Nacida el 17 de mayo de 1916, Manuela Casariego acaba de cumplir 107 impecables años y lo celebró rodeada del amor de su familia. La mujer pasó por cada una de las etapas que vivió Argentina y el mundo; y debió adaptarse al mundo moderno comandando por la tecnología.
Llegó al mundo cinco meses antes de que Hipólito Yrigoyen asumiera la presidencia el 12 de octubre de ese año: fue el primer presidente de la Nación elegido bajo un sistema electoral que garantizaba las elecciones libres y democráticas. Además, nació en el centenario de la Patria.
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Entre la cantidad de anécdotas que cosecha, recordó en diálogo con El Doce TV, de Córdoba, que durante muchos años trabajó en la industria del calzado, en “Gath & Chaves”.
La marca fue una tienda departamental que funcionó en el microcentro de la ciudad de Buenos Aires, y fue fundada en 1883 por Lorenzo Chaves y Alfredo Gath, luego pasó a manos inglesas y fue una de las favoritas de la clase alta porteña. En 1910 abrió una sucursal en Santiago de Chile.
Y, cuentan, que una de las condiciones de la época para trabajar allí era que las jovencitas tuvieran ciertas características de belleza.
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El secreto de una buena vida
Manuela no dudó a la hora de revelar cuál es la receta para vivir bien y aseguró que “el secreto” para llegar a soplar las 107 velita es “diciendo siempre que sí”. “Si decís que sí y todo está bien, no te peleas con nadie y llegás. Si discutís, ahí está lo malo, pero si decís que sí no te hacés mala sangre... Hay que decir: ‘¡Si, está bien!’. No hay que discutir, hay que comprender”, aseguró la mujer de Villa Allende en tono seguro y a la vez risueño.
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Además afirmó durante una entrevista realizada en vivo con el programa El Show del Lagarto que “el trabajo es salud” y al momento que su hija contó que “a los 80 años se casó por segunda vez”, no ocultó su mirada pícara.
El mundo moderno
Al hablar de la actualidad social donde todo pasa por la tecnología, Manuela pidió un poco de paciencia para convivir entre las distintas generaciones y subrayó en la necesidad de que los más jóvenes se pongan en lugar de las personas mayores.
“Necesitamos que nos entiendan porque todo nos ha cambiado, ¡y todo nos asombra! ¡Todo nos sobra!”, dice casi asustada por el mundo que vio cambiar con sus propios ojos.
Al repasar la época laboral en la famosa zapatería recordó: “Primero era vendedora, pero después me convencieron y me convencí de que si iba adonde los fabricaban podía trabajar mucho más (dinero)”. Su trabajo fue el de diseñar los zapatos que era de un grupo selecto de compradores.
“Estoy conforme, no solamente por el trabajo que tuve sino por la familia que tengo, que me rodea. No me falta anda, eso es muy importante”.
En sus años de juventud, “a buscaron para proponerle ser la doble de la actriz Libertad Lamarque en una de sus películas”, contó Ana María, la hija de la mujer que en un divertido intercambio con el piso dijeron que “era muy bonita”, “debió haber roto muchos corazones”.
Manuela dejó ver su picardía y sonreía ante los comentarios. Y una particular anécdota que reveló su hija le sacó una risa: “¡Se casó por segunda vez con 80 años!”. Convencida de que es la regla de oro, reiteró la cumpleañera: “No hay que discutir.
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