Trinidad Belén Toledo no dudó en ayudar cuando, a metros de ella, un joven que era brutalmente golpeado quedó inconsciente a la salida del Estadio del Centro, en Córdoba, durante la madrugada de este domingo. Asustada por la situación, pero con total convicción de ayudar y conocimiento, le practicó maniobras cardíacas hasta reanimarlo.
“Le hice RCP a un chico que le patearon la cabeza a la salida del estadio y después de 10 minutos logré que se despertara, no se imaginan lo que fue y como me siento”, contó en un tuit que se volvió viral gracias a su acción y generó cientos de interacciones.
El hecho fue un caso más de violencia urbana ocurrido a la salida de un boliche de cuarteto, dan cuenta los medios locales.
“Fue algo instintivo el asistirlo, yo aprendí a hacer RCP en la secundaria, no soy personal de salud, soy vendedora”, dice Belén aún consternada por lo sucedido y sigue: “Esta mañana me comuniqué con la madre del chico y me contó que se recupera”.
Te puede interesar: Así fueron los minutos previos al ataque contra Benjamín Gamond, el cordobés que falleció luego de ser atacado con un machete en México
“Recordé a Fernando”
La brutal paliza que le costó la vida a Fernando Báez Sosa —atacado a golpes por una patota de rugbiers a la salida de un boliche de Villa Gesell, caso por el cual fueron condenados los atacantes— sigue siendo una herida social que no cicatriza pero pese a ello, aún no se logra genera conciencia y los cobardes ataques continúan. Esta vez sucedió en el centro de la capital de Córdoba.
Aunque no sabe cómo se inició el conflicto, al notar lo que estaba pasando, Trinidad actuó sin dudar. “Yo salía del Estadio del Centro donde estaba cantado el cuarteto de Damián Córdoba. El baile terminó a eso de las 5.20 de la madrugada y cuando empecé a caminar vi que había un montón de gente amontonada, pero no le di mayor importancia, pero cuando se empieza a dispersar el tumulto noté que había un chico tirado en el suelo y que le estaban pegando patada en la cabeza, y no se movía”, revive la chica, de 23 años, aún azorada por la situación que atravesó.
Eran tres los agresores que no dejaban de dar golpes. “En ese momento, al ver lo que le hacían, lo único que se me vino a la cabeza fue Fernando, sentí como si hubiera sido ese momento. El chico estaba tirado en el suelo sin poder moverse, mientras le seguían pegando en la cabeza y sin que nadie de los que estaban allí llamara a la policía o hiciera algo. ¡Nada! No había ni un policía adentro ni afuera del estadio, ¡increíble”, le cuenta aún asombrada a Infobae.
Sin dudarlo, Belén decidió ayudar a quien yacía en el piso. “Corrí hacia donde estaba el chico desmayado, me tiré al lado y le empecé a hacer RCP. La verdad es que fue todo muy rápido. Cuando los agresores vieron que no se movía, se fueron. Después aparecieron los amigos de él. Apenas me acerqué, lo primero que hice fue ver cómo tenían los ojos y chequear si respiraba, y no lo hacía. Entonces inicié el RCP y le sentí el pulso a los 4 minutos, pero no se despertaba”.
En ese momento, comenzó a pedir desesperadamente que le acercaran hielo para mojar la boca y la nuca del joven inconsciente, logrando que finalmente volviera en sí.
“Todos los que estaban alrededor me trajeron sus vasos, que tenían bebida y yo les sacaba el hielo. Cuando le mojo la nuca mueve el brazo y se despierta. Después abrió los ojos. Recién entonces le volvió el color porque los tenía blancos”, lamentó.
La joven de 23 años estudió secretariado medico y facturación sanatorial, cuenta, y dice que además, en la escuela secundaria la instruyeron. Emocionada, recuerda que cuando el chico recuperó la conciencia, sus amigos lo llevaron hasta el hospital zonal para que allí recibiera atención médica.
En la mañana de este lunes, Belén se comunicó con la madre y me contó que hasta ayer no comía nada y que tenía lastimada la cabeza atrás de la oreja. “Hoy volvió al médico y le sacaron radiografías y, aparentemente, no fue nada grave. No hubo lesiones”, dice aliviada.
El joven se llama Ángel Miguel y admitió a su familia que perdió el conocimiento y que no recueda nada de lo sucedido.
Pese al paso de las horas, recordar ese episodio la emociona. “La mía fue una reacción espontánea, la verdad es que no puedo creer que haya hecho eso ni lo que pasó. Cuando los amigos lo llevaron empecé a llorar porque recién ahí caí de todo lo que pasó y de lo que hice. Es una inmensa alegría que esté vivo”, finalizó.
Seguir leyendo: