Con un video en TikTok (@SociedadVictorianaArg), la diseñadora de indumentaria Celeste Cáseres Mazzone muestra un paso por paso cómo se vestía una dama de la alta sociedad en 1810 y por qué el traje de dama antigua que estamos acostumbrados a ver en los actos escolares sería “un disfraz patrio”.
Celeste forma parte de la Sociedad Victoriana Augusta Argentina desde hace un año, una organización que se dedica a representar costumbres de época. Además tiene un emprendimiento que lleva sus apellidos Cáseres Mazzone, con el que reinterpreta conceptos de distintas épocas desde el siglo desde 1800 hasta 1900. “Me dedico a hacer corsetería siguiendo moldería y las siluetas de la época que no son como los corsets actuales que se venden en la moda “, dice Celeste quien se sintió unida a esta Sociedad Victoriana por el amor a la recreación de manera fidedigna, en base a documentación histórica de la vestimenta de época.
Con 25 años, Celeste es una de la integrantes más jóvenes de la Sociedad, por eso se dio a tarea de Community Manager en varias redes, incluida la cuenta de TikTok, donde encontró una herramienta genial para mostrar la vestimenta del 1810 como nunca antes a una gran audiencia, en su mayor parte joven, que se mostró interesada.
Cada miembro de esta sociedad dirigida por Evangelina Ledesma Bussoli, que ya tiene 15 años, tiene una ligazón diferente con el vestuario de época. En el caso de Celeste, siempre se sintió apasionada por los vestidos de las película y como diseñadora la conquistó la idea de usar elementos para el día a día que parezcan de época. Y empezó a observar a los creativos que investigaban cómo estaban hechas las prendas realmente, de qué materiales estaban hechas, qué tejidos había disponibles, métodos de confección. “Y ahí abrís los ojos. Que viví engañada con el vestuario de tal serie o película. Y lo mismo pasa con la historia, de ver a la dama antigua, con miriñaque, peinetón y corset y notar que las imágenes reales de 1810 no tiene nada que ver con ese estilo”, afirma la diseñadora egresada de la UADE.
La integrante de la Sociedad Victoriana toma como referencia los diseños de época de grandes museos que atesoran prendas, las telas de la época y comparten las medidas, de manera que ella pudo captar la moldería. Sus destacados son museos que tienen muy buenos archivos de imágenes como el Museo Metropolitano de Arte de Nueva York y el Victoria & Albert Museum.
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La época estaba marcada por los nuevos aires de la Revolución francesa en 1789, dejando atrás el lujo suntuoso, exacerbado, de estilo rococó, que había terminado con María Antonieta en la guillotina (1793). La revolución trajo consigo una moda más austera, en contraposición a la opulencia y despilfarro que había cultivado la nobleza. Se dejaron de usar los géneros brillantes y se optó otros más sencillos y oscuros. En la moda masculina se popularizaron los sombreros altos y las chaquetas largas para hombres, mientras que las mujeres usaban vestidos largos, que no llegaban al piso y talles altos.
Uno de los cuadros más icónicos que refleja la moda de estos tiempos, donde se ven mujeres, además de hombres, es el que representa la primera vez que se cantó el Himno Nacional Argentino, en 1813, en casa de Mariquita Sánchez de Thompson, “Ahí están las mujeres vestidas con la verdadera moda imperio. Únicamente que es una tertulia, y tienen algunos elementos más elaborados, más accesorios. El corte del vestido hubiera sido el mismo para el día pero con telas más sencillas de algodón”, explica.
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En el video de TikTok donde Celeste Cáseres se viste con los atuendos de principios de 1800 recibe algunos comentarios como “cuantas capas de ropa”. Pero en publicaciones de la época o cartas, cuenta que las mujeres adultas solían decir todo lo contrario: que las chicas andaban prácticamente desnudas porque usaban una sola enagua, de una tela que llegaba de la India, la muselina. “Era una tela carísima, que era extremadamente finita y con tener una enagua no bastaba para opacar, bloquear la transparencia. Hay muchos cuadros, cuya intención no eran ser escandalosos, pero el escote llegaba a mostrar tal vez un poco del pezón. Hay muchos retratos que muestran eso de damas, pero no son situaciones de erotismo ni nada por el estilo”, detalla.
De 1800 a 1810 gana terreno en la moda el corte Imperio, que consiste en un talle alto, donde la falda cae desde el busto, y no marca la cintura. “Por eso no tenía sentido el corset, porque la cintura no se iba a ver. A partir de 1920 el talle va bajando un poco. Entre 1830 y 1840 se marca la cintura pero todavía no se usaba el miriñaque, sino varias capas de enaguas. La cintura se ciñe en 1850, marcada por el corset, todo emballenado (con varillas) y uso de miriñaque.
Por lo tanto las mujeres de 1810 no iban encorsetadas. Usaban un stay cuyo objetivo no era achicar la cintura, como el corset, sino aliviar el peso a modo de sostén, para el busto, torso, también cintura y aliviar el peso de la carga de la cantidad de enaguas que daban volumen. “Podía ser largo, corto, tener más o menos ballenas, pero eran simplemente soporte”, aclara.
Cáseres explica que todas las mujeres, independientemente de los recursos económicos que tuvieran, usaban ese set de ropa interior que muestra en el video. La ropa se remendaba una y otra vez, se heredaba, pasaba de manos entre las familias, se reciclaba. “Se respetaba el mismo sistema de vestimenta, una prenda de base que es como una camisola, que se llama chemise (camisa en francés) , arriba de eso va el stay y por encima al menos una enagua. Eso lo tenían todas las personas de todas las clases sociales en distintos materiales más o menos elaborados, pero lo más común era el algodón”, repasa.
La ropa interior cumplía más de una función. Evitaba lavados innecesarios, ya que el vestido no tomaba contacto directo con el cuerpo ni con su transpiración. Las mujeres que hacen las recreaciones con esta vestimenta en la calle, si ensucian el ruedo, solo lavan esa parte. Lo que pasa por el agua y jabón es la camisola, que es más corta, se seca más rápido y el vestido cuando se requiere. Además, la ropa interior creaba con sus formas una silueta muy específica. “En muchas películas, series de ficción, los vestidos a veces fallan porque las actrices no tienen el stay apropiado, o la enagua. Te das cuenta de que no es la silueta de época porque no tiene las bases para que se vea así”.
El vestuario que luce Celeste en el video, que confeccionó ella misma, recrea a una vecina de buenos aires, que habitaba el microcentro, es decir, los alrededores de la Plaza de mayo. “Familias criollas pudientes, con alguna influencia en lo que fue la Revolución. Decir vecinos te marca un rango, no es la gente que está vendiendo en la plaza, no es una aguatera, no es una lavandera. Se puede hablar de una clase social un poco más alta que no era trabajadora. Sin embargo, el vestido que llevo es de una tela de algodón rústica, teñida de forma natural con te y café”.
El modelo del vestido, de mangas largas, lo vio en imágenes de Victoria & Albert Museum. “Lo encontré en Internet, y me convenció porque podía hacer algo parecido con mis telas. Además, se cierra por delante, con un sistema de una sola pieza. En el video puede verse una parte acordonada. Los vestidos para el día no se solían cerrar por detrás, eso se guardaba más para los vestidos de fiesta, las galas o tertulias, como se les decía”. La idea era pudieran ponerse las prendas y sacárselas sin ayuda de otras manos.
Respecto del abrigo largo que lleva sobre el vestido, la diseñadora explica que había varios tipos de abrigos, algunos con estilo más europeo y otros más autóctonos, del Río de la Plata. “En otros lugares del Norte y otras partes de las provincias con otro clima, las modas se iban adaptando”. Con un clima como el día de hoy, lluvioso, en las puerta del Cabildo, la prenda que ella muestra se llama pelisse, de un término en francés. Las mujeres llevaban esos tapados largos con ornamentos de inspiración militar, que también estaba presente en esa época. Dependiendo de la temporada, la pelisse estaba hecha de algodón, seda o lana , generalmente en el cuello y los bordes delanteros centrales, los puños y el dobladillo, con piel, plumón de cisne, encaje, terciopelo, flecos o felpa de seda.
Para mantener las manos calientes usaban “manguitos”, una tela con forma de cilindro y si bien Celeste no lo usa en su video de TikTok, la norma era llevar el pelo cubierto de alguna forma. “En Inglaterra se usaba el bonete, pero a nosotros nos llegó más la moda de España y se usaba la mantilla que era de encaje o bordada o el uso del esbozo, un chal un poco más grueso que servía para abrigarse”. Las peinetas no se usaron hasta 1840, según Cáseres.
Cuando cursaba su último año de carrera en plena pandemia, se propuso hacerse un vestido de estilo Regency, Regencia - el término es intercambiable con Imperio y Neoclásico - para el 25 de mayo de 2020. Como contra tenía que no podía salir de su casa y no tenía muchos ingresos para comprar géneros, a favor, el tiempo necesario para hacerlo “en serio”. Así hizo la ropa interior con sábanas recicladas y echó mano a un mantel con un motivo floral y servilletas y lo cosió completamente a mano.
Al descubrir la existencia de la Sociedad Victoriana se encontró para su sorpresa que estaban haciendo lo que a ella le gustaba de manera organizada desde hace muchos años. De manera que logró unirse a la siguiente recreación. Le dijeron cuál era el código de vestimenta, se hizo el traje y se encontró con ellos por primera vez en la Noche de los Museos de 2021, en el Museo Nacional de Arte Decorativo.
Sobre las recreaciones históricas que realizan, Celeste cuenta que “es una actividad integral que no solamente pasa por la indumentaria, es uno de los aspectos, pero tal vez queremos mostrar como hubiera sido un paseo en tal década, cómo hubiera sido un picnic, como hubiera sido un almuerzo, como hubiera sido una noche de baile. Hay veces que sí solemos recrear actividades o vestimentas que tienen más que ver con la alta sociedad porteña, porque es más vistoso y a la gente le llama más la atención, pero también hemos reproducido situaciones de inmigrantes de 1900 cosas que tal vez no son tan glamorosas. Pasa por todas las formas de un período. Aprendemos los bailes, aprendemos las recetas para cocinar”, expresa.
La próxima cita es hoy en el Cabildo, a partir de las 10 hs, donde la Sociedad Victoriana estará presente con todos sus trajes. Irán con el vestido imperio, sin peineta ni abanico, claro. Es otoño y está fresco.
Más información en la página de Facebook SociedadVictorianaAugustaArgentina y en IG @sociedadvictorianaarg
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