Luego de haber sido el primer sospechoso por la violación y femicidio de Anahí Benítez en 2017, la Justicia absolvió a Marcos Bazán (40), tras otorgarle el beneficio de la duda. Según el jurado a cargo del caso, los indicios que fueron recabados durante la investigación no serían suficientes para poder determinarlo como coautor del hecho. El otro detenido, Marcelo Villalba (46), fue condenado a cadena perpetua.
El 4 de agosto de 2017, después de seis días de una incansable búsqueda, se halló el cuerpo de la adolescente de 16 años dentro de una fosa cavada en la Reserva Natural Santa Catalina, ubicada en el partido de Lomas de Zamora. El cadáver se encontraba desnudo, con lesiones cortantes y golpes en la cabeza. Los perros rastreadores que participaron en la investigación fueron los responsables de incriminar a Bazán, ya que un camino siguió, desde el lugar, un rastro que llevó a los investigadores al domicilio del hombre.
Tres años después de la lectura del veredicto, los jueces Daniel Mazzini, Santiago Márquez y Gustavo Ramilo, del Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 7, determinaron que la tijera escolar y las pruebas odoríferas que demostraron que Anahí estuvo en la casa del acusado no eran concluyentes. “En el momento de dictar veredicto se requiere certeza positiva de la materialidad del hecho y de la autoría del imputado”, argumentó el juez Márquez.
“Las circunstancias previamente valoradas no me permiten arribar a la conclusión de que Bazán hubiera participado del evento”, manifestó el letrado, quien no certificó la inocencia del sospechoso al afirmar: “Tampoco obra certidumbre negativa, a contrario de lo sostenido por la acusación pública, pues se ha acreditado la existencia de indicios, los que acarrean un manto de duda en cuanto a la participación del mismo”.
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En este sentido, para el tribunal, las pruebas y el hecho de que el cadáver de la víctima fuera encontrado a 235 metros de la vivienda de Bazán no serían contundentes para reafirmar la condena que se dictó en el primer juicio oral que se celebró en 2020, cuando lo sentenciaron a cadena perpetua por ser considerado como el autor del crimen. “No puede condenarse por sospechas. Por lo tanto, cuando no hay certeza, sino tan sólo probabilidad no puede tomársela por base de una condena, porque siempre queda lugar a la duda y la conciencia no puede quedar satisfecha”, explicó el magistrado.
Después de que la primera pena que recibió el sospechoso hace tres años fura revocada en 2021 por resolución Tribunal de Casación Penal bonaerense, que ordenó la realización de un nuevo juicio oral, la fiscal asignada Mariel Monti había desistido de acusarlo como uno de los responsables del femicidio. Según los datos obtenidos por Télam, solamente Guillermo Bernard Krizar, el abogado que representaba a la mamá de la joven, Silvia Pérez Vilor, fue el único que pujó a lo largo de la instancia para que sea condenado por un delito menor.
Con motivo de defender la absolución del acusado, el juez comparó la calidad de las pruebas obtenidas con las que ayudaron a incriminar a Marcelo Villalba en los delitos de “robo y abuso sexual agravado por acceso carnal (en carácter de autor), privación ilegal de la libertad agravada y homicidio agravado por alevosía, criminis causa y por mediar violencia de género (en carácter de coautor)”. Pues, los cotejos de ADN determinaron que el semen encontrado en la adolescente le pertenecía a Villalba.
El único culpable del femicidio de la joven fue sumado a la causa, luego de que se probara que le había robado el celular a la víctima para regalárselo a su hijo. Cuando se reactivó el dispositivo, los investigadores pudieron dar con la punta del hilo que conduciría a la participación que tuvo en el crimen. “Los indicios desandados, sindican al reo Villalba, de una manera absolutamente contundente”, evaluó el juez.
“No media duda alguna acerca de la autoría penalmente responsable de Villalba”, aseveró Ramilo sobre la culpabilidad del caso, ya que él había participado en cada uno de los pasos que desencadenaron en la muerte de Anahí Benítez. Según la autopsia, la adolescente había sido estrangulada, drogada y, bajo los efectos de los estupefacientes suministrados, había sido violada antes de ser asesinada.
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