Martina Miranda, una joven de 16 años, salió junto a su novio y amigos a celebrar San Valentín durante la noche del sábado 13 de febrero de 2016. “Te amo, mami. Un beso. Cuidate”, fueron las últimas palabras que escuchó su madre. Y en la madrugada del día siguiente recibió la peor llamada: su única hija había sido atropellada en la Av. Scalabrini Ortíz. Diez minutos antes, Martina se había comunicado por teléfono para avisar que iba camino a casa. Pero no llegó, murió en el acto. El joven que manejaba el auto, Damián Villanueva, de 23 años, venía a alta velocidad “cortando” el semáforo. “Yo creo que el alcohol también estaba influyendo en ese manejo”, detalló Silvia Fredes, madre de la joven e integrante de la Asociación Madres del Dolor. Sin embargo, esto no pudo ser corroborado porque Damián se dio a la fuga y se suicidó dos días después del asesinato. La familia de Martina supo que fue él una semana después de la tragedia.
Solo el año pasado, más de 5.708 conductores dieron positivo en los controles de alcoholemia, un aumento del 28% en relación al año 2019 cuando se notificaron 4.472 positivos. De acuerdo con el Plan de Seguridad Vial 2020-2023 del gobierno porteño, dos de cada diez siniestros viales en la Ciudad están relacionados al consumo de alcohol o estupefacientes.
El aumento en la positividad es proporcional al aumento de los controles. La Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA) realizó un total de 376.675 controles de alcoholemia en 2022. Antes de la pandemia, en 2019, habían sido 302.186, lo cual refleja un aumento del 25%.
“Los controles los necesitamos, pero que sean móviles, porque en CABA ya sabemos dónde se encuentra cada uno de los controles, y es fácil decir ‘bueno, tomemos la ruta alternativa, yo sé que por acá no hay controles’”, describió Fredes, quien junto a la Asociación de Madres del Dolor ha asistido a los controles de alcoholemia para generar conciencia.
En CABA, el 1 de febrero de 2022 entró en vigencia la ley de Proyecto Integral de Convivencia Vial, votada por la Legislatura en diciembre del año anterior. Su principal objetivo es endurecer las sanciones a los conductores alcoholizados de la ciudad. Desde entonces, los conductores que den positivo en un control de alcoholemia son inhabilitados para manejar por un plazo mínimo de dos meses y deben realizar un taller de seguridad vial para recuperar la licencia.
¿Tolerancia cero sí o no?
En abril de este año, el Senado de la Nación aprobó el Proyecto de Ley Alcohol Cero al volante, que prohíbe conducir en todas las rutas nacionales con alcohol en sangre. Son 13 provincias y más de 40 municipios del territorio argentino las tienen vigente este tipo de normativa en sus territorios, según datos de la Agencia Nacional de Seguridad Vial. CABA es de las 10 jurisdicciones que hasta ahora no aplicó la “tolerancia cero” a sus conductores. Esta medida sólo rige en la Ciudad cuando el conductor es principiante o profesional.
“El flagelo del alcohol en la siniestralidad no está dado por aquellos conductores que contengan entre 0,1-0,4 gr/l: tampoco existe ninguna estadística ni estudio serio que lo acredite y avale”, explicó el asesor en seguridad vial, Guillermo Pacharoni. “Con la nueva ley se comunica de forma equivocada cuál es el riesgo. Dado que ahora el riesgo pasa a ser que el Estado te puede sancionar, controlar y multar. Cuando en realidad lo que habría que explicar y comunicar es el riesgo real de incidencia en participar activa o pasivamente de un siniestro de tránsito grave y ocasionar una muerte o una lesión”, argumentó.
Sin embargo, la norma era un paso necesario para las organizaciones que luchan por medidas de seguridad vial más rigurosas. “Esta ley era necesaria, pero no es alcohol cero la única que nos va a ayudar a bajar siniestros viales, sabemos que sola de por sí no puede hacer nada. Estamos pidiendo que cada provincia adhiera, porque si no esto es una gran confusión. Queremos que CABA adhiera, porque de repente si uno maneja en la provincia de Buenos Aires la exigencia es cero, pero si cruzás a Ciudad de Buenos Aires es de 0,5″, explicó la integrante de Madres del Dolor.
Pacharoni argumentó que en otras provincias, como en Córdoba, la ley de Tolerancia Cero rige desde hace más de 10 años “y nada cambió”. “La única mejora de los últimos años ha sido la presencia real de la Policía Caminera en las Rutas y no la ley referida. Ninguna Ley por sí misma cambia el comportamiento de una sociedad”, sentenció el experto.
Muertes en siniestros viales
En 2022, hubo 84 víctimas fatales por siniestros viales en CABA, según la Dirección Nacional de Observatorio Vial. En contraste con las 103 víctimas del 2019 (el último año previo a la pandemia), hubo una disminución del 18%, de acuerdo con los datos del Ministerio de Justicia y Seguridad porteño.
Sin embargo, según las estadísticas que maneja la organización Luchemos por la Vida, el año pasado se registraron 103 víctimas fatales. Este medio se comunicó con la Secretaría de Transporte y Obras Públicas de la Ciudad para confirmar los datos de 2022, pero indicaron que el informe aún no está disponible.
Por su parte, el último Informe Estadístico sobre las Víctimas Fatales de 2021 en la Ciudad indica que más de tres cuartas partes de las víctimas fatales en siniestros viales fueron de sexo masculino (77%) y el 49% tenían entre 25 y 54 años de edad, analizados según el género.
“Casi la mitad fueron motociclistas (48%) seguidos por los peatones (34%) y ocupantes de automóvil (11%). En suma, casi nueve de cada diez personas fallecidas (88%) en siniestros viales fueron usuarios vulnerables de la vía (motociclistas, peatones y ciclistas)”, concluye dicho informe. Además, las comunas 3, 5 y 6 de CABA fueron las que registraron la mayor tasa de fallecidos por km2.
Para los familiares de víctimas, más allá de las estadísticas, es necesaria la Justicia. “Los jueces siguen dando la mínima pena. Seguimos escuchando ‘sí cruzó en rojo, sí venía alcoholizado, sí se fue del lugar del hecho’, y te siguen diciendo ‘tienen tantos agravantes’, pero te siguen dando tres años en suspenso. Y para los familiares la justicia es sanadora, y últimamente lo que está haciendo la justicia es siendo injusta”, explicó Fredes, quien recuerda que, desde la muerte de su hija, uno de los agravantes por los que ha luchado es el abandono del cuerpo.
Además, desde la Asociación Madres del Dolor han iniciado un proyecto de ley para la reforma del Código Penal que implique elevar la pena mínima a 4 años y la máxima a 12 y que Ésta sea efectiva. “Necesitamos una reforma y que las penas sean de cumplimiento efectivo”, justificó la vocera de la asociación.
Del 15 al 21 de mayo de 2023 se celebró la Séptima Semana Mundial de las Naciones Unidas para la Seguridad Vial bajo el lema “Repensar La Movilidad”, una semana que busca generar conciencia sobre la seguridad vial. Allí, estuvieron diferentes organizaciones sociales exigiendo más cambios para lograr que las víctimas en siniestros viales sean cero.
Para la madre de Martina ese febrero de 2016 hubo dos muertes que se pudieron evitar. La de su hija y la del joven Damián. “Hubo dos muertes jóvenes: una totalmente evitable, que fue la de mi hija, porque lo único que había decidido Martina ese día era salir a divertirse con sus amigos. Y otra la de él, pero la de él fue por decisión propia, por hacer todo mal anteriormente”. “Pedimos que la sociedad nos acompañe. Porque estamos a segundos de estar en la vereda del otro”, concluyó Fredes.
Visualización de datos: Andrés Snitcofsky
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