La Virgen de Luján, patrona de los argentinos, tiene un mito de origen como todos los relatos históricos que conforman un país. La Basílica de esa localidad, el santuario de la Virgen, es una de las referencias más importantes de los cristianos argentinos. En ese sentido, con el último cambio de manto una referencia al úñltimo Mundial de Qatar generó sorpresa y repercusiones en las redes sociales.
Esta figura de María fue moldeada en Brasil por encargo de un hacendado portugués que vivía en la Córdoba del Virreinato del Río de la Plata. Llegó a Buenos Aires tras un largo viaje en barco en 1630, pero quedó a mitad de camino. En Luján, donde muchos años después se erigirá la Basílica.
La virgen nunca llegó a Córdoba. Tras el descanso de los troperos en la estancia de Rosendo de Trigueros, a la vera del río Luján, nunca más pudieron mover la carreta que llevaba la imagen de María. Entendieron que la Inmaculada Concepción no quería irse de ese lugar, lo interpretaron como un designio divino.
Como cada año, a fines de abril se realizó el cambio de manto de la figura de María. Esta vez, se difundió en las redes sociales de la Basílica que la tela contiene 3 estrellas doradas en la parte inferior del traje. Fue a modo de “reconocimiento a la victoria obtenida por la Selección Argentina de Fútbol en el último Mundial”, aseguraron en el posteo.
“Por un año la Imagen Auténtica de Nuestra Señora de Luján lucirá su nuevo Manto. En esta ocasión, acompañando el sentir de la religiosidad popular, el mismo lleva bordadas las tres estrellas mundialistas como signo y gesto de acción de gracias por los acontecimientos que dieron felicidad a nuestro pueblo”, prosigue el texto que acompaña la imagen de la Virgen de Luján con las tres estrellas por los campeonatos de fútbol de 1978, 86 y 2022.
La escultura que ya tiene 4 siglos mide 38 centímetros y está realizada en terracota (arcilla cocida). En 1763 se inauguró el primer santuario, pero la celebración anual corresponde al 8 de mayo de 1887 cuando el Papa León XXVII celebró la coronación canónica de la imagen, con la asistencia de altos dignatarios de la Iglesia Romana y del Cabildo Eclesiástico Metropolitano.
Por eso antes de esa fecha, a fines de abril se realiza el cambio del manto para que la imagen esté en las mejores condiciones para la celebración.
La ceremonia del cambio del traje, que ahora incluye las 3 estrellas mundialistas, se realizó durante una misa que encabezó el arzobispo de Mercedes-Luján, Jorge Eduardo Scheinig. “Es muy lindo encontrarnos con esta renovación”, admitió el religioso.
Voceros de la Basílica de Luján explicaron en diálogo con Télam que cada año es posible incorporar alguna acción de gracias y aseguraron que no consideran “frívola” la adhesión de las estrellas conmemorativas.
“Esta decisión responde a que desde la Basílica trabajamos mucho el concepto de religiosidad popular, y el Mundial generó un gran impacto en la sociedad”, expresaron y destacaron la posibilidad de “unir el factor cristiano” a dicho evento.
En el mismo comunicado, los voceros de la Basílica explicaron que buscaron “destacar los valores que transmitió el equipo de fútbol como la unidad, el esfuerzo, el trabajo y la valentía, más allá de la coronación por sí sola”.
En tanto, la Iglesia también le da su connotación propia a las tres estrellas. Aseguran que representan al Negro Manuel, primer protector de la Imagen, el sacerdote Jorge María Salvaire, constructor del templo, y el cardenal Eduardo Francisco Pironio, un símbolo de fe. Todos muy relacionados con la historia de la Virgen de Luján.
La noticia del nuevo manto de la virgen ya circuló por las redes y se hizo eco el presidente de la AFA, Chiqui Tapia. “Muchísimas gracias, padre Lucas García, Rector de la Basílica de Luján, por inaugurar el ‘Manto Sagrado’ de la Virgen con las tres estrellas. Un gesto hermoso que ya está en la ‘Madre de la Esperanza’”, escribió el titular de la entidad en un Twitter.
Tapia es un devoto de la Virgen de Luján. De hecho, apenas regresó de Qatar y tras los festejos, llevó la Copa del Mundo hasta la Basílica como ofrenda a María.
Antes, también había llevado el trofeo hasta San Juan, al santuario de la Difunta Correa. Allí, para agradecer por el campeonato, el titular de la AFA había subido las escaleras de rodillas para agradecer por los pedidos cumplidos por la santa.
El manto de la Virgen es celeste y blanco, con bordados de hilo dorados. Por debajo posee enaguas blancas que envuelven su figura terracota auténtica, que en mayo de 2030 cumplirá 400 años. Durante la misa del domingo anterior al 8 de mayo se procede al cambio del traje ante todos los fieles presentes.
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