¿Un perro que canta? Sí, donde sería sino en TikTok (korsy). ¿Famoso? Famosísimo. Protagonizó videos de hasta 6 millones de visualizaciones. Lleva el nombre de un compositor ruso, Rimsky Korsakov, que quedó Korsy, para los amigos.
Se trata del “perri cantor” de la cantante lírica y pianista cordobesa Anahí Cardoso, de 30 años, integrante del Coro Polifónico de Córdoba, amante de la música clásica, la lírica y claro, de Korsakov. “Un compositor muy conocido de la época del romanticismo también por ser un gran pedagogo. Una de las obras más icónicas que pueden encontrar de él es El vuelo del moscardón, por ejemplo”, dice la joven cantante de ópera cordobesa.
Para Korsy, cantar como un perro, es un estilo de vida y parece disfrutarlo a juzgar por sus ladridos entusiastas y rítmicos en las canciones compuestas para él y toda su audiencia que es mucha. Tiene 683 mil seguidores y un acumulado de 10 millones de “me gusta”.
Anahí se dedica a la música desde los cuatro años. Asistió a la escuela Domingo Zipoli, de Niños Cantores de Córdoba y estudió piano, percusión y canto lírico en el Conservatorio Félix T. Garzón, que hoy integra la Universidad Provincial de Córdoba. “Di clases de Canto durante 5 años aproximadamente, hasta que formé parte de coros profesionales estables de la provincia, entonces me quedé sin tiempo lamentablemente”, cuenta.
El día que se adoptaron
Un día Anahí cruzaba el Parque Sarmiento de Córdoba, un lugar cercano a su trabajo, donde ensaya rodeada de árboles. Volviendo del trabajo se encontró con una compañera abrazando un cachorro de patas largas y peludas. “Estaba atado a unas rejas, y se ve que pasó la noche en una canaleta de agua con una bolsa de comida al lado. En ese momento que lo ví, fue amor a primera vista, él se soltó de las manos de mi colega y corrió hacia mí como si ya hubiese sido mío desde hace mucho. Yo, nunca había hasta ese entonces tenido un perro en mi vida, no lo dudé y me lo llevé a casa. Primero con la excusa de regalo de cumpleaños a mi padre que era ese mismo día, por supuesto que yo haciéndome cargo de todo su bienestar. Hoy es el mimado de la familia, hasta en Navidad todos los regalos en el árbol son para él”, relata la cantante sobre la llegada de Korsy a su vida.
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Anahí se crió entre cantantes. Su padre, pianista y percusionista, ex integrante del Coro Polifonico de Córdoba, además de docente en el Conservatorio. “Yo estudio canto lírico desde los 16 años. Sin embargo, hasta los 24 años no sabía que realmente me apasionaba y fue ahí que comencé a perfeccionarme y tomármelo más en serio para encarnar mi vida de cantante solista paralela a los Coros”, revela la cantante.
“Que Korsi sea músico en esta familia para mí no es un colmo, sino que estaba destinado que a ser así. Desde muy chiquito cuando él llegó a casa, tengo que decir que él siempre estuvo presente en ensayos que teníamos acá con las personas que venían a ensayar para nuestros conciertos. Siempre se escucha música clásica, siempre vemos conciertos clásicos, siempre estamos... Él siempre está estimulado por el piano porque no solamente lo toca mi papá sino vienen otras personas y lo tocan, sino que él está siempre atento a eso”, cuenta sobre la dinámica que existe en la casa.
Además de la exposición a los estímulos musicales, le enseñaron trucos básicos para que tuviera una pequeña disciplina en la casa, como esperar, sentarse. “Y en esos trucos estaba el de ladrar, que respondía al decir ‘hola’. Al darme cuenta que él ladraba rítmicamente, no como cualquier perro sino que ladra de una manera muy particular dije voy a intentar a enseñarle canciones a capela. Y empezamos a enseñar canciones como el feliz cumpleaños. Canciones muy sencillas donde él pudiera responder rítmicamente a eso”, cuenta detalladamente.
Con una señal con su mano, como un “levare” gesto de un director de orquesta de coro, que anticipa una entrada, Anahí le indicaba a Korsy que tenía que entrar a ladrar ahí. Y eso se convirtió en algo cotidiano y como un truco más. Después llegó la enseñanza de polcas y valses donde él también demostró hacerlo muy bien.
“Es como si él supiera las canciones, es como si supiera las piezas, es como si supiera los tempos. Eso es muy loco y hasta el día de hoy no lo puedo explicar. En 2020 con la pandemia se me ocurrió a ver qué pasaba si le enseñaba canciones con el piano e inventaba canciones donde él pudiera responder. Esta vez yo no iba a tener una mano desocupada para darle el levare sino que iba a tener que buscar otro gesto para que él entrara. Él lo único que necesita es que yo le avise cuando tiene que entrar y ese gesto es mi mirada. Yo cada vez que lo miro ladra. Pero no es que yo lo miro por cada ladrido sino que yo lo miro una vez y él dispone a ladrar. Él elige, tres ladridos, dos ladridos, uno solo, en tiempos irregulares, regulares. La verdad es que eso sigue siendo un enigma”, explica. Por esa razón, dice que le divierten todas sus versiones de las canciones porque todas las hace distintas y todas las veces que lo hace, queda muy bien.
Enseñarle a “cantar” una canción a un perro no es tarea sencilla y lleva tiempo. Dice Anahí que no les lleva cinco minutos y que hay días en que el perro no tiene ganas de hacerlo y que ella respeta “su identidad animal y sus derechos”, dice mientras el perro estrella emite un ladrido de fondo en la conversación telefónica con Infobae.
Anahí tiene a la venta saludos con Korsy. Y frente a quienes podrían acusarla por explotar a su perro ella les responde que dice que son saludos espontáneos de vez en cuando. Todo empezó cuando los contactó una empresa con base en Miami, llamada Famosos, que dijeron que tenían ganas de que Korsy vendiera saludos. “Yo dudé porque el fin siempre con Korsy es divertirse. Qué él lo viva como algo cotidiano y no como una obligación. Entonces probé qué onda. El saludo no hay que hacerlo en el día, sino cuando él puede. Nos fue muy bien. Con lo que recaudamos de eso, con eso Korsy tiene su seguro de vida, por así decirlo, es su dinero para vacunas, desparasitaciones, veterinario, peluquería. Y también ayudamos a dos refugios que tienen perritos para rescatar y adoptar”, asegura.
Porque le pidieron en la Argentina, también vende saludos de Korsy por el precio simbólico de un baño canino. La canción de Feliz cumpleaños es su principal hit. “Korsyto ya la sabe, así la cantásemos en una reunión familiar, que es muy divertido y no le cuesta, es como si fuese a buscar la pelota. Es muy divertido compartir ese momento con él, porque es como si supiese cómo se llama la persona. Le digo por ejemplo, se llama Daniel y lo sabe separar en sílabas con los ladridos. Es muy gracioso. Es todo para él y los perritos que necesitan ayuda”, agrega.
Korsy cumplirá 7 años el mes que viene. El nombre de Rimsky Korsakov lo eligió por su barba. “De cachorro era peludito y tenía su barba blanca y era marrón. Dije que se tenía que llamar Korsakov de acá a la China. Y mi mamá lo apodó Korsy para que no fuera tan difícil”, relata.
“Korsy es el amor de mi vida. Es hijo. Es familia. Es todo lo que está bien en la vida. Es mi sostén en días malos, en días buenos. Es un ser muy especial. Tengo un vínculo muy especial que no sé si lo voy a volver a tener con otro animalito. Inclusive no lo tengo con ningún otro ser humano. Así que es tan especial que se ha convertido en parte de mí”, concluye.