en estudios de radio y de grabación, en sesiones de fotos o recitales, en galerías de arte .
Por el lado Lizarazu de la vida, después de Comida China fue parte del inolvidable, para los que vivieron la experiencia, Ring Club del auditorio Kraft.
Soy absolutamente conciente de que estoy dando nombres que ni en Google aparecen, pero deberían sernos tan familiares y comprobables como las formaciones de Boca o las peripecias de nuestros políticos en esos mismos momentos.
Lamento todo. Así están las cosas en este pintoresco rincón del mundo moderno.
Sí hay precisiones acerca del ingreso de Hilda a Sueter, donde empieza a transitar escenarios cantando. Casi en simultáneo con su participación en Comida China, el crecimiento de Sueter la lleva bien alto en la consideración popular. Sueter era la banda del momento. Estamos ya en 1984, Los Twist, Virus y Sueter eran la gran novedad. En Los Twist de Pipo y Melingo recala después Hilda, tras la deserción de Fabi Cantilo que se iba con Charly Garcia y Fito Paéz. Llegó con Alfi Martins porque también se había ido El Gonzo con Charly. Graba entonces con Los Twist el segundo disco La Máquina del Tiempo, el “Twist de Luis” por ejemplo, y ahí se queda poco más de un año. Tras la experiencia rockabillesca Twist arma Man Ray con Tito Losavio, nombre homenaje al gran fotógrafo Man Ray, y en pocos años logran gran cantidad de hermosas canciones.
Al poco tiempo de empezar con Man Ray, recibe el canto de las sirenas desde el grupo de Charly García. Curiosamente también se iba Fabiana ya consolidada solista, y Charly repara en Hilda. Supongo que más por cronología que por estilo, era la ideal para empezar de nuevo atrás de Fabi Cantilo, que le lleva un par de años y había empezado también un par de años antes. Instalada con Los Enfermeros nunca dejó Man Ray con los que grabó siete discos y juntó miles de millas girando por toda Latinoamérica y Europa. Al mismo tiempo, discos y giras con Charly García, con algunas intermitencias hasta bastantes años después.
La actualidad de Hilda Lizarazu es tan extensa como su carrera. Con el acompañamiento permanente de Federico Melioli no para de presentarse sola, en banda, en dúo acústico, dúo electrónico, agrupación coral o a capella, participando y grabando con una extensa lista de artistas, da cátedra de escena musical en el formato que haya.
Lo nuevo de Hilda Lizarazu es una deliciosa versión de “Pasajera en Trance”, canción extraída del álbum Tango de Charly García y Pedro Aznar. En 1985, después de un encuentro informal de ambos, deciden darle forma a un viejo proyecto al que llamaron Tango, no pasaría más que un par de discos y algunos shows frustrados. El álbum hoy es un disco de culto, y aunque Hilda no participara de la grabación, es una canción que Charly y Los Enfermeros rescataban siempre en sus shows. Casi diría a pedido del público.
-” Ella está por embarcar
Quizás consiga un pasaje en la borda.
Ella está por despegar, ella se va.
Ella viaja sin parar,
El viejo truco de andar por la sombra.
Ella baila sobre el mar,
Ella se va.
Pasajera en trance,
Pasajera en tránsito perpetuo.
Pasajera en trance,
Transitando los lugares ciertos.
Un amor real es como dormir y estar despierto,
Un amor real es como vivir en aeropuertos.”-
Una letra algo esfumada, una mujer que se va, que habla del trance. Compuesta por un Charly que iba del tránsito desde “Piano Bar” a su nueva piel en ese momento, vestida con esa rareza que es hoy Parte de la Religión, uno de los más interesantes y enigmáticos discos de García. Grabado en Nueva York con Joe Blaney en la producción, rememorando su Clics Modernos, y con Paralamas Do Sucesso de invitados. Siempre Charly vanguardeando. Tango fue el separador ideal de esos dos discos tan importantes para toda una generación.
Hilda Lizarazu lanza un video con su versión de “Pasajera en Trance”, sabiendo muy bien de qué habla.
-” Estábamos grabando “Antigua” con Fede Melioli, el disco recientemente premiado como mejor disco pop en los premios Gardel cosa que me enorgullece. Era 2021. Charly estaba cumpliendo 70 años. A principios de ese año empezaron todos los homenajes a Charly, y Lito Vitale nos convoca al Zorro Quintiero, a Fernando Samalea y a mí para rescatar a Los Enfermeros, la banda de García que integrábamos además de Fernando Lupano y el Negro García López, para hacer un cover de “Pasajera...”. Una canción a mí me encanta. Me siento identificada, no con el trance de esa pasajera que vuela, sino con la cadencia del tema, con esa rítmica que tiene. Con la letra que habla sobre esa mina que baila sobre las olas, es muy bailarina, imposible que no me sienta identificada con esa lírica.
Entonces luego Federico le hace un ajustado tratamiento electro-pop que tiene que ver con “Antigua”. Ahí hacemos esa versión que cierra el disco.
Ahora sale esta novedad en video clip que también me gusta conceptualizarlo, porque lo subimos el 31 de mayo. Fue en honor a una azafata llamada Hellen Church, quien es considerada desde 1930 la primera auxiliar de a bordo del mundo. La primera azafata de la historia.
También esa misma semana en nuestro país se comandó un vuelo, por primera vez, a cargo de una mujer trans. Se llama Traniela Carle Campolieto, asi que también se nos ocurrió darle ese corte medio hasta político. Sumar a esas dos mujeres en nuestro homenaje con esta canción versión propia. Ese temazo que viene de Tango, el disco de Pedro y Charly.
Es como te digo, la cadencia de esa canción la que me lleva a un suave trance, no de esos trances que te vas del cuerpo, pero si un viaje sonoro que me resulta muy agradable cuando la toco en vivo.
Fui parte de la banda estable de Charly más de 5 años, así que la puedo interpretar haciéndola mía, sin que sea mía. Con mucha pulsación y disfrute.
Más en este formato de dúo electrónico, con unos aires de “sitar” a la mitad del tema, cuando cambia el tempo y se va para unos aires orientales con los que también me identifico siempre.”-
Una adorable versión de un tema que marca tiempos y espacios para todos. A cargo de una de las emblemáticas voces y presencias femeninas en nuestra música popular. Hilda Lizarazu, la adolescente que llegaba de NYC a Buenos Aires y enseguida se involucró con esa intelligentzia joven que con códigos propios y cuidados extremos se las arreglaba para ser lo que después sería reconocida como la cultura joven más reconocida del siglo pasado. Desde el arte musical y fotográfico, su llegada no pasó desapercibida nunca, y me atrevería a afirmar que hoy brilla más que antes.
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