Como consecuencia de la movilización piquetera que se desarrolla hoy hasta el Ministerio de Desarrollo Social, el centro porteño es un verdadero caos y se registra un colapso total de tránsito. Sin embargo, los automovilistas no son los únicos afectados por la manifestación: muchos jóvenes que asisten a distintas universidades desde diferentes puntos de la ciudad o la provincia de Buenos Aires también sufren los efectos del ruido de los bombos y los constantes bocinazos, a tal punto que algunos centros educativos decidieron interrumpir las clases antes del horario previsto.
“Son todos un papelón. Vengo a estudiar para intentar hacer un futuro mejor para mi y para todos, pero vienen, me cortan todo y ni siquiera puedo estudiar”, lamentó un joven estudiante en diálogo con el canal de noticias TN, mientras observaba el embotellamiento de autos que había en el cruce de las calles Salta y Chile.
Ante el corte total de la avenida 9 de Julio, sumado a que las calles aledañas se volvieron intransitables, el adolescente se quejó por el periplo que debe emprender para regresar a su casa. “Me levanté a las 6 de la mañana preocupado para ver cómo carajo para venir, y ahora no sé cómo irme. Me tengo que tomar un charter en una estación de servicio y no sé cómo llegar. Es un desastre, no se puede así”, subrayó.
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“Estaba en el medio de la clase y sonaban todos los bombos. Es increíble, vayan a agarrar la pala hermano. Son una vergüenza”, sostuvo el estudiante de marketing.
Visiblemente disconforme con la marcha piquetera, planteó: “El que no estudia no trabaja, y encima que no trabajan les están pagando. Dale, por lo menos laburá. Prefiero que tengas un laburo que sea limpiar baños, pero es un laburo decente y honesto para ganarte la vida”.
Luego, una compañera se sumó al reclamo y confirmó que las autoridades de su universidad liberaron antes de tiempo al alumnado porque el dictado de clases se tornó inviable. “Los piquetes le arruinan la vida a todos. Son muy egoístas. Lo que piden no tienen sentido. En vez de trabajar y salir adelante, están acá desde ayer y le cagan la vida al resto”, opinó la joven.
“Tenemos que sacar el país adelante y ellos lo atrasan”, aseguró con un evidente malestar.
Los comerciantes del Microcentro, por su parte, también son de los más damnificados por este tipo de movilizaciones. Ante este complejo escenario que le impide vender sus productos, la dueña de una librería aseguró con total resignación que “un día como hoy no se trabaja”.
“Vivimos en un país que nos dirigen esquizofrénicos. Y lo peor de todo es que nos acostumbramos a la esquizofrenia, y ya nos parece normal. Hace 32 años que tengo el negocio. Nunca vi algo como esto, ni en el 2001″, señaló.
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Consultada por la posibilidad de que en algún momento se logre una convivencia entre los manifestantes y la gente que sale a trabajar, la comerciante opinó: “Creo que hay que escucharlos de manera diferente. Me preocupa mucho que el que tiene un plan, no se dé cuenta de que le están diciendo que no sabe trabajar. Se acostumbran a lo que le den, y ¿dónde está su amor propio por la autosuficiencia y autoabastecerse? No lo entiendo”.
Otro comerciante, en este caso el dueño de una zapatería ubicada sobre avenida Corrientes, tuvo que viajar cinco más de cinco horas desde su casa para llegar hasta su puesto de trabajo. “A las 8 de la mañana salí de mi casa y recién llego. Vengo de Lomas de Zamora y está todo cortado. Vine por donde pude. Casi me caigo al río... No es digno esto. Tengo una bronca total”, se quejó.
Con más de 45 años en la zona, el hombre aseguró que los manifestantes, en algunas oportunidades, no le permitieron abrir el local: “Antes era una fiesta. Venías contento a trabajar porque sabías que ibas a vender cierta cantidad fija por día y cubrías los gastos y todo. Ahora venís y no sabés si vas a vender un par de zapatos, cinco o nada. Si vas a poder abrir, porque a veces también cortan acá y no te dejan abrir. Te da un poco de miedo porque acampan acá en el piso y no te dejan abrir. No te dejan sacar la reja. O me meto adentro y espero hasta que se vayan”.
La avenida Independencia no quedó exceptuada de la congestión, y uno de los automovilistas varados a la altura de la calle Tacuarí dijo que estaba detenido “hace casi una hora” en el mismo lugar. “Soy Uber y ya perdí tres viajes buenos porque no puedo salir de acá. A estos vagos el Gobierno les apaña esto y mirá cómo estamos”, señaló con molestia durante una entrevista para C5N.
Los manifestantes de la Unidad Piquetera partieron hoy a las 10 hacia el Ministerio de Desarrollo Social, donde continúan reclamando contra el Gobierno Nacional por el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional, y contra la ministra Victoria Tolosa Paz por la baja en los planes. La novedad es que al corte en la 9 de Julio se sumaron por primera vez en la gestión de Alberto Fernández las organizaciones sociales oficialistas.
El acceso vehicular en las inmediaciones de Plaza de Mayo y hacia la avenida 9 de Julio registraba cortes parciales y severas complicaciones esta mañana, con la movilización de miles de personas que generaba un caos para circular por la zona.
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